Desde hace casi dos meses una nueva variante del coronavirus apareció en nuestras vidas, y hasta el momento se conoce menos de ella de lo que suponemos, aunque ya se la compara con las que llegaron anteriormente. Pero, realmente, ¿qué se puede decir de Ómicron, esta nueva amenaza que parece querer quedarse con nosotros por un tiempo?.

Descubierta y denominada el 27 de noviembre de 2021 en Sudáfrica, los científicos llamaron a esta nueva variante Ómicron, utilizando así otra letra del alfabeto griego, y los primeros indicios que dejó la ciencia es que podría tener una mayor capacidad de diseminación y de evadir la respuesta inmune.

Por supuesto, la migración de unos países a otros hizo que Ómicron llegue a la Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Canadá, México, Reino Unido y Australia, algunos de los más de 80 países que confirmaron la presencia de esta variante -que no es una cepa en sus respectivos territorios.

Ómicron: hablan los que saben

Los especialistas del mundo continúan analizando por estos días si Ómicron es una amenaza grave para la trayectoria de la pandemia o no. Es por eso que la infectóloga Romina Mauas explicó que los estudios de secuenciación definen a Omicron como la variante “más alejada a la conocidas respecto al número y localización de las mutaciones”, y que “muchas de ellas podrían ser importantes para evadir la respuesta inmune (incluso aquella dada por la vacunación) o aumentar la transmisibilidad”.

Según la especialista, estas dudas se disiparán con más pruebas de laboratorio y la evidencia del mundo real durante las próximas semanas. Con respecto a los síntomas de Ómicron, se publicó hace pocos días la experiencia de una médica sudafricana que trató siete casos de la variante en su clínica, y detectó que la enfermedad parece ser leve o asintomática, con dolores musculares, cansancio extremo y cefalea durante 2 o 3 días.

Sus pacientes no reportaron pérdida de olfato ni gusto y tampoco tuvieron caída en la saturación de oxígeno. “Hasta el momento, se estudia si la mayor tasa de reinfección podría ser el patrón característico de Ómicron”, afirmó la infectóloga, quien agregó que “los vacunados parecen tener mejor evolución que los no vacunados, y los que recibieron refuerzos, mejor aún”.

En esa misma línea, Mauas suma que el doctor estadounidense Anthony Fauci considera fundamental aumentar los refuerzos de la vacunación contra Covid-19, “sin esperar la aparición de refuerzos dirigidos a la nueva variante”, porque las vacunas probablemente darán protección al menos contra las formas graves de la enfermedad.

Hasta el momento se sabe que en Sudáfrica la mayoría de los 2.300 casos diarios corresponden a la variante Ómicron, que los casos se triplicaron durante la última semana y que la positividad de las muestras pasó del 2% al 9%. Números que ponen en alerta a las autoridades, pero sin preocupar tanto como con otras variantes surgidas antes. “Allí se reportan cada vez más infecciones irruptivas, es decir, aquellas que se dan en los completamente vacunados”, apuntó la doctora Mauas.

Es por ello que consideró que hay que mantener las medidas de prevención y cuidado, porque es fundamental para evitar la propagación de Ómicron y otras variantes. “Utilizar el barbijo, mantener la distancia de 1,5 m entre personas, lavarse las manos con jabón frecuentemente y conservar la ventilación cruzada vuelven a ser las medidas más importantes para evitar contagios”, explicó la especialista de Vittal.

Además, la doctora también indica que la brecha entre la vacunación de los países ricos y pobres es “un problema importante, ya que las bajas tasas de vacunación en estos últimos permiten una circulación más libre del virus, con la aparición de mutaciones”.

Es importante resaltar que las variantes preocupantes (VOC según la Organización Mundial de la Salud) están compuestas por Alpha (detectada por primera vez en Reino Unido en septiembre de 2020), Beta ( Sudáfrica, mayo 2020), Gamma (Brasil, noviembre 2020), Delta (India, octubre 2020) y ahora a Ómicron, nuevamente detectada en la nación sudafricana en noviembre pasado, aunque no se la considera aún una cepa, como sí las anteriores.

¿Cómo está compuesta?

Un punto a tener en cuenta y que preocupa a la ciencia es la composición de esta nueva variante, ya que la estructura del virus ha cambiado, y aunque esto ya sucedió varias veces, este cambio parece que amenaza a la inmunidad de las vacunas y a la transmisión de la enfermedad, aunque todavía es pronto para tener certezas absolutas sobre Ómicron y su impacto, ya que los estudios científicos llevan su tiempo.

