En medio de la primera ola de calor de la temporada, el kilo de helado alcanzó los $3.000 y se vende a un promedio de $2.100 aunque en las heladerías barriales el precio desciende a casi la mitad, así lo reveló un informe especial de cronica.com.ar.

Cada vez que el termómetro supera la barrera de los 30 grados la venta de helado se dispara. Pese a la escalada inflacionaria y el fin de mes que presiona el bolsillo, los argentinos se las arreglan para poder darse un gusto refrescante buscando precios y promociones.

El incremento de la materia prima con que se fabrican los helados impactó de lleno en el valor del kilo. Una de las marcas líderes del mercado vende el pote más grande a $2.950, mientras que un comercio barrial ofrece el mismo tamaño a $1.400.

Desde el sector aseguran que cada incremento se debe a que la elaboración del producto requiere de ingredientes básicos que cotizan en dólares, como la leche, crema y azúcar. “Los lácteos, los frutos secos, el azúcar y las frutas tuvieron aumentos superiores al 100%”, indica Maximiliano Maccarrone, presidente de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA).

Pese al contexto, las heladerías artesanales aumentaron los precios por debajo de la inflación, estimada este año en un 107%. “Las subas de este año estuvieron entre un 75 y un 80%”, explica Maccarrone.

“La única forma de poder absorber esa diferencia es generando mayor volumen de venta, por eso lanzamos acciones como La Noche de las Heladerías, para no trasladarle el aumento de los costos al precio de venta y al bolsillo de los clientes”, advierte el titular de AFADHYA.

En el barrio el kilo vale la mitad

El relevamiento de precios realizado por crónica.com.ar evidenció la diferencia que hay en el sector. Las marcas líderes ofrecen el kilo de helado a un promedio de $2.800, las cadenas de heladerías parten desde $2.200 y los comercios barriales desde $1.400, la mitad que en las firmas más conocidas.

“Las heladerías artesanales manejan un rango de $2.000 a $2.800”, señala Macarrone y a su vez explica: “La amplitud de precios radica especialmente en la materia prima, los costos de alquiler y laborales".

En este sentido, aclara: "Las cadenas pagan alquileres más caros por las ubicaciones. La incidencia laboral también influye. El comercio de barrio, por su parte, paga muchísimo menos de alquiler, en algunos casos son dueños del establecimiento y colaboran varios integrantes de la familia, por lo tanto, no tienen tantos empleados”.

Promociones y delivery

Otro de los factores que influye en el precio actual del kilo es el de la cadetería o reparto a domicilio. Muchas personas piden helado por las aplicaciones de delivery, que cobran hasta un 24% del valor de la compra, a ese monto se le debe añadir el IVA.  Todo esto encarece el precio final.

Para hacerle frente a los costos los comerciantes del sector apuntan a promociones 2x1, descuentos para los días de menores ventas, beneficios bancarios y fechas especiales con ofertas.