Por Juan Bernardo Domínguez.

El contexto de crisis del país desorienta. Los sectores más vulnerables padecen el impacto con una brutal crudeza y los malabares al trabajador promedio ya no le alcanzan para cubrir los gastos del mes.

Pero la clase media acomodada, y quienes tienen aún mayores ingresos, cuentan con un poco más de tranquilidad como para evaluar el panorama, caracterizado por la nueva disparada del dólar blue que superó los $1.000 este martes en su precio de venta, la creciente inflación y la falta de previsibilidad sobre cuál será el resultado de las próximas elecciones presidenciales.

Es así que buscan refugio para el valor de sus ahorros. Y algunos tomaron nota de que los costos de los materiales de la construcción subieron producto de la inflación pero, al medirse en dólares, están bajos en comparación con el pico de 2017, cuando casi alcanzaron los U$S 1.700 por metro cuadrado. En la actualidad, rozan los U$S 900. Las cifras surgieron de un relevamiento realizado por crónica.com.ar.

Con esos datos, se volcaron a inversiones en desarrollos inmobiliarios de pozo, surgidos de la venta de un proyecto que está en estado de realización. La inversión fue realizada uno o dos años antes de que finalice la obra. Es una buena opción para vivienda, ante la falta de créditos hipotecarios, y como medio para obtener ganancia en una eventual reventa.

"En la mayoría de los casos, se entrega un anticipo en dólares y, después, se paga en pesos ajustados por el índice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), conveniente para las dos partes", dijo a este medio el vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Daniel Zampone.

En las últimas semanas, entró en auge como refugio de valor para los ahorros la compra de departamentos de edificios de pozo, con el fin de destinar los pesos a un activo dolarizado: un inmueble.

Es un gran momento para invertir en proyectos en pozo”, aseguró el presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), Damián Tabakman, por su parte. “De hecho, los niveles de venta en las últimas semanas lo están acreditando en todos los emprendimientos de los miembros de nuestra Cámara porque subieron mucho”, completó.

En ese sentido, explicó: “Básicamente, la gente quiere desprenderse de los pesos y los proyectos en pozo son un excelente vehículo para eso porque los canalizan. O sea, nosotros en los desarrollos tomamos los pesos, por supuesto no para guardarlos, habría que ser un inconsciente para hacerlo; tampoco para comprar dólares con esta escalada, sino para afrontar los gastos de obra”.

El presidente de la CEDU puntualizó qué destino corre el dinero en moneda nacional: “Tan pronto como recibimos los pesos, inmediatamente los canalizamos para comprar materiales y pagar mano de obra”.

Alguien está invirtiendo en pesos en un activo dolarizado, como es el inmobiliario. Así que es una manera indirecta de comprar dólares a un muy buen valor porque el costo de construcción está, en términos históricos, muy barato en la actualidad”, cerró.

Norberto Lepore, empresario que comercializa desarrollos inmobiliarios, coincidió. “Es algo que, desde la lógica, no se entiende, ya que tenemos gran inestabilidad con un dólar por las nubes. Pero el mercado de la construcción de pozo está activo. Los que compran, en general, cuentan con reservas. La explicación, según entiendo, es que esos inversores ven lo global y no lo puntual de nuestro país ya que, no obstante el gran problema interno, los precios en dólares están muy baratos comparativamente con los otros países latinoamericanos”, expresó.

¿Puede crearse una “burbuja inmobiliaria” que ponga en peligro la inversión?

En distintos países hubo “burbujas inmobiliarias”, caracterizadas por la especulación en el mercado de propiedades. Una de las más recordadas ocurrió en España: comenzó en 2001 y duró hasta 2007, cuando la vivienda alcanzó su pico de precios y estalló la crisis.

Alejandro Juan Bennazar, miembro de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), fue consultado por crónica.com.ar para saber si puede ocurrir algo similar en Argentina y que se vean así afectadas las inversiones de pozo.

No hay nada parecido a eso que pueda ocurrir, porque hay poca oferta desde hace unos años. Lo único que puede suceder es que se dilate la entrega de las propiedades por falta de materiales de construcción, ante la ausencia de referencia de precios que hay en corralones, donde en estos momentos no saben si podrán reponer stock pronto”, respondió Bennazar.

En ese sentido, agregó: “Los precios del sector son de los más bajos de la historia en términos comparativos, por lo que no hay nada que indica algo así”.

Cómo evitar fraudes

El abogado penalista Jorge Monastersky, por su parte, dijo que, en Argentina, “la gran mayoría” de las irregularidades está dada por “retrasos en la entrega de las unidades, no por emprendimientos que se lleven a cabo para cometer una estafa”.

Sin embargo, exhortó a tomar precauciones. “Como este tipo de desarrollos es propuesto por una constructora o un agente inmobiliario, es aconsejable consultar a través de un escribano o un abogado si el impulsor es el titular registral de la tierra en la que se edificará”, sostuvo el letrado.

Por J.B.D.