El tema se pone en debate cada otoño e invierno: el huso horario de Argentina y la posibilidad de introducir modificaciones para un mayor aprovechamiento de la luz solar.

El pasado 5 de abril, la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de Mendoza presidida por el diputado provincial Jorge Difonso, presentó un proyecto de ley para cambiar el horario de invierno que permita tener más tiempo de luz solar y así ahorrar energía. De esta manera, volvió a salir a la superficie un viejo problema de nuestro país: el huso horario.

Fue el diputado nacional de la Unión Cívica Radical, Julio Cobos, quien expuso la iniciativa de mover el huso de -3 y llevarlo a -4 en todo el territorio nacional: “La propuesta busca establecer como hora oficial en toda la Argentina la del huso horario de cuatro horas al Oeste del meridiano de Greenwich, que es en realidad la que nos corresponde dentro del Sistema Internacional de los Husos Horarios”, explicó el ex vicepresidente.

La sesión se realizó de manera virtual y fueron invitados varios especialistas que expusieron su parecer sobre la iniciativa, como la directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) del Conicet, Andrea Pattini, y el biólogo e investigador de la misma institución gubernamental, Diego Golombek.

"Si vemos el mapa de husos horarios, a casi todo el territorio nacional le corresponde el huso horario -4 (o sea, 4 horas al oeste de Greenwich). Hay una franja al oeste que incluso queda en el huso -5", explicó Golombek en su cuenta en la red social Twitter.

Según el biólogo, fue en 1930 cuando Argentina comenzó a alternar horario de verano (zona horaria -3) con horario de invierno (zona horaria -4) justiricando "beneficios energéticos".

En otro tuit, desarrolló: "Hacia 1974 nos quedamos en zona -3 como permanente, e incluso alternando con zona -2 para horario de verano, cada vez más alejados de nuestro horario natural”, y aseguró que “habernos quedado en -3 en lugar de -4 es un equívoco que no se logra explicar claramente".

Según Cobos, nuestro país tiene una de las mayores diferencias entre la hora solar y la hora oficial. Corregirlo, no solo nos permitiría ahorrar energía sinoestar de mejor humor, cambiar la productividad, ir a trabajar o ir a la escuela durante el día”, destacó Golombek, y explicó que los niños, niñas y adolescentes, durante una parte del año, acuden a clases cuando todavía es de noche y ello afecta su rendimiento cognitivo.

Acercar la hora solar y la hora oficial nos ayuda a estar de mejor humor y mejora nuestro desarrollo cognitivo.

“Si la desincronización se vuelve crónica, el cuerpo no se ajusta al día solar y trata de hacer un esfuerzo enorme para ponerse en hora. Eventualmente, todo el cuerpo comenzará a fallar ante el desfasaje entre la hora interna y la hora del mundo, cerró el especialista.

Antes de avanzar con el proyecto de ley, los científicos invitados propusieron resolver primero el error del huso horario.

¿Por qué hay un error en el huso horario de Argentina?

En este sentido, fue Adriana Pattini la que tomó la palabra en la sesión y aseguró que si bien actualmente el huso horario de Argentina está en -3 “debería estar en -4 en todo el país″. Esto se debe a las alternancias que se fueron dando a lo largo de los años, cuando se modificaba el horario en verano y en invierno.

Fue en 1969 cuando la zona horaria -3 quedó permanente. El problema es que nunca se regresó al huso correspondiente: “No sabemos qué pasó, se equivocaron y en vez de volver al -4, se quedó en -3″, dijo Pattini.

Posteriormente, se dieron modificaciones pero siempre arrastrando ese error nunca resuelto y cada vez se alejaba más del huso correcto, ya que pasaron de -3 a -2, cuando correspondía de -4 a -3.

“Creemos que está buena la iniciativa y es positiva, pero esto no es válido para una sola provincia, tiene que ser para todo el país. Esperamos que los diputados nacionales se prendan en esta movida y den lugar a la discusión”, manifestó la científica, instando primero a “corregir el problema” del país en su conjunto para luego dar lugar al debate sobre los cambios estacionales.