La ropa de invierno, por las nubes: ¿Cuánto cuesta vestirse en Argentina?
En los últimos 12 meses, los precios de la indumentaria crecieron un 73,4%. Según un relevamiento de Crónica, hay que gastar cerca de $100.000 para equiparse con prendas de marca.
Por Francisco Nutti
@franNutti
Comprar indumentaria nueva en estos días de frío resulta una tarea complicada para la mayoría de los argentinos. De acuerdo a un relevamiento de Crónica realizado por diferentes comercios de Capital Federal y el conurbano bonaerense, es necesario desembolsar alrededor de $100.000 para vestirse de pies a cabeza con prendas de marca, una tendencia que cuesta sostenerla en medio de la crisis económica y la especulación financiera.
Para alcanzar esa cifra, este medio midió los precios de unos borcegos ($20.000), un pantalón jean ($12.000), una camisa ($18.000), un sueter ($12.000), una campera ($30.000), una bufanda ($5.500) y un gorro de lana ($2.500), todo de primera línea y de la última colección.
Si a eso se le suma unas medias de buena calidad, habrá que gastar otros $500. En tanto que si se quiere acceder a unas calzas térmicas para combatir las temperaturas bajas se deberá abonar aproximadamente $2.500, un número más elevado que los guantes, que también son muy elegidos y rondan los $800.
De todas formas, se pueden conseguir precios mucho más económicos de ropa de buena calidad, pero sin marca. En esa línea, el empresario textil y referente de los outlets, Camilo Alan, detalló hace unas semanas a cronica.com.ar que "una misma prenda de igual calidad pero con una insignia puede llegar a costar hasta dos o tres veces más que otra que no la tiene", ya que según dijo, "la tela es la misma".
"Una campera que no tiene marca pero de la misma calidad cuesta en mi negocio $13.000 contra $40.000 que vale en un shopping. En ese lugar un jean ronda en los $18.000 y nosotros los vendemos a $7.000, lo mismo una remera que ellos venden a $5.000 y en los outlets la ofrecemos a $2.000", explicó.
Consultada por los altos costos de la indumentaria, Mariana, una joven que trabaja como vendedora en un local del barrio porteño de Flores, señaló: "Los fines de semana se vende mucho más, sobre todo los principios de mes cuando la gente cobra su sueldo. Acá se busca calidad y precio, algo que en los shoppings tal vez no se encuentra". Asimismo, remarcó que "apostamos a las ofertas, que es lo que se busca".
Por su parte Juan Carlos, que administra su local en La Matanza, explicó: "muchos clientes me dicen que a los sueters y a las camperas los repiten cada temporada. No les importa que los vean con las mismas prendas, cuando duele el bolsillo en lo que menos te fijás es en eso".
Cabe destacar que el rubro "Prendas de vestir y calzado" fue el segundo del IPC del Indec que más aumentó en lo que va del año con un 29%, seis puntos por encima de la inflación general y solo por detrás de "Educación", fuertemente marcado por la estacionalidad.
La disparada de precios se inició en marzo. Después de un enero y febrero con subas discretas, en el tercer mes del año el rubro aumentó un 10,9% y en abril otro 9,9%.
Además, indumentaria y calzado fue el sector de mayor aumento en el registro interanual con un 73,4%, más de 15 puntos porcentuales por sobre el incremento de precios general y únicamente empatado por "Restaurantes y hoteles", una de las áreas que más sufrió la pandemia.