La Provincia de Buenos Aires tiene tantas ciudades para disfrutar como pueblitos “pocos conocidos” que se presenta como una opción perfecta para desconectar del ruido y el estrés de la rutina, ya que esta región alberga dentro de sí un sinnúmero de rincones con una belleza única, ideales para explorar y planear una buena escapada de fin de semana en familia o con amigos. 

Dentro de la inmensa variedad de lugares, hoy te queremos compartir una acogedora localidad del sudoeste bonaerense que se localiza dentro del sistema serrano de Ventania y regala espectaculares aventuras en medio de maravillosos paisajes que se mantienen detenidos en el tiempo. De hecho, mediante una travesía de senderismo, se podrá acceder tanto a cuevas, cascadas e incluso acantilados con postales soñadas. 

¿Cuál es el destino cerca de CABA que "esconde" maravillas naturales? 

Villa Ventana es un pequeño pueblito que se encuentra a solamente 558 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es decir, unas 6 horas de viaje en vehículo. Dada su ubicación preferencial, pertenece a la comarca de Sierra de la Ventana, pero, en este caso específico, se caracteriza por constituir el valle más alto del territorio bonaerense con un promedio de 350 metros sobre el nivel del mar. 

Su acceso es muy sencillo, ya que desde CABA se toma la Riccheri hasta el empalme con la Autopista Ezeiza- Cañuelas. Luego, se continúa por Ruta Nacional 3 hasta Azul, donde se toma la Ruta Provincial 51. Finalmente, en la unión con la Ruta Provincial 76, se debe conducir por dicho camino que da paso hacia el ingreso de la localidad. 

Tené en cuenta que si elegís este destino como escapada, tendrás la posibilidad de hacer un recorrido por otras villas serranas que también son muy hermosas y que comparten la misma tranquilidad que esta acogedora localidad. Dentro de los atractivos cercanos se puede mencionar: Villa La Gruta, Saldungaray, San Andrés de la Sierra, entre otras.

Un parque natural con postales de otro mundo: 

La localidad conforma el mítico Parque Provincial Ernesto Tornquist, un espacio que funciona como reserva natural e invita a los turistas a conocer tanto las especies autóctonas como las diversas endémicas que habitaron esta región hacer miles de años. En este sitio, el recorrido propone realizar un circuido de ocho paradas que están pensadas para observar flora, fauna, geología y arqueología presente en el área.

Esta alternativa es perfecta para los turistas que desean vivir una aventura con la adrenalina a flor de piel, ya que se debe hacer trekking, de dificultad media, que te adentra a los rincones más secretos de las sierras e invitan a desconectarse de la rutina y la tecnología durante todo un día. Si no te animas a caminar tanto, también se puede hacer en bicicleta o cabalgatas contratadas con guías locales. 

Aquí se visita: las piletas naturales del arroyo El Toro, la Cueva del Toro, la Piedra de los Mil Ecos, la Piedra de la Mesa y el Alero de Corpus Christi. Asimismo, se destaca que en los espejos de agua se pueden localizar pequeñas playitas que son perfectas para bañarse en los días cálidos o simplemente tomar unos mates mientras se ve el atardecer. 

Dado el especial cuidado de este paraíso, se presenta como un rincón perfecto para el avistaje de animales autóctonos como llamas, ñandúes, guanacos, antílopes, ciervos colorados, las exóticas vacas “peludas” West Highland y otras especies que, junto con los habituales animales de cría, conviven libremente en la sierra con flora y vegetales de distintos tipos. 

Un lugar para desconectar de todo

Villa Ventana es una opción ideal para escaparse de todo, ya que además de presentar actividades aventureras, también se puede recorrer diferentes estancias y casas de campo que se localizan a lo largo de la zona. Aquí, los amantes de la naturaleza recurren al avistaje de fauna autóctona y a los largos paseos en bicicleta o cuatriciclo para una visión más panorámica del paisaje. Viví

Por otro lado, dentro de la acogedora localidad bonaerense, se pueden explorar un interesante polo gastronómico con platos típicos de las sierras de dicha región, como es el caso de los fiambres y embutidos. En este sentido, la propuesta en general se trata de comidas de elaboración casera, visitas a casas de té con dulces propios de la región, entre otras variantes.