Ómicron: ¿Cuál es el primer síntoma que aparece antes que cualquier otro?
A diferencia de las otras variantes de Covid conocidas hasta el momento, la sudafricana tiene otro tipo de dolencias que pueden complicar el organismo, además de tener una mayor velocidad de contagio.
La incógnita de lo que significa el Ómicron en el mundo empieza a resolver algunos puntos hasta hace poco desconocidos, y uno de esos puntos tiene que ver con la identificación de uno de los primeros signos que aparecen en el cuerpo, previo al desarrollo de los primeros síntomas del coronavirus.
Lo cierto, es que los investigadores confirmaron que el primer signo de infección de Ómicron es un síntoma que se puede oír con mucha claridad, y que con frecuencia va a aparecer antes de que empecemos a sentirnos mal. Aquellos que están infectados con la variante pueden desarrollar una voz ronca o un tanto rasposa (lo que comúnmente se conoce como “voz tomada”).
Esto se debe a que el dolor o la irritación de garganta es uno de los síntomas más comunes relacionados con Omicron y, a menudo, es uno de los primeros en desarrollarse. Esto sirve para estar atentos, pero es importante tener en cuenta que no es el único síntoma que se puede desarrollar en caso de tener esta variante de coronavirus.
Cabe destacar, que los tres síntomas principales de coronavirus enumerados no solo por el ministerio de Salud de la Nación, sino también por la Organización Mundial de la Salud ( OMS), incluyen una temperatura alta, una nueva tos continua y una pérdida del sentido del gusto u olfato. Lo que sucede con esta nueva variante es que presenta nuevos y alarmantes síntomas.
Vinculado con esto, todos lo que padezcan Ómicron pueden presentar fatiga, dolores y molestias corporales, dolor de cabeza, garganta irritada, sudores nocturnos, tos seca, fiebre, nariz que moquea, estornudos y náuseas.
La buena noticia con respecto a esta nueva cepa es que si bien es más contagiosa que las anteriores, lo cual se ve en los números de Argentina, la gravedad o la influencia en el porcentaje en la internación es exponencialmente menor que la Delta, por ejemplo.