Achicar la brecha de precios de los alimentos y reducir la cantidad de intermediarios entre el productor y el consumidor es un desafío cada vez mayor para los organismos estatales, que impulsan iniciativas como las PIMES agroecológicas y las ferias minoristas.

En el mes de mayo, los consumidores pagaron los alimentos casi 4 veces más que lo recibido por el productor, según un informe publicado este fin de semana por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Más específicamente, cada consumidor pagó 3,53 veces más de los que recibió el productor en la tranquera de su campo, de acuerdo al relevamiento hecho en 24 agroalimentos

Los consumidores pagaron los alimentos casi 4 veces más que lo recibido por el productor,

Esto agranda la brecha con respecto a abril, que fue de 3,3. El cambio de precios se explica “por las fuertes bajas en los precios pagados a los productores de cebolla, naranja, calabaza y mandarina, que en algunos casos se combinaron con aumentos al consumidor” detallaron en el informe.

Otros datos del informe de la CAME

El informe del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), arrojó además las siguientes conclusiones:

La diferencia entre el precio que se le pagó al productor y el que abonó el consumidor en góndola, en el caso de los productos agropecuarios, implicó un aumento del 7% con respecto al mes anterior.

El 58,3% de los agroalimentos aumentaron sus brechas entre origen y destino, mientras que el 41,7% restante registró una baja. Cebolla y naranja fueron los productos con mayor variación mensual, mientras que la menor se produjo en frutilla y limón.

Para el 54,2% de los productos agropecuarios relevados, los precios en los comercios de cercanía fueron menores a los importes que ofrecieron los hipermercados.

En promedio, la participación del productor en el precio final de venta de los 24 agroalimentos de la canasta IPOD fue tan solo del 25,9%, convirtiéndose en la más baja del año.

En los productos agropecuarios, la brecha de precios implicó un aumento del 7% con respecto al mes anterior.

La brecha de los productos frutihortícolas en los ganaderos

Para los frutihortícolas, el IPOD subió 17,4% en mayo. Del campo a la góndola, los precios de las frutas y hortalizas se multiplicaron por 6,23 veces, registrándose la brecha más alta del año.

Por otro lado, el IPOD ganadero bajó 0,03% en el mes. Aun así, el consumidor abonó 2,62 veces más de lo que recibió el productor.

Mayores y menores brechas del mes

En mayo, la mayor brecha entre precio de origen y destino la tuvo nuevamente el limón, donde el consumidor pagó 14,42 veces más de lo que cobró el productor. Le siguieron la naranja (13,65 veces), el zapallito (10,31 veces) y la mandarina, con una diferencia de 10,3 veces.

Los productos con menores brechas, en tanto, fueron: huevos (1,9 veces), pollo (2,12), frutilla (2,14 veces), acelga (2,63) y leche (2,84).

Variación mensual: dónde subió y/o bajó más la brecha de precios

En mayo, 14 productos registraron subas en sus brechas, mientras que 10 presentaron bajas. Estas variaciones determinaron el aumento mensual de 7% en las diferencias promedio de los 24 agroalimentos relevados. El IPOD de cada alimento se especifica así:

  • Cebolla: subió 96,8% y esto lo coloca como el producto con mayor incremento en su brecha en mayo. El aumento mensual se explica por una caída de 32,8% en el desembolso al productor y una suba de 32,3% en los precios al consumidor. Los productores comentaron que la baja en el precio en origen responde a aumento en la oferta, “acomodando” así el desequilibrio generado en los importes de abril por la baja en la producción en la Provincia de Buenos Aires.
  • Naranja: subió 58,2% en el mes, con caídas de 4,6% en los precios al consumidor y de 39,7% en los pagos al productor. Los menores montos en origen, de acuerdo a lo informado por los productores, se debe a la menor demanda y lo poco que se vende. Los compradores requieren mucha calidad, pero no todos los productores pueden ofrecerla debido a las sequías ocurridas en el año.
  • Frutilla: bajó 22,6%, tras registrar aumentos de 65,7% en origen y de 28,2% en destino. La variación del precio en origen, según explicaron los productores, responde a cuestiones estacionales -se trata de la última cosecha-.
  • Limón: bajó solo 9,2% en mayo. Fue la menor brecha y ocurrió con bajas de 14,3% en los precios de origen y de 22,2% en los precios de destino.

Con respecto al faltante de gasoil, se prevé un inminente aumento en el precio logístico y una merma en los volúmenes de ingreso en los grandes mercados frutihortícolas.

En promedio, el productor recibió el 25,9% del precio final.

Participación del productor en el precio de góndola

En promedio, el productor recibió el 25,9% del precio final de los 24 agroalimentos relevados. La participación fue 5,2% menor a la de abril y representa la más baja del año.

La mayor participación la obtuvieron los productores de huevos, que recibieron en promedio el 52,6% de su precio de venta minorista (aunque 2 puntos menos que en abril).

La peor ocurrió en el limón, donde el productor obtuvo apenas $6,9 de cada $100 que pagó el cliente por ese producto, aunque mostró una muy leve mejora frente a abril.

¿Qué es el IPOD?

El IPOD es un indicador elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME para medir las distorsiones que suelen multiplicar por varias veces los precios de los productos agropecuarios, desde que salen del campo hasta que llegan al consumidor. Estas distorsiones son muy dispares según producto, región, forma de comercialización y época del año.

En general, las diferencias se deben a un conjunto de comportamientos. Por un lado, los especulativos, adoptados por diferentes actores de la cadena de valor que abusan de su posición dominante en el mercado –básicamente, los hipermercados, los galpones de empaque y cámaras de frío–. Por el otro, factores tales como la estacionalidad, que afecta a determinados productos en algunas épocas del año, las adversidades agroclimáticas, y los costos de almacenamiento/acopio y transporte, entre otros.