Escapada: el paraíso neuquino que enamora con sus postales de película
¿Querés desconectar de todo? A escasos minutos de San Martin de los Andes se "esconde" un diamante en bruto donde solo hay lugar para la tranquilidad y el silencio.
Argentina tiene un sinfín de rincones "poco conocidos" que vale la pena visitar aunque sea una vez en la vida. En este sentido, la Patagonia se posiciona como uno de los destinos más mágicos del territorio porque reúne tranquilidad y seguridad dentro de un ambiente natural que parece digno de una película de Hollywood.
Pese a que el sur del territorio ha mejorado considerablemente su oferta turística en cuanto hospedaje y actividades, las localidades de Bariloche, El Bolsón y Villa La Angostura siguen siendo los centros más populares de la región. Sin embargo, hay que destacar que a orillas del Lago Lacar se presenta un paraíso sorprendente donde el descanso y la aventura están asegurados.
Un paraíso "secreto" a pocos minutos de San Martin de los Andes
La Villa Quila Quina se ubica a tan solo 18 kilómetros de la ciudad de San Martin de los Antes (poco más de 30 minutos de distancia) y sobre la margen sur del hermoso lago Lácar, uno de los principales atractivos de la provincia de Neuquén. Este pequeño paraje está compuesto por un conjunto de casas residenciales, las cuales tienen su origen en el loteo que la Administración de Parques Nacionales llevó a cabo en el año 1942, que fueron expropiadas por los pobladores originarios (Mapuches) con motivo de la creación del Parque Nacional Lanín.
El circuito comienza tomando la mítica Ruta Nacional 40, o ex 234, también reconocida como "La ruta de los Siete Lagos", para luego bajar hacia la zona del espejo de agua mencionado con anterioridad. Allí se podrá encontrar la entrada al balneario Catritre, que cuenta con una extensa bahía con playas de arena, un camping organizado, un camping agreste, restaurante y área de pícnic, y un kilómetro más adelante, se tomará el desvío que se dirige al pintoresco pueblito.
El camino, de ripio consolidado, es sinuoso y se desarrolla junto a la montaña, por lo que asciende desde los 640 metros sobre el nivel del mar hasta los 900 metros. A su vez, el bosque de robles domina la escena y entre acogedoras cabañas que se caracterizan por sus cercos de madera, corrales con chivos y ovejas y huertas orgánicas. Hay que mencionar que es importante tener extrema precaución al volante, ya que, en buena parte, el trayecto se angosta demasiado.
El Caribe con montañas
Al ingreso de Quila Quina, se podrá visitar la cascada del Arroyo Grande, la cual se encuentra "distante" a unos 500 metros por un sendero que es de fácil tránsito peatonal. Allí mismo, se sitúa la comunidad mapuche que ofrece a los visitantes la posibilidad de comprar desde productos elaborados con lana y madera hasta dulces caseros y otras artesanías típicas del pueblo.
Continuando con la marcha hacia el lago, existen distintos campings agrestes que están organizados para que el turista viva una estadía con todo el confort. De esta manera, una gran opción es degusta un rico plato en su restaurante, conectar con la naturaleza en el área recreativa, mirar los mejores atardeceres en el muelle con confitería, o alquilar espacios para la práctica de actividades náuticas.
Finalmente, el sendero natural "El Cipresal" conduce a los visitantes hasta las playas: La Puntilla, Retamas y Robles. Cada una de ella tiene un área delimitada para baño sin peligro, zonas de clara para tomar sol sobre arena y dejar que la vista se distraiga con el paso de las embarcaciones e incluso algunas rocas para aquellos valientes que desean zambullidas en las aguas cristalinas.
¿Qué hacer en Villa Quila Quina?
Se destaca que esta joyita neuquina invita a bañarse en sus cálidas aguas, aunque es importante mencionar que el área está habilitada mientras haya luz natural. Asimismo, durante la estadía, se puede realizar deporte acuático como kayak, rafting, stand up paddle, natación o simplemente meterse con una colchoneta inflable y dejarse llevar.
Por otro lado, es un espacio perfecto para los aventureros. En este sentido, basta con hacer un fantástico trekking en el bosque o hacer una bicicleteada por los senderos naturales, es decir, existe la posibilidad de combinar el descanso con adrenalina y las hermosas vistas que ofrece este paraíso enclavado en el Lago Lácar.