A menos de un mes para el comienzo del Mundial Qatar 2022, la mente de los hinchas argentinos se llena de recuerdos: están las mayores alegrías, pero también las tristezas. Aunque uno de los episodios más dolorosos sucedió fuera de un campo de juego y tuvo como protagonista a una mujer, junto a Maradona, que quedó tan marcada por el hecho que la FIFA intentó "cambiarle el nombre".

Ocurrió el 25 de junio de 1994, en el estadio Foxboro (Massachusetts) minutos después del gran debut de la Selección en la competencia mundial de Estados Unidos ante Grecia. Los dirigidos por Alfio Basile se impusieron por 4 a 0 con tres goles de Gabriel Batistuta y uno de Diego.

En ese entonces el 10 se iba de la cancha de la mano con una enfermera con una gran sonrisa. Claramente, no se la había cruzado por la cabeza que iban a cortarle las piernas y que ese sería su último partido en mundiales y también el último con la camiseta de Argentina.

La otra gran protagonista de esta triste historia es la enfermera, que luego de ese hecho fue catalogada como "verduga" y hasta le cambiaron el nombre para liberarla del estigma con el que cargaba.

¿Qué fue de la vida de Sue Carpenter, la enfermera que dejó sin Mundial a Maradona?

Sue Carpenter tenía la misma edad de Diego, 33, y era una de los cuatro auxiliares de la FIFA que aparecían después de cada partido para acompañar a los jugadores a su muestra de orina

El episodio desató miles de mitos y especulaciones, ya que fue "a única vez que mandaron a buscar un jugador". El otro sorteado fue el defensor Sergio Vázquez y nadie lo llevó de la mano al control.

El resultado de la prueba ya es conocido: Maradona dio positivo de pseudoefedrina y efedrina, fue suspendido y ni siquiera le permitieron apelar el fallo. Cinco días después, el 29 de junio, FIFA en conferencia de prensa habló de “cóctel de drogas”.

"No quiero dramatizar, pero creeme que me cortaron las piernas. A mí, a mi familia, a los que están al lado mío. Ahora nos sacaron la ilusión. Y creo que me sacaron del fútbol definitivamente. Tengo los brazos caídos, el alma destrozada. Quiero que les quede claro a todos los argentinos que no corrí por la droga, corrí por la camiseta", dijo Maradona tras conocerse la noticia, en una de sus entrevistas más recordadas.

Pero el hecho no tuvo consecuencia solo para Diego y la Selección, que días más tarde quedaría eliminada, pues Sue también había quedado marcada. En su siguiente partido fue rechazada por un griego que había sido sorteado para el control luego del partido con Nigeria: "Andate, te vi, sos la que sacó a Maradona". La FIFA decidió protegerla y difundió que se llamaba María Ingrid.

Lo cierto es que dos años más tarde, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, la prensa la encontró y contó que no tenía nada en contra de Maradona. De hecho, admiraba a los argentinos y se había casado con uno: detalló que en su casa de Los Ángeles tenía dos casetes de Carlos Gardel y su tango favorito era Mi Buenos Aires querido.

Las versiones sobre por qué ingreso a la cancha y se llevó a Maradona de la mano son muchas. Pero según reconstruye el libro El último Maradona, de los periodistas Alejandro Wall y Andrés Burgo, la "enfermera" caminó hasta Diego después de un cruzar unas palabras con Roberto Peidró -integrante del cuerpo médico del seleccionado- quien al enterarse de que la joven estaba casada con un argentino, le dijo: “Andá a buscar a Maradona, así mañana salís en la tapa de todos los diarios “.

—Yo estuve casada con un argentino. Me separé hace dos años —le dijo Carpenter..

—Ah, sí, ¿de dónde? —le preguntó el médico.

—De Congreso. Nunca pude ir y me quedé con ganas de conocer —contestó.

—Yo vivo en Congreso —le dijo Peidro.

—No lo puedo creer. ¿Qué significa Congreso?

Peidro le explicó que es un barrio de Buenos Aires le debe el nombre al palacio legislativo. Ya terminaba el partido y el médico le dijo la frase por la cual comenzó el malentendido: "Andá a buscar a Maradona. Así salís en la tapa de todos los diarios. Vení que le digo que le tocó el doping". En el medio, entró en escena el dirigente chileno Harold Mayne Nicholls.

—Pibe, ¿y esta mina? —le preguntó Maradona.

—Diego, saliste para el doping y ella es la enfermera. Te tiene que escoltar —le respondió Mayne Nichools.

—Perfecto —aceptó Maradona, que le tomó la mano a Carpenter y caminó hasta la platea para saludar a Claudia Villafañe. —¿Sabés cómo la vacuno a esta gorda? Ahora me voy con ella —gritó Maradona y Claudia lanzó una carcajada.

De inmediato, dio media vuelta y fue camino al control. No sin antes abrazar a Carpenter y firmarle un autógrafo a otra de las auxiliares. Carpenter, por su parte, dijo emocionada: "Viva Maradona, viva Argentina".

Desde entonces, para muchos es la verduga de Maradona, aunque se dedique a traer vida al mundo. En la actualidad, Sue Ellen Carpenter tiene 61 años y sigue ligada a la medicina: es doctora, especializada en endocrinología reproductiva e infertilidad, y trabaja en una clínica reproductiva de Atlanta.

Sue Carpenter es médica especializada en fertilidad.