Los artefactos eléctricos de línea blanca han facilitado la vida de las personas desde hace ya varios años. Los electrodomésticos más comunes como la heladera, el microondas y el lavarropas suelen estar presentes en los hogares. Pero muchas veces sucede que no se le presta la debida atención a su limpieza.

Como primera medida es recomendable recurrir al manual de usuario de cada aparato. Teniendo en cuenta que en el 99% de los casos las personas lo tiran o lo pierden, se puede buscar en Internet, que por lo general suelen estar disponibles para consultar o descargar. Allí se pueden encontrar instrucciones útiles para tener en cuenta a la hora de la limpieza, e indicaciones sobre los productos que pueden llegar a dañar los artefactos. A su vez, muchas personas descubren elementos propios de cada electrodoméstico que desconocían.

El paso del tiempo o la exposición solar son los peores enemigos del plástico. A menudo se puede ver cómo los electrodomésticos se van volviendo más y más amarillos, dándole a las estancias de los hogares un aspecto más descuidado y sucio.

Si has intentado devolverle su color original, pero no lo has logrado, debes saber que será imprescindible llevar a cabo una limpieza profunda, al menos una vez cada tres meses. 

Con una limpieza más frecuente lograrás que el plástico adquiera ese color amarillento que tan poco nos gusta. Si ya es demasiado tarde y tu nevera o algunas parte de tu baño ya tienen este aspecto, aquí tienes un truco para recuperar los tonos blancos del principio.

El mejor truco para dejar tus electrodomésticos como nuevos

  1. Lo primero que hay que hacer es limpiar bien la superficie con agua tibia y jabón para retirar los restos de suciedad y de grasa.
  2. Después deberás coger un recipiente de plástico donde deberás mezclar dos vasos de agua caliente, una taza de cloro o lavandina, media de taza de bicarbonato de sodio y un cuarto de taza de agua oxigenada. 
  3. Por último con una cuchara se remueve hasta integrar bien todos estos ingredientes.