Catalina Rautenberg saltó a la fama siendo muy joven y cautivó a miles de diseñadores con su bella figura, sin embargo, su carrera no solo se desarrolló arriba de las pasarelas, sino que también fue la cara de reconocidas marcas internacionales. A raíz de su gran trabajo se consolidó como un ícono de la moda. De hecho, fue bautiza como la "Linda Evangelista Argentina". El tiempo demostró que tenía mucho más para dar y se reinventó drásticamente, ya que dio un paso acostado para estudiar diseño y danza. Actualmente, se encuentra instalada en la tranquilidad de Villa Dolores, Córdoba, donde disfruta junto con sus mascotas de la inspiración que le da la naturaleza

La década del 90 es conocida como el "Boom del modelaje argentino" debido a que surgieron decenas de jóvenes que no solo se destacaban por su linda figura, sino que demostraron que tenían las cualidades necesarias para ser un artista completa. En ese entonces, también hubo un enorme desarrollo de las agencias de representación que le dieron origen a grandes figuras como Pancho Dotto, Roberto Giordano, Ricardo Piñeiro, entre muchas otras. A pesar de que fueron parte de la era dorada de la moda en nuestro país, la realidad es que muchos de estos talentos optaron por hacer un rotundo cambio de vida y dejar de lado aquello que les dio fama. 

Rautenberg en la presentación de su marca de ropa. 

La llegada a la gran ciudad  

Rautenberg nació el 6 de septiembre de 1971 en la Ciudad de Córdoba. Su papá era médico cirujano y la mamá oftalmóloga. Por este motivo, a lo largo de su infancia y adolescencia, vivió en distintos puntos del país. La primera parada de la familia fue en la provincia de  Catamarca, pero luego le siguió La Pampa y el hermoso Valle de Traslasierra. Dada el constante movimiento, la chica siempre fue muy activa y hasta revolucionaria porque le trataba de dar un giro a lo establecido por la sociedad, sin embargo, no llegaría al modelaje hasta que cambio nuevamente su residencia. 

Después de vivir muchos años en el interior del país, a los 19 años, llegó a Buenos Aires y desde el primer momento llamó la atención por su altura, que pasaba la media nacional. A raíz de esta cuestión, decidió probar suerte en el mundo de la moda. Rápidamente, comenzó a trabajar como maniquí de famosos diseñadores argentinos como Gino Bogani, Elsa Serrano, Laurencio Adot, Víctor de Souza, entre otros. Su reciente carrera no se quedó solo en los atelieres, sino que también fue tapa de importantes revistas nacionales y su cara era la representación de diferentes marcas. 

Rautenberg posando para las revistas de moda de los 90. 

Un ícono del modelaje argentino 

La carrera de la joven creció de manera acelerada y, gracias a su forma de ser, cautivó a decenas de diseñadores internacionales, entre los que se destaca Versace, Nina Ricci, Kenzo, Scherrer, Adolfo Domínguez, entre muchos otros. Asimismo, recorrió el mundo como embajadora de la moda y deslumbró con su perfecta caminata a miles de espectadores de diferentes países. Si bien consiguió renombre por ser vestida por estas reconocidas figuras, la modelo cordobesa demostró que imponía moda en el ámbito, ya que para ir en contra de lo establecido tomó medidas inesperadas para la década del 90 como era raparse.  

Debido a la fama que cosecho, fue bautizada a nivel internacional como la "Linda Evangelista argentina" porque consideraban que tenía el talento de la modelo canadiense que era furor en ese entonces. En algunas entrevistas, Rautenberg, aseguró que vivía una vida de princesas a su manera y a pesar de que tenía una rutina muy agitada. A raíz de su popularidad, también tuvo la oportunidad de formar parte de los sketchs de VideoMatch y actuó en las películas "Griscelda", "Cobrador" y "Todas las azafatas van al cielo". 

Catalina Rautenberg impuso moda con sus cambios de pelo.   

Un rotundo cambio de vida  

Durante 15 años fue una de las grandes figuras en el mundo de la moda, pero cuando menos lo esperaba sus prioridades cambiaron. A mediados del 2000 descubrió que tenía mucha creatividad para mostrar y decidió empezar estudiar Diseño de Indumentaria mientras seguía trabajando como modelo. Si bien mantenía ambas vidas, poco a poco, la carrera se fue apoderando de su rutina, hasta el punto de que se olvidó que tenía un desfile en San Isidro y perdió la presencia. En ese entonces, optó por bajarse de las pasarelas para dedicarse full time a su pasión y en 2005 terminó sus estudios con diploma de honor en la escuela de Mariano Toledo.

Su marca "Cata Rautenberg" fue creada en 2004 y al año siguiente protagonizó su primer desfile en el Fashion week Buenos Aires. Gracias a sus buenos trabajos, ganó el premio "Tijeras de plata" en los Premios Revelación 2013 que son otorgados por la Cámara Argentina De la Moda. Asimismo, se sumó a Project Runway Latin America un programa que buscaba el mejor diseñador de la región y donde se impuso en varios desafíos. Cabe destacar que a lo largo de los años fusionó su nuevo trabajo con las danzas que son uno de sus hobbys favoritos. 

Rautenberg posando para su marca de ropa. 

Aislada en Villa Dolores  

A pesar de la gran fama que cosechó a lo largo de su carrera, poco se sabe de su vida privada y de un día para el otro desapareció de los medios de comunicación. Según comentó la modelo en entrevistas recientes, hace un tiempo se separó y decidió cambiar su destino porque sentía que se lo debía. Tras hacer el duelo de la ruptura y meditar acerca de su futuro, se instaló en Villa Dolores, Córdoba. En su nueva casa vive rodeada de bellos paisajes naturales y comparte el lugar con sus cuatro mascotas: dos gatos y dos perros. 

En este nuevo lugar, se reencontró con lo importante de la vida y sus raises. De hecho, la madre vive a pocos kilómetros. Además, comenzó a defender los derechos de los animales y regresó a su pasión por la danza gracias a las danzas árabes. Asimismo, desde hace unos años, es profesora de moldearía. Si bien su rutina está muy lejos de lo que era, Reutenberg asegura que no volvería porque disfruta mucho su presente alejado de todo, pero muy conectado con la naturaleza.