A pocos días de que se cumplan dos meses de la muerte del artista en un hotel de Palermo, el caso de Liam Payne sigue teniendo nuevos avances. En las últimas horas, la jueza Laura Bruniard imputó a dos personas y los tres acusados tras el trágico episodio fueron citados a indagatoria por la Justicia.

Este martes la magistrada imputó en la causa a Gilda Martín, gerente de CasaSur, y Esteban Reynaldo Grassi, jefe de recepción, que fue señalado como quien realizó la llamada al 911 para informar sobre el estado de crisis que atravesaba el ex cantante de One Direction antes de arrojarse por el balcón. Las declaraciones de los nuevos imputados se espera que sean el próximo 17 y 19 de diciembre, vía Zoom.

Además, en las últimas horas, la jueza Bruniard citó a indagatoria a los tres acusados del caso: el empresario Rogelio Nores (36), radicado en Argentina y que desempeñaba funciones de "manager", el camarero Braian Paiz y el empleado del hotel Ezequiel Pereyra.

En tanto, Nores, amigo y mánager del artista británico, se le imputa el delito de abandono de persona seguido de muerte y facilitación de estupefacientes. En ese sentido, esta última acusación también alcanza a ambos empleados del establecimiento Paiz y Peyeryra.

Por su parte, la familia del ex One Direction, quien unos minutos antes de su fallecimiento habría sufrido una grave crisis psiquiátrica generada por la mezcla de alcohol, cocaína y sertralina, un potente antidepresivo, integra la querella en la causa y estará representada por abogados del estudio Marval O’Farrell Mairal.

Liam Payne murió el 16 de octubre, luego de caer de la habitación de un hotel en Buenos Aires (Imagen Reuters).
Liam Payne murió el 16 de octubre, luego de caer de la habitación de un hotel en Buenos Aires (Imagen Reuters).

Luego de la muerte de Payne, los familiares del artista británico dirigieron su enojo hacia el entorno del cantante. De ese modo, Nores, quien habría 'mentido' para ocultar su situación de consumo. 'Está comprometido por varios testimonios directos y mensajes', confiaron fuentes de la investigación a Clarín.

Por último, según fuentes del caso, Payne había llegado a Casa Sur apenas dos días antes de su trágica muerte. El 16 de octubre, su estadía se descontroló. Huéspedes y empleados declararon en el expediente y relataron lo que vivieron en sus últimas horas. Además, en el Código Penal, el delito de abandono de persona podría conllevar una pena de hasta 15 años de prisión.