La permanencia del calor en nuestro país y parte del continente americano más las malas condiciones de habitabilidad, hace que una enfermedad se haga presente y cause graves estragos: el mal de Chagas, que es transmitida por la vinchuca y que no tiene una vacuna para combatirla.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la enfermedad de Chagas "es una enfermedad parasitaria sistémica causada por el protozoario flagelado Trypanosoma cruzi (T.cruzi). Considerada una enfermedad tropical desatendida o enfermedad de la pobreza, la enfermedad de Chagas es endémica en 21 países de las Américas. El T. cruzi se transmite a los seres humanos y otros mamíferos por insectos vectores hemípteros de la subfamilia Triatominae, conocidos como vinchucas, chinches y otros nombres populares locales. Los triatominos de especies domiciliadas son capaces de colonizar viviendas mal construidas en las zonas rurales, suburbanas y urbanas".

El mal de Chagas es transmitida por la vinchuca.

Formas de infectarse

Cabe destacar, que la transmisión de la enfermedad no sólo se produce por la picadura del insecto, sino que también puede darse por vía oral (por alimentos contaminados), ocular, congénita, trasplante de órganos por donantes infectados, transfusión sanguínea o accidentes de laboratorio.

Otro punto a conocer es que el Mal de Chagas tiene dos etapas o fases clínicas: una fase aguda y una fase crónica. Muchas personas (del 70 al 80 % de los infectados) son asintomáticas toda su vida, pero de entre un 20 a un 30 % de los afectados esta enfermedad evoluciona a cuadros crónicos sintomáticos asociados a daño lesional en el corazón, tubo digestivo y/o sistemas nerviosos.

La fase aguda cuando es sintomática dura pocas semanas después de la infección. Durante la fase aguda, alto números de parásitos circulan en la sangre. En tanto, los síntomas de la enfermedad aguda pueden estar ausentes o ser leves e incluyen lo siguiente: Signos de puerta de entrada del parásito, roncha o pápula en piel, edema palpebral con adenopatías satélites, fiebre, dolor de cabeza, náuseas, diarrea o vómitos, ganglios linfáticos agrandados, dificultad para respirar y dolor de músculos, área abdominal o pecho.

No hay vacuna...

En la actualidad, si bien no existen vacunas preventivas ni terapéuticas, hay dos medicamentos para tratar esta enfermedad provistos por el Programa Nacional de Chagas: el benznidazol y el nifurtimox. Ambos pueden tener efectos adversos, por lo que es importante realizar el tratamiento bajo supervisión médica y sobre todo, porque ambos medicamentos no deben administrarse a mujeres embarazadas.

Los beneficios potenciales de la medicación en los casos crónicos para prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad de Chagas deben sopesar frente a las posibles reacciones adversas (incidencia de hasta el 40% de los pacientes tratados), edad, patologías concomitantes y otras características importantes de cada paciente.

Durante años, la lucha contra el Mal de Chagas se ha planteado a partir del cuidado en la limpieza de los hogares humildes, invadidos por ese terrible insecto. Es hora que, una vez más, levantemos las armas contra ellos.