Era 1997 cuando Diego Armando Maradona le pidió a su representante y amigo, Guillermo Coppola, que le cumpliera otro capricho: quería un camión. Quizás era un deseo que tenía desde chico o creía que esa era la manera de esquivar la avalancha de periodistas que lo esperaba al entrar y salir de cada entrenamiento de Boca Juniors. Lo cierto es que el astro terminó en el taller de Barracas donde lo esperaba ansioso un grupo de pibes que intentó enseñarle a manejar el Scania, aunque -spoiler- sin mucho éxito.

Maradona entre los pibes del taller de Barracas (Gentileza Sergio Busnelli).

Entre esos jóvenes estaba Sergio Busnelli, de 53 años, quien trabaja desde hace 29 años entre los camiones que alguna vez vino a elegir el Diez. Reconoce a Crónica que no le presta atención al fútbol, aunque sí es "simpatizante" del xeneize, al que mira cada tanto, sobre todo si juega contra River y sus amigos de su barrio en Burzaco lo llaman para mirar el partido.

"Si pierde Boca, me voy a mi casa y duermo tranquilo. A mí me amarga cuando Ford pierde con Chevrolet, que es nuestro clásico", agregó con una sonrisa. Pero esa tarde, hace más de 20 años, en la que corrió el rumor por el taller que venía el Diego, campeón del Mundial de México de 1986, quiso conocerlo. 

Para Maradona, la empresa Baisur Motors había expuesto dos modelos Scania Topline 0 kilómetro. Uno blanco y uno celeste metalizado. "Eran lo que nosotros le decimos 113. Es decir, 11 litros de cilidrada del motor serie 3. Eran clásicos, lo último que había. Llegaban a 120 o 140 con toda la furia", explicó Sergio.

Al caer la noche, contó el mecánico, llegó Maradona con unos "20 tipos y Coppola, todos de saco y corbata, en tres camioneras importadas". "Eran unas bestias, aceleraban de una manera...", agregó.

Enseguida, Diego miró los camiones y eligió el celeste por "los colores de Boca", indicó Sergio. Y mientras Coppola "negociaba notas por teléfono con todos los diarios y revistas que te imagines", los pibes llevaron el vehículo al taller para explicarle al astro cómo se manejaba. 

Maradona, a bordo del Scania (Instagram).

No era tarea fácil. El camión tenía una caja de velocidades con más de diez cambios, pero el problema es que el pomo de la palanca sólo marcaba tres y la marcha atrás.

"Para seguir pasándolos se trabaja con una tecla y un anillo que tiene esa palanca. Quisimos darle un cursito para que aprenda a manejar en alta y baja velocidad, como hacemos con todos los clientes. Él se sentó en la butaca del conductor y con dos compañeros subimos por el lado del acompañante. Estaba fascinado con el tablero. La explicación fue rápida, pero no nos entendió", contó Sergio entre risas.

Días después, Maradona intentó llegar a la concentración de Boca pero el camión lo dejó tirado algunos metros antes de poder ingresar al predio. La versión difundida es que Diego le cargó combustible en el tanque equivocado, pero Sergio tiene otra teoría: "Sólo sabía poner hasta tercera. Ese día paró el camión, lo dejó en una banquina y un compañero mío fue a buscarlo. Le volvió a explicar. Así llegó al entrenamiento".

"Cuando entra al entrenamiento, hay un autito detrás. Ese era mi compañero que fue a ayudar", continuó entre risas. "Quizás nunca aprendió a pasar los cambios", sumó. 

El "toque Maradona" también le llegó a la mole celeste. Antes de retirarlo del taller, había pedido a los pibes que le pongan todos los accesorios cromados que pudieran y así fue. Poco tiempo después lo volvió a traer porque lo quería negro. Y que le colocaran calcomanías con las sílabas "Dal" y "Gia", por Dalma y Gianina, las dos hijas que tuvo con Claudia Villafañe"Cuando lo trajeron para cambiar el color, vi que tenía un montón de tarjetas de restaurantes y boliches en la parte de atrás", indicó Sergio.

Pese a la cantidad de gente que rodeaba al Diez, lo recuerda como "un tipo sencillo". "Cuando vino le pedimos con los chicos si podíamos sacarnos una foto y nos dijo que sí. Algunos charlaron con él. Lo vi y te quedás flasheado. No es mi ídolo, yo tengo otros héroes, como los excombatientes de Malvinas. Pero ese día quería ver a Diego. Él tenía esa magia", remarcó.

El camión "tuneado" de Maradona (Twitter).

El camión había sido gestionado mediante un canje publicitario y estaba a nombre de Maradona Producciones. Tras la muerte del ídolo, ocurrida el 25 de noviembre de 2020, el vehículo no entró en la sucesión de bienes de los hijos del astro. Con pocos kilometros recorridos, se cree que la mole descansa en un galpón en Ezeiza donde lo dejó un viejo colaborador del Diez.

¿El otro camión de Maradona?

Meses atrás, otro Scania apareció en una exposición de Capilla del Señor en la que aseguraban que era un segundo camión que había comprado Maradona. Ese vehículo era un 360 Topline del mismo color celeste y su actual propietario es un empresario transportista de 57 años.

“El camión tiene muy poco uso, apenas 20 mil kilómetros. Lo que pasa es que estuvo mucho tiempo a la intemperie en Ushuaia y no fue bien cuidado. Ahora lo vamos a cuidar bien”, le contó Juan Carlos Rodríguez, dueño del vehículo, al portal Motor1 Argentina.

El camión expuesto en Capilla del Señor (Gentileza Motor1 Argentina).

De acuerdo a Rodríguez, “en la documentación original del camión figura que perteneció a Diego Maradona Producciones y, desde que lo compramos, intentamos varias veces reunir a Diego con su camión. Pero no tuvimos suerte, lo intentamos mil veces de contactar por medio de Matías Morla.

"Soy transportista y amo los camiones. En la flota de nuestra empresa llegamos a tener más de 50 camiones. Pero me cansé de renegar con el país y me fui desprendiendo de todos de a poco. Pero el Scania no lo vendo, indicó.

Por M.B.