De pionero del rock con "Pedro y Pablo" a "profe" de guitarra: ¿Qué fue de la vida de Jorge Durietz?
El músico afirma que la gente no lo reconoce en la calle, pese a haber formado uno de los dúos más icónicos del rock nacional.
Sin dudas el llamado rock nacional es un género que pica en punto entre lo más escuchado por los argentinos. Charly García, Pappo o el “Flaco" Spinetta, son algunos de los artistas más reconocidos del género. Sin embargo, tenemos que remontarnos varias décadas atrás para encontrar a uno de los grupos pioneros en este tipo de música.
Estamos hablando de "Pedro y Pablo", aquel dúo que se creó en 1968 y que fue todo un éxito en la década del ´80. Jorge Durietz, mejor conocido como “Pablo”, fue entrevistado recientemente por La Nación y repasó toda su carrera, desde sus inicios hasta la actualidad. Vamos a ver qué dijo esta leyenda quizás poco reconocida de la música argentina.
Reconociendo que la gente ya no lo reconoce en la calle, se lo toma muy bien e incluso bromea, “no sé si alguien de acá sabe que soy famoso”. “Hay gente que se deprime cuando pierde el reconocimiento, pero no es mi caso. Doy clases particulares de guitarra para todas las edades, la paso bien”, comentó el músico, hoy de 71 años.
¿Cómo comenzó todo?
En cuanto a sus inicios, tenemos que remontarnos ya lejos en el tiempo, cuando él tenía 19 años. Durante un verano en Punta del Este, junto a “Pedro”, Miguel Cantilo, que ya se conocían por amigos en común. Formaron junto a Guillermo Cerviño el trío trío Los Cronopios. Junto a otros 7 muchachos, habían alquilado un cuarto allí para pasar la temporada.
“Durante el día íbamos a la playa y Los Cronopios tocábamos temas de Los Beatles a tres voces. Sonaba muy lindo. La gente se juntaba alrededor. A la noche, nos invitaban a fogones multitudinarios y tocábamos”, recordó Durietz.
Resulta que en una de sus noches, conocieron a una joven, que era amiga de un mozo del café La Fusa, donde solían tocar bandas por las noches. Allí, en ese parador con vista al mar y de mesas chicas, comenzaron su carrera musical.
“No pensábamos ser profesionales. Yo estudiaba para ser arquitecto y Miguel estaba en la facultad de Filosofía y Letras. Guillermo estudiaba Ciencias Económicas, y fue el único que siguió con la universidad después de ese verano”, agregó el cantante.
Ese mismo mozo les consiguió un lugarcito al final para cerrar la noche, aunque no los escucharon muchas personas, solo este hombre, la productora y la última tanda de comensales. “Les gustamos. A la productora le parecía pintoresca la idea de los tres adolescentes que tocaban Los Beatles. Empezamos a ir todas las noches. Al final, ya abríamos el show”, dice. Entre canciones como “Love me Do” y “I Want to Hold Your Hand”, rememoró.
Luego dejaron atrás estas letras británicas y comenzaron a tocar las canciones compuestas por Cantilo, que eran apenas revolucionarias.
“Era rarísimo, totalmente fuera de lugar. Uno de los temas se llamaba “La Vanguardia” y era recontra de izquierda. Imaginate la noche Punta del Este, todas parejitas de pelo rubio sentadas tomando Gancia y nosotros ahí cantando: “hay una vanguardia que se esfuerza por cambiar el equivocado mundo actual. Frente a la injusticia, frente a los contornos del fracaso espiritual de un caducado régimen social”, explicó y agregó que "¡La gente seguro nos miraría con una cara!. Era pintoresco, creo. Después de eso, volvíamos a salir con otra de los Beatles”.
En contraste con su compañero, “Pablo” se considera un poco más meloso para escribir y así lo describe: “Siempre, a lo largo de la vida, seguí con esa onda: más romántica y paisajística. Yo nunca fui un incendiario, siempre fui un bombero”.
Sin embargo, como los sus éxitos más populares son más bien “perroflautistas”, el público siempre lo asoció a una ideología de izquierda, lo que a veces le pasa factura. “Ya perdí a la mitad de mis seguidores en las redes. Muchos se desilusionan de mí porque tienen el preconcepto de que soy muy revolucionario, que soy muy de izquierda. Y yo por ahí hago una publicación protestando por alguna cosa y ya me hacen la cruz. Me comentan ‘pensar que vos grabaste la marcha de la bronca, voy a devolver todos los discos’ o ‘si sabía que eras un facho no los hubiera comprado’. Es terrible, pero bueno, yo me divierto”, explicó entre risas al diario La Nación.
Retomando sus comienzos en aquel café, parece ser que uno de los artistas que tocaba allí les consiguió una entrevista con una productora grande, la CBS, que optó por darles una oportunidad. Este resultó ser un punto de inflexión, ya que se desarmaría el trió. Cerviño, decidió continuar con sus estudios por lo que declinó la propuesta, quedando entonces solo Miguel Cantilo y Jorge Durietz, nuestro protagonista de hoy.
Ahí nació el nombre que los inmortalizaría, “Pedro y Pablo”, que según confiesa el segundo, quedó casi por descarte. El resto es historia, alcanzaron su máxima popularidad en los ´80 con temas como “La Marcha de la Bronca”, “Yo Vivo en Esta Ciudad” y “Dónde va la Gente Cuando Llueve”, todas parte de su primer disco.
Colimba y gobierno militar
En cuanto a este último, hay una historia particular. Resulta que a poco tiempo del lanzamiento, a “Pablo” le tocó hacer el servicio militar obligatorio. Mientras almorzaba con otros soldados, sonó en la radio “Yo vivo en Esta Ciudad”. “Yo le decía al resto ‘ese soy yo’ y me decían ‘na, ¿qué vas a ser vos?’. Era una canción desconocida que aparecía interpretada por un dúo también desconocido”, señaló.
Además, recordó que este episodio le valió el apodo de “Soldado Pablo” y que tenía que pedirles permiso a sus superiores para asistir a las giras. Afortunadamente, siempre daban el visto bueno.
Durante los años del gobierno de facto militar, sus presentaciones fueron complicadas. Digamos que sus letras eran un poco incompatibles con el régimen de turno. “Prohibieron Catalina Bahía, porque decían que era pornográfica, y la Marcha de la Bronca. Te jodían por las apariencias, por el pelo largo, por el aspecto hippie. De vez en cuando, aparecían policías en el medio de un show, apagaban la música y pedían documentos. Y ahí muchos terminábamos pasando la noche en un calabozo. A mí me pasó unas cuatro veces”, expresó el hoy profesor de guitarra.
Aunque su compañero decidió mudarse a España en 1975, regresó años después para dar inicio a la mejor época de este dúo. “Del 80 al 84 fue nuestro período más famoso, especialmente durante la Guerra de las Malvinas, que fue cuando el rock nacional resurgió. Se prohibió difundir música en inglés, entonces las radios empezaron a acudir al rock nacional”, comentó.
La última vez que grabaron un disco junto a Cantilo fue en 2017, cuando trajeron al mundo a “Unidos para Cantar”, su última obra juntos.
Actualidad
Actualmente Durietz dejó en claro que está enfocado en un proyecto bien lejano de la música, la construcción de su casa flotante en el Delta. Allí vivirá junto a sus dos hijas menores, tiene 6 en total producto de 4 relaciones amorosas.
“Fue Guillermo, el de Los Cronopios, quien me prestó la plata para construir la casa flotante. El ahora es banquero y seguimos siendo muy amigos”, concluyó su charla con La Nación.