Este Día del Padre, Crónica reunió cinco historias de hombres comunes que enaltecen ese rol. "Ser papá me mantuvo vivo", confesó Sebastián, un joven oriundo de Gualeguaychú que tiene a su cargo la crianza de Yamal, de 11 años. "Me quedé sin trabajo hace tres años porque no podía dejar solo al nene. Eso me llevó a la bancarrota, perdí todo, y me desalojaron. Todos los días era un drama nuevo. Pero mi hijo me sacó a flote, porque lo miraba a los ojos y tan sólo eso era un empujón enorme", detalló.

Bajo ese motor que representaba su niño, le puso el pecho a tan delicada situación, vendiendo en la calle o en los transportes públicos, y recolectando cartón. Hoy en día continúa en el intento de superar los apremios económicos, trabajando de delivery y buscando otra actividad laboral que garantice una subsistencia estable.

Una meta similar a la que se fijó Raúl cuando a Mateo, su hijo, le diagnosticaron una patología que afecta los músculos, principalmente sus pulmones, pocos días después de su nacimiento. A partir de entonces, el pequeño estuvo internado durante más de 18 meses. Tiempo en el cual su papá redobló sus esfuerzos para ambientar la humilde casa familiar situada en la localidad bonaerense de Pilar. "Vivíamos en una casilla y era albañil, pero tenía que hacer otra cosa: me puse a vender medias y artículos de limpieza en el tren y en el colectivo. Los primeros tiempos fueron difíciles", expresó a este medio.

A Martín, vecino de la ciudad cordobesa de Cosquín, tampoco lo detuvo que Jona y Alexis atravesaran situaciones de salud comprometidas y crónicas para adoptarlos y brindarse por completo como padre hacia ellos. "Nuestra historia comenzó en el año 2010, cuando tomé la decisión de inscribirme en el Registro Único de Adopción. Fue una gestación de ocho años donde fui preparando el nido con más incertidumbres que certezas. Se instalaron con tanta fuerza en mi vida que sentí que ya estábamos juntos antes de conocerlos personalmente", expresó ante la consulta de Crónica.

Un recorrido que además emprendió Marcos, también cordobés, pero de la capital provincial, para ser el papá de Rodrigo, en junio del 2022, a través de una convocatoria publica de la Red de Adopción Argentina. "Ya en el día uno sentí algo que fue fuerte. Fue un proceso lindo, con miedos e incertidumbre vinculados a no fallarle a él, dado que ya le habían fallado".

En tanto que el "profe" Juan Manuel implementa su vocación paternal intentando a diario derribar las fronteras que la desigualdad establece entre una villa y su exterior. En su caso, lo hace ejerciendo en la Escuela Cruz del Sur de Barracas, cuyo alumnado está conformado por un 70 de chicos que viven en el barrio popular 21-24. "Al rol de padre, que es vital para hacer lo que hago, le sumo lo que he aprendido de mi padre Fernando, de mi esposa Florencia, del padre Rodolfo Ricciardelli, muy amigo del padre Carlos Mugica, y del padre Pedro Velazco Suárez. Pero también aprendo constantemente de mi hijo Nahuel, quien me enseña día a día", confió.

Diferentes historias y experiencias que confluyen en la maravillosa fortuna de ser padre. Por ejemplo, Sebastián consideró que "el término padre o papá es fuerte, que implica respeto y responsabilidad. Yo con mi hijo somos uno, me emociona hablar de él y verlo dormir en el pecho es sentirse agradecido y privilegiado". Martin, en tanto, afirmó que la paternidad representa "la mejor etapa de mi vida. No por ser fácil, al contrario, sino porque me enfrenta cada día a mis propios límites y me desafía constantemente". Marcos, por su parte, manifestó que "significa ser un amigo, confidente, compañero, que te escucha, llorar juntos, abrazarlo con el alma al hijo, respetar que no quiera hablar o prestarle atención cuando sí". Por último, Raúl remarcó que hoy "se festeja como si fuera el primero y el último, festejo tenerlo a Mateo".