Escapada de fin de semana: el tranquilo pueblo que parece detenido en el tiempo y que queda a pocos kilómetros de CABA
¿Estás buscando un lugar lindo y tranquilo cerca de Capital? Entonces este paseo es ideal para vos. Leé todos los detalles, en la nota.
Diego Gaynor es una pequeña localidad de 236 habitantes que pertenece al partido de Exaltación de la Cruz. Si bien no es un sitio muy conocido, esconde una tranquilidad que es envidiada por los visitantes que llegan desde las grandes ciudades de la provincia de Buenos Aires. Sin dudas, es una escapada predilecta para aquellos que buscan tener un fin de semana de descanso y paz.
Ubicado a 99 kilómetros de Ciudad de Buenos Aires, llegar a este pueblo solamente lleva una hora de viaje en vehículo. Su acceso es rápido y directo, ya que se encuentra dentro de uno de los municipios más turísticos de la región. Desde la Avenida General Paz, se debe tomar la salida a la Ruta Nacional 9 por el Ramal Pilar. A la altura de Pergamino, tomar la Ruta Nacional 8 hasta la intersección con la calle Ángel Lazzaro que se dirige al paraje.
El ramal de tren dejó de brindar servicios de pasajeros en 1992 y actualmente es propiedad de Nuevo Central Argentino, pero quedo en desuso. Este punto de la localidad, es uno de los más pintorescos porque continúa intacto. Muchos visitantes se acercan a las instalaciones para tomar fotos y disfrutar de los campos de sus alrededores.
A lo largo de sus seguras y tranquilas calles, se pueden encontrar distintas casonas y casas viejas que tienen las características de las típicas construcciones del 1800. Entre ellas, también se pueden destacar pequeños comercios que venden productos regionales y además, son dispensarios de los vecinos.
Otros de los lugares más llamativos es su capilla en honor al santo del trabajo y paz, San Cayetano. Cada 7 de agosto, Diego Gaynor se viste de fiesta en honor al Patrono y recibe turistas de distintos lados de la provincia que llegan a pedir o agradecer. Ese mismo día, se realiza una gran procesión, se realizan espectáculos folclóricos, jineteadas y se come rica y típica comida regional.
Cabe destacar, su clásico restaurante "La Materina". Este funciona en una vieja estancia que es un sitio ideal para disfrutar de la tranquilidad del campo y de la belleza de la naturaleza. Acá se pueden degustar platos como asados, pastas, empanadas y más. Además, hay gran variedad de vinos y tragos para acompañar la comida.