Escapada: el mágico pueblito a horas de CABA que esconde una millonaria arboleda y es ideal para huir de la rutina
Se trata de un pequeño pueblo ubicado a pocas horas de la Capital Federal, ideal para disfrutar en familia de un día de descanso rodeado de naturaleza. Con una colorida arboleda y paisajes que parecen salidos de un cuento, este rincón escondido es perfecto para pegarse una escapada, desconectar de lo cotidiano y reconectar con lo simple.
Ya pasaron unas semanas del último fin de semana largo, y muchos se preguntan cuándo llegará el próximo feriado para planear una mini escapada y desconectar un poco de la rutina. En este sentido, para quienes desean adelantar su descanso y descubrir un nuevo destino turístico sin alejarse demasiado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, existe un pueblito escondido a pocas horas de Capital Federal que, con una inigualable arboleda de más de 1 millón de ejemplares, invita a disfrutar de una jornada de tranquilidad.
Entre caminos de tierra y paisajes rurales, este encantador rincón ofrece una experiencia única para quienes buscan acercarse a la naturaleza. Su gran vivero, uno de los secretos mejor guardados de la región, es un verdadero espectáculo de colores y aromas, ideal para una caminata relajante o un picnic bajo la sombra de plantas centenarias llenas de serenidad.
Descubrí el encanto de este pueblo escondido: un destino natural cerca de Buenos Aires
Ubicado a unas horas de la Capital Federal y a solo 15 kilómetros de Saladillo, encontramos Cazón, un pueblito desconocido, pero visualmente muy atractivo, que invita a una escapada simple para dejar atrás el ritmo de la ciudad y zambullirse en unas horas de intensa naturaleza. Se trata de un barrio de menos de 500 habitantes, rodeado de un entorno con flora y fauna que encanta por su tranquilidad y belleza y atrae a cada vez más turistas que se acercan a conocerlo.
Fue fundado en 1896 y es famoso por su vivero, el Municipal Eduardo L. Holmberg, que ocupa unas 210 hectáreas y es uno de los más pintorescos del país. Aquí, más de 300 especies de plantas, con aproximadamente un millón de ejemplares, iluminan las calles, formando un verdadero oasis donde uno puede caminar entre senderos que parecen salidos de un cuento.
Así, uno de los lugares con más historia en el pueblo es su vieja estación de tren, construida en 1884, que aún permanece intacta pese a haber dejado de funcionar en 2018. Es un espacio especial que parece detenido en el tiempo y que atrae a quienes disfrutan explorando sitios llenos de historias y sacando fotos a lugares cargados de relatos.
También los turistas que se fascinen por el área rural, pueden visitar el tambo “Pasturas de Cazón” dónde les mostrarán y contarán sobre la producción láctea, probarán productos frescos y verán de cerca el trabajo en el campo. Este lugar no solo destaca la importancia de la agricultura en la economía local, sino que también brinda una experiencia educativa y sabrosa que deja una marca especial en cada paseo.
Cabe destacar que, los fines de semana, cobra un aire distinto con su feria de emprendedores, que llena el lugar de sabores y aromas artesanales, una verdadera oportunidad para conocer el trabajo de los habitantes de la zona y probar productos locales, llevándose algún recuerdo único o simplemente disfrutando de un buen rato. Además, las pulperías y restaurantes locales completan la experiencia, ofreciendo platos y bebidas típicas que no se encuentran en cualquier lugar.
¿Cómo llegar a Cazón desde Capital Federal?
Para llegar desde la Ciudad de Buenos Aires, una opción es ir en auto tomando la Ruta Nacional 205 en dirección a Saladillo. Tras recorrer aproximadamente 170 kilómetros, se llega a Saladillo, y desde allí son solo unos 15 kilómetros más por la Ruta Provincial 51 para llegar a este pintoresco destino. Es un recorrido directo, ideal para quienes prefieren ir por su cuenta y disfrutar de la ruta.
Otra alternativa es utilizar el transporte público. Desde la terminal de ómnibus de Retiro, hay servicios que llevan a Saladillo en un viaje de alrededor de tres horas. Al llegar, se puede tomar un taxi o remís para completar el trayecto hasta Cazón, que es breve y permite apreciar los paisajes del área. Esta opción es conveniente y accesible para quienes no cuentan con vehículo propio.