A los 18 años, Dolores Trull era estudiante de diseño gráfico y proyectaba su futuro en el mundo del diseño y la creatividad, pero su vida tomo un giro inesperado cuando su vecina Tini de Bucourt descubrió su belleza natural y creyó que podía billar en el mundo de la moda.

Dolores Trull deslumbró al mundo con su belleza.
Dolores Trull deslumbró al mundo con su belleza.

Así fue como la joven comenzó una carrera de mucho éxito: desfiló por las pasarelas de todo el país, apareció en las tapas de las mejores revistas de moda, las pasarelas más exclusivas y campañas junto a reconocidos fotógrafos. 

Pero su carrera también se extendió por el mundo: se pudo ver su paso firme y su hermosa mirada en las pasarelas de Nueva York, Milán, París y Berlín, entre otras ciudades.

Además, lució grandes marcas como Chanel, Fendi, Versace, Gianfranco Ferré, Ana Molinari y J. L. Scherrer, entre otros casas. Los diseñadores más famosos la querían en sus desfiles y ella conseguía hacer brillar cualquier prenda o accesorio. 

No obstante, su carrera fue corta y un día decidió que era el momento de bajarse de las pasarelas definitivamente y fue años más tarde cuando regresó a los brazos de su gran amor, el cual había abandonado de chica: el diseño.

Fue así como a los 24 años, la mujer decidió virar el rumo para el lado de la publicidad, así fue como estudió la carrera y luego incursionó en la producción, en la fotografía y hasta expuso su obra en el MALBA. También tuvo su paso por la televisión, cuando condujo durante 3 años el ciclo FTVmag por la extinta señal Fashion TV.

Comenzó su carrera a los 18 años y logró conquistar las pasarelas más top.
Comenzó su carrera a los 18 años y logró conquistar las pasarelas más top.

Cuando estaba a la espera de su primer hijo, en pleno embarazo, la joven hizo un curso de bijouterie con Carla Bronzini y después estudió joyería en metales con María Medici. Fue ese el empujón que la llevo a crear su propia marca: “DTJ”, Dolores Trull Jewelry. La cual describe como: “Mi mundo en Oro18k y piedras Preciosas”.

La diseñadora de bisutería que hoy tiene 46 años y dos hijos, confiesa que todo comenzó como un hobby, no como un trabajo, de esta manera el camino se volvió sencillo: fueron tres los anillos con los que comenzó esta aventura en donde la relación con las clientas también es una parte clave.

Su especialidad son los anillos y los brazaletes porque le cuesta hacer lo que ella no usa. Es fiel a su estilo y no copia la moda del mercado, sino que la autenticidad y originalidad son garantizados en sus productos. 

 El modelaje quedó en el pasado 

En una entrevista que realizó hace algunos años, la ex modelo aseguró que no extraña “para nada” la pasarela y sus años en el rubro del modelaje. Sin embargo, si extraña las largas charlas con café de por medio con sus amigas y los viajes que las volvieron cada vez más unidas. 

Además, confesó que cuando dejó de trabajar nunca más miró una revista de modelaje. “Nunca me divirtió mucho esa parte, me pareció muy limitado, al principio me gustaba, era fácil, era divertido, ¡es el trabajo más divertido del mundo! Viajás, todo es fácil, después cuando empecé a ser un poco más consciente de todo eso como que me aburrí”, aseguró en aquella oportunidad.

También tuvo una vaga idea de incursionar en la indumentaria, pero también le pareció un mundo limitado: “Los talles, los colores, la temporada, todo igual, ¡odio! Me aburro mal. Con el tema de la joyería encontré un lugar donde no hay temporada, la mina viene con una mano grande y yo le hago el anillo a medida, me encanta la mujer grande, la chica, me encanta la mujer”, expresó.