Escapada: la reserva natural bonaerense que "oculta" una paradisiaca playa solitaria
A pocos kilómetros de CABA, un paraje natural que parece "detenido en el tiempo" y regala un ambiente idóneo para desconectarse de todo el estrés de la rutina.
Se viene uno de los fines de semana más extensos del año, ya que comprende dos jornadas no laborables: del sábado 15 hasta el lunes 17 de junio; y desde el jueves 20 de junio hasta el domingo 23. Más allá de conmemorar el fallecimiento de próceres que tuvieron gran relevancia en la historia del país (General Martín Miguel de Güemes y General Manuel Belgrano) y celebrar las costumbres argentinas, también se presentan como una alternativa perfecta para hacer una escapada.
Dentro de la inmensa variedad de destinos que hay a lo largo de Argentina, la provincia de Buenos Aires es una opción buena, bonita y barata para hacer turismo de pocos días, ya que el territorio cuenta con lugares e incluso actividades que son 100% gratuitas, aptas para todas las edades, situadas a pocos kilómetros de las principales ciudades y, en muchos casos, con acceso a través de transporte público.
En esta oportunidad, te queremos que compartir una reserva natural provincial que es "poco conocida" y reúne de los paisajes más lindos la zona: una playa paradisiaca que es prácticamente un "secreto". A su vez, se ubica a pocas horas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es decir, que si todavía no sabes qué hacer durante este finde, este sitio es perfecto para recorrer con amigos, pareja o familia.
Una reserva natural "oculta"
Muchos conocen e incluso han visitado la famosa laguna de Mar Chiquita, sin embargo, pocos saben de la existencia de la Reserva Natural Provincial Mar Chiquita, una amplia área de protección de biodiversidad que tiene como objetivo el cuidado de diferentes seres vivos que habitan en una magnífica playa paradisiaca donde la arena es blanca, el agua turquesa y las dunas encuadran una especie de "fuerte" que impide que la contaminación dañe el sitio.
La también conocida como la Albúfera, se ubica sobre la península de la pequeña localidad banearía, es decir, del lado este de la misma. En este sentido, cabe destacar que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se sitúa a poco más de cuatro horas de viaje en vehículo personal, lo que representa unos 400 kilómetros.
Dada su privilegiada ubicación, de camino a las principales ciudades de la Costa Atlántica como Mar del Plata, Miramar o Necochea, su acceso tiene lugar a través de la conocida Ruta Provincial 2. Se conduce por ella hasta Vivorata, pueblo en la cual se empalma con el camino vecinal que desemboca en la Ruta Provincial 11, encargada de unir todas las localidades del corredor marítimo bonaerense. Finalmente, una vez dentro de Mar Chiquita, se llega a la Reserva Natural por la calle Rivera del Sol.
Un destino soñado como si fuera de película
La Reserva de Mar Chiquita conserva uno de los ambientes más especiales y dinámicos de la provincia, ya que cuenta con la presencia de diferentes tipos de aves que llegan, año tras año, y se suman a un entorno natural que reúne todo tipo de peces y pequeños mamíferos en un ambiente donde el mar, la playa y los pastizales sobresalen de cualquier imagen previa que podamos tener de la naturaleza bonaerense.
Lo que hace que sea un ambiente sumamente particular es cercanía con la inmensa laguna litoral costera, la cual es considerada un accidente geográfico completamente único en Argentina y muy poco frecuente en el resto del mundo porque posee aguas saladas que tienen importantísimas propiedades medicinales para la salud de la humanidad, la cual se une con el área protegida gracias a la presencia de altas cadenas de médanos y dunas.
La Reserva Natural de Mar Chiquita se caracteriza por ser una zona poco profunda, llegando a un promedio de 80 centímetros. La longitud total es de 25 kilómetros, aunque puede alcanzar un ancho máximo de 5 kilómetros y un mínimo de 100 metros. A su vez, dada su ubicación, presenta afluentes continentales como arroyos y canales que drenan una cuenca de más o menos un millón de hectáreas y que está cuidada bajo estrictas normas.
Más allá del mar y las costas solitarias de arena blanca, el pastizal pampeano, otro de los relieves geográficos que componen al área protegida, conserva amplias zonas donde el uso fue limitado para la protección de animales y plantas típicas de la zona, como es el caso de reptiles y pequeños mamíferos.
¿Qué se puede hacer en la Reserva Natural de Mar Chiquita?
Este ambiente es muy especial porque produce una gran biodiversidad de flora y fauna autóctona e incluso visitante. De hecho, en verano encontramos aves migratorias que provienen del hemisferio norte como chorlos, gaviotines, falaropos y becasas, mientras que en la zona del pastizal pampeano, se ven especies típicas como chingolo, carpintero real y monjita.
Como si fuera poco, entre marzo y abril llegan la remolinera común y las bandurrias desde la Patagonia y durante todo el año se pueden encontrar los majestuosos flamencos que descansan sobre la orilla o bañan sus crías con las cristalinas aguas del mar. Por otro lado, en el territorio es el hábitat de la lagartija de las dunas, una especie en peligro de extinción que fue declarada Monumento Natural.
Gracias a la abundante agua, se recomienda utilizar el área para la práctica de deportes acuáticos de baja intensidad como puede ser la vela, natación, entre otros. Sin embargo, si preferís los planes tranquilos, otra gran opción es recorrer todo el perímetro a través de un exótico safari fotográfico y la visita de los diversos senderos naturales.