Por Juan Bernardo Domínguez
@juanbjd

El Gobierno de Javier Milei emitió en diciembre último el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y, entre otras, derogó la Ley de Alquileres 27.551, que había sido promulgada en 2020.

Desde entonces, el plazo de tres años que determinaba la duración del contrato de una vivienda se redujo al 9,7% de los casos y creció el acuerdo entre partes de mucha menor duración. Ahora, los de un período inferior o igual a un año representan el 27,2% del total. Y los de entre uno y dos años son más frecuentes, alcanzando el 57,7% de los acuerdos firmados.

Esos porcentajes surgieron de la Encuesta Nacional Inquilina, realizada en junio último por la Federación de Inquilinos Nacional y la agrupación Ni Una Menos, que obtuvo más de 2.400 respuestas.

El sondeo, al que accedió crónica.com.ar de parte de Inquilinos Agrupados (IA), detectó además que los contratos iniciados en el 2024 bajo el DNU 70/2023 pagan entre un 40% y un 50% más que los que están bajo Ley de Alquileres. No obstante, sólo el 38% se encuentran enmarcados en la norma.

Gentileza de Inquilinos Agrupados.

Bajo esa legislación, la actualización anual ya casi no se presenta como una posibilidad, debido a que el 95,5% de los inquilinos la tiene en el precio de su alquiler en plazos iguales o menores a 6 meses. En promedio, 7 de cada 10 de las personas que firmaron sus contratos luego del decreto, sufren aumentos mensuales, o cada 3 o 4 meses como máximo y, en muchos casos, dolarizados.

Alarma: altos porcentajes de endeudados y desalojados

El 62% de los inquilinos encuestados tiene deudas de algún tipo. La mitad fueron generadas por el uso de tarjetas de créditos. El 37,6% de los consultados respondió que se endeuda para comprar alimentos y tres de cada diez lo hacen para pagar otras deudas.

Tenemos que sacar un préstamo para renovar un contrato de alquiler y hasta para comer”, dijo este lunes en diálogo con crónica.com.arGlenda Gómez, quien paga por mes $220.000 en concepto de arrendamiento de un departamento de dos ambientes situado en la localidad bonaerense, partido de San Isidro.

Gómez tiene 47 años y vive en ese inmueble junto a su hijo. La  mujer trabaja como empleada administrativa, al tiempo que dicta clases de psicología social. Además, es la presidenta de la asociación civil Inquilinos Argentinos por un Techo Digno.

Estoy con el contrato viejo de alquiler y en abril próximo tendré que renovar. Por acá, lo que se cobra por una unidad de este tipo ya apunta a $350.000”, alertó Gómez.

Además, sostuvo que “el inquilino vive de las tarjetas, las tarjetas financiadas; el que no las tiene bloqueadas, las tiene refinanciadas”.

Deudas con terceros, con prestamistas; te tenés que endeudar para comer. ¿Por qué? Porque vos tenés que financiar tu comida con la tarjeta de crédito. Cuando sacás un préstamo para renovar el alquiler, ahí cubrís las tarjetas”, puntualizó Gómez.

Otro dato preocupante de la Encuesta Nacional Inquilina es que el 15% de los consultados respondió que fue desalojado por no haber podido afrontar los aumentos de los alquileres, mientras que el 88,4% consideró que tendrá dificultades para pagarlos en los próximos meses.

Tener que volver a la casa de los padres

A su turno, el abogado José Luis Griselli, ex presidente de la extinta Asociación en Defensa de Inquilinos (ADI), precisó que “la morosidad de los inquilinos en lo que es el canon locativo puro es del 2% todavía”.

Pero hay una particularidad: el canon locativo se compone no solamente de lo se paga neto de alquiler, sino que es el valor del alquiler más las expensas. Entonces, cuando hay algún tipo de retraso en el pago de expensas, lo hay también en el pago del alquiler. El 62% de los inquilinos tiene un tipo de retraso”, puntualizó el letrado.

El abogado argumentó que “aumentaron mucho los servicios públicosy, en aquellos edificios donde tienen servicios centrales, las expensas son muy caras”.

En la Ciudad de Buenos Aires, casi 700.000 familias tienen deuda de expensas, contando tanto a inquilinos como a propietarios”, manifestó Griselli.

El especialista, luego, se refirió a los altos precios de los alquileres. “Una familia, por ejemplo, por un departamento de tres ambientes ubicado en el cruce de Charcas y Guise (del barrio porteño de Palermo), tiene que pagar $918.000 sólo de alquiler”, finalizó el abogado.

Por su parte, Eleonora Ferreira, empleada administrativa de 49 años, contó a este medio que tuvo que regresar a la casa de sus padres producto de no haber podido pagar el alquiler en un departamento de ese barrio de la Capital Federal.

El 31 de julio de 2020 se me venció el contrato y seguí alquilando de palabra hasta agosto último, cuando tuve que volver a la casa de mis viejos”, expresó consternada Ferreira.

La mujer tiene un hijo adolescente, está separada y, pese a trabajar en la Ciudad de Buenos Aires, tuvo que regresar a la vivienda de sus padres en la localidad bonaerense de Boulogne, partido de San Isidro.

Están carísimos los alquileres en Palermo”, lamentó Ferreira y, por último, expresó: “Gracias a Dios, mi ex marido heredó una propiedad hace poco tiempo y me estoy mudando. Está todo detonado y debo hacerle arreglos. Pero, por lo menos, podré vivir ahí junto a mi hijo”.