¿Necesitas tomarte un día lejos del bullicio de la ciudad y descansar? Entonces tenés que saber que la provincia de Buenos Aires está llena de pueblitos a un par de horas de Capital Federal, ideales para pasar el día rodeado de naturaleza, comer bien y sobre todo desconectarse.

En el Partido de Mercedes, a unos 23 kilómetros de la cabecera del distrito, se encuentra la localidad de Goldney. Este pueble tiene cuenta con una población de 300 habitantes, de acuerdo al censo de 2010, pero cada fin de semana atrae una oleada de turistas que quedan encantados con su belleza, tanto que algunos visitantes lo catalogaron como un "pueblo fotogénico".

Este poblado nació antes de instalarse el llamado Ferrocarril del Oeste durante el siglo XIX. Debe su nombre a Arthur Thomas Goldney, de origen inglés, que se instaló en esas tierras cerca de 1870. Fue él quien vendió sus tierras para la construcción de la estación que hoy lleva su apellido, ubicada en el centro del pueblo que pertenecía al Ferrocarril San Martín, en el ramal que prestaba servicio entre Retiro y Junín.

Es un típico poblado pequeño bonaerense donde abundan las típicas esquinas antiguas, calles de tierra prolijas, gran cantidad de árboles, y una tranquilidad absoluta y envidiable.  Además, cuenta con una salita de primeros auxilios; una placita con juegos junto al edificio de la vieja estación; una escuela.

Goldney, el pueblo más fotogénico de la provincia de Buenos Aires.

El restaurante de campo que cautiva a los turistas

La gran atracción del pueblo, además de las fotografías para los amantes de ese arte, es el restaurante de campo llamado Los Aromos.

Además de los platos típicos que enamoran los paladares de sus visitantes, este establecimiento cuando con múltiples servicios y comodidades: pileta, parrilla, cancha de fútbol, escenario totalmente equipado y al aire libre, y un lugar para acampar.

Los Aromos abre sus puertas todos los sábados a partir de las 10 y de acuerdo a los comentarios de Google tiene una gran reputación: tiene una calificación de 4,6 sobre 5 estrellas y muchos subrayan la calidez de su dueño.

"Lugar de campo y bien de Pueblo para pasar con amigos y familia desde la mañana hasta la tarde. Comida abundante: la parrillada para nosotros fue lechón, achuras, chorizo, asado con guarnición, papás de entrada,etc. El dueño, Rubén, muy buena persona, nos hicimos amigos jajaja y su hijo Santino toca la guitarra increíble en su escenario", destacó uno de sus visitantes.

"Muy lindo restaurante de pueblo de campo. Precios accesibles. Menú con entrada, parrilla y bebida. Recomendable", apuntó otros de sus clientes.