Un reciente estudio realizado en Canadá arrojó que las vacunas inhaladas contra el Coronavirus son más efectivas en cuanto a inmunidad y protección, comparadas con los aerosoles nasales. El resultado fue obtenido en un ensayo de fase I, por lo que no falta mucho para que comiencen los ensayos clínicos.

La investigación tuvo lugar en la Universidad McMaster, donde científicos compararon los sistemas de administración de diferentes inoculantes, para llegar a la conclusión que los las vacunas inhaladas son mejor opción.

Es necesario recordar que, si bien un 62% de la población mundial ya inició su proceso de inmunización contra el Covid-19, la efectividad de los inoculantes para evitar que las personas vacunadas contraigan el virus no es total. Por lo tanto, la ciencia se encuentra investigando vacunas capaces de prevenir directamente la infección inicial.

El estudio de las vacunas inhaladas contra el Coronavirus fueron realizados en la Universidad MacMaster de Canadá.

Las vacunas inhaladas

Según los resultados, los aerosoles nasales llegan principalmente a la nariz y a la garganta, mientras que las vacunas inhaladas evaden el conducto nasal y se escabullen directamente a lo más profundo de las vías respiratorias, evitando este trayecto inicial. Una vez allí, proporcionan una respuesta inmunitaria protectora.

Para llegar a esta inclusión, los investigadores utilizaron una vacuna y la aplicar con ambos métodos, midiendo las respuestas inmunitarias y la potencia en animales.

“Las infecciones del tracto respiratorio superior suelen ser poco graves. En el contexto de las infecciones causadas por virus como la gripe o el coronavirus SARS-CoV-2, suele ser cuando el virus se adentra en el pulmón cuando enferma de verdad”,explicó Matthew Miller, coautor del estudio y titular de la Cátedra de Investigación sobre Pandemias Virales de la Universidad McMaster.

“La respuesta inmunitaria que se genera cuando se administra la vacuna en profundidad en el pulmón es mucho más fuerte que cuando sólo se deposita ese material en la nariz y la garganta, debido a la anatomía y la naturaleza del tejido, y las células inmunitarias que están disponibles para responder son muy diferentes”, agregó Miller, que también resulta ser investigador del Nexo Global para Pandemias y Amenazas Biológicas de Canadá.

Por su parte, Zhou Xing, coinvestigador del estudio y profesor del Centro de Investigación en Inmunología y del Departamento de Medicina de McMaster, señaló que “este estudio aporta por primera vez pruebas preclínicas sólidas que respaldan el desarrollo de la administración de aerosoles inhalados en lugar de aerosoles nasales para la vacunación humana contra infecciones respiratorias como la tuberculosis, el COVID-19 y la gripe”.