Ahora bien: la pregunta que muchos se hacen es sí las vacunas actuales pueden proteger a nuestro organismo de Ómicron, a lo cual hay que decir que el coronavirus posee cuatro proteínas en su estructura: S, M, N y E. Cuando nos infectamos, nuestro cuerpo actúa creando anticuerpos específicos frente a cada una de ellas. Sin embargo, cuando nos vacunamos solamente se inyecta una proteína del virus (la S) y por ello sólo generamos anticuerpos tipo S.

Y aquí viene el posible problema: Ómicron tiene sus cambios en esta proteína, en la S. Si los cambios son muy grandes, nuestros anticuerpos tipo S podrían perder eficacia cuando intentasen acabar con el virus utilizando la puerta de entrada de la proteína S de Ómicron. La llave que se generó con las vacunas podría no encajar bien en la cerradura de esta variante por culpa de esos cambios, y esto traducirse en una disminución de su eficacia.

Con respecto a esta dudas que aparecen en el horizonte, es por eso que varios de los laboratorios fabricantes de vacunas ya anunciaron que están estudiando la nueva variante, y si habría que hacer algún tipo de modificación en las vacunas tal como salen actualmente.

En caso necesario, unos 150 días serían suficientes para actualizar las vacunas de ARN mensajero a las nuevas modificaciones que presenta Ómicron en su proteína S. Aunque es muy pronto para asegurar algo, ya que, como se sabe hasta el momento, todo sigue bajo un minucioso estudio de la ciencia, porque se sabe menos de lo que se cree de la variante sudafricana.

Un punto positivo en la lucha contra este “renovado enemigo” es que, aunque parece que se transmite más rápido, eso no quiere decir que esté provocando una enfermedad más grave, dado que no se localizaron focos de la nueva variante que generaran aumentos excesivos de las hospitalizaciones, ni parece que los enfermos estén más graves, lo que significa una buena noticia para los médicos que han luchado por largos meses contra las internaciones en terapia intensiva.

Se cree que esto puede suceder gracias a la importante cantidad de personas que al menos ya tienen una dosis de la vacuna o bien por el tipo de agresividad que representa Ómicron, que no sería tan letal como las anteriores variantes.

No es igual a Delta

Aunque queda mucho por aprender de Ómicron, las pruebas preliminares de la ciencia sugieren que esta nueva variante es más contagiosa pero menos severa que Delta. No obstante, hay muchos factores que influyen, como el grado de inmunización de la sociedad, los otros males estacionales y el comportamiento de la gente ante esta nueva aparición. Sí los epidemiólogos ya tienen bastante claras ciertas diferencias entre Ómicron y Delta, y un punto confirmado es que en esta última la cantidad de variable de espiga que se adhiere a las células es muy similar a la que detectan las vacunas existentes.

En cambio, con Ómicron la espiga acumuló 32 mutaciones que hacen más difícil (aunque no imposible) que el sistema inmunitario reconozca el virus y evite la infección. En tanto, otro nuevo estudio en Europa descubrió que Ómicron es capaz de replicarse a sí mismo 70 veces más rápido que Delta, pero lo hace en los bronquios y no en pulmones. Hallazgos no definitivos, pero que sirven para explicar por qué Ómicron es más transmisible y menos severa que Delta, aunque aún falte saber más.

Ómicron: la mirada de Bill Gates

Desde hace muchos años, la figura del millonario Bill Gates siempre abre un espacio para escuchar sus dichos y tomarlos con cierta cautela, y como el coronavirus es un tema que reina en el mundo, el magnate se aventuró a decir lo que pasará.

“Justo cuando parecía que la vida volvería a la normalidad, podríamos estar entrando en la peor parte de la pandemia. Ómicron llegará a casa para todos nosotros. Amigos cercanos ya lo tienen y he cancelado la mayoría de mis planes de vacaciones”, dijo en Twitter.

Gates agregó que “se está propagando más rápido que cualquier virus de la historia. Pronto estará en todos los países del mundo... Todos tenemos que cuidarnos unos a otros, especialmente los más vulnerables, ya sea que vivan en la calle o en otro país. Eso significa usar mascarillas, evitar las grandes reuniones en interiores y vacunarse. Obtener un refuerzo brinda la mejor protección”.

Y luego apuntó: Ómicron se mueve tan rápido que una vez que se vuelve dominante en un país, la ola debería durar menos de tres meses. Esos pocos meses podrían ser malos, pero sigo creyendo que, si tomamos las medidas adecuadas, la pandemia puede terminar en 2022. El mundo está mejor preparado para hacer frente a variantes potencialmente malas que en cualquier otro punto de la pandemia hasta ahora. Estamos en una posición mucho mejor para crear vacunas actualizadas si es necesario”, finalizó diciendo el científico, a quien muchos culpan de financiar programas para analizar virus, cuando el Covid-19 aún no se conocía mundialmente, pero se vislumbraba una amenaza que rondaba en laboratorios de las superpotencias.

POR G.A.