Eclipse lunar total de mayo: ¿Cuándo y dónde podrá verse la "Luna de Sangre"?
Se trata del segundo evento de estas características que tendrá el 2022. ¿Será visible desde Argentina? Enterate, en la nota.
Este fin de semana los fanáticos de los fenómenos astronómicos tendrán una cita con las estrellas. Desde las últimas horas del domingo 15 y hasta la madrugada del 16 de mayo el satélite natural del planeta Tierra se teñirá de rojo, en el evento que se conoce como “Luna de Sangre”.
El segundo eclipse del año podrá verse desde América del Norte y del Sur, además de África y Europa. Este episodio marca la continuación de la temporada de eclipses, iniciada el mes de abril último.
Se trata del tercero de cuatro eclipses lunares metónicos que caen en la misma fecha, aunque cada uno separado por 19 años. En esta oportunidad ocurrirá una “Luna de Sangre”, cuando el satélite se percibe de color rojo debido a un fenómeno lumínico.
El espectáculo será completamente visible en las regiones previamente mencionadas y se levantará sobre el noroeste de América del Norte y el océano Pacífico durante la madrugada del lunes 16 de mayo, más precisamente a las 2.27 AM (según el horario internacional) y finalizará a las 5.55 AM.
En la Argentina, la luna comenzará a teñirse a las 22.32 del 15 de mayo y para las 0.29 del 16 el eclipse será total. El evento durará 5 horas y 18 minutos aproximadamente y alcanzará su plenitud a las 1.11 AM. El final se registrará cerca de las 3:50 AM.
Esta será la primera “Luna de Sangre” del año, la segunda será el 8 de noviembre.
¿Cómo se producen los eclipses lunares?
Estos fenómenos naturales ocurren cuando la Tierra se alinea con la Luna y el Sol. En tanto, la “Luna de Sangre” se produce cuando el planeta bloquea la luz del Sol y proyecta una sombra a la Luna llena, con lo cual el satélite natural se tiñe de rojo.
El tono rojo que adquiere se debe a que la escasa luz solar que atravesará la atmósfera terrestre toma ese color al refractarse y proyectarse sobre la superficie lunar. En estos casos, la atmósfera se convierte en una especie de filtro lumínico que impide el paso de colores azules, que se disipan en el espacio.