Las relaciones humanas son lo más primordial que tiene un ser humano. Tal vez el punto de partida para poder disfrutar de un número enorme de emociones, de las buenas y de las malas, pero situaciones al final, que nos permite comunicarnos y llevar adelante la vida tal como la conocemos, pero hay que tener cuidado porque es un camino que tiene algunas piedras por esquivar.

Si bien ya existía desde hace largo tiempo, con la llegada de la pandemia de Coronavirus se potenció aún más la denominada “Generación sandwich”, es decir, aquellos integrantes de entre 35 y 50 años que deben cuidar tanto a sus padres, como a sus hijos y suelen quedar en el medio de un conflicto de partes, por exigencia de una parte u otra lo cual, en la mayoría de los caso, suele causar otra grieta: la emocional en la familia.

Palabra de un especialista en la materia

Para tener un parámetro real de este fenómeno social que existe desde hace largo tiempo, Crónica dialogó con el licenciado en psicología y sexólogo clínico Mauricio Strugo (M.N.41.436), quien reveló qué significa este hecho tan particular de nuestra vida, y que puede causar ciertos estragos si no se la considera: “La Generación sándwich es un concepto que introdujo una asistente social en Estados Unidos en la época de los ´80, que nomina el lugar que ocupan los adultos que tienen que estar entre medio del cuidado de sus hijos y los adultos mayores, que serían los padres. En esa época se hablaba que la generación sándwich estaba en los 30 y pico, y hoy en día, el tema es que la está comprendida entre 35 y 50 años, que sucedieron varios fenómenos, por un lado hemos pospuesto la mater paternidad, es decir que cada vez se tiene hijos más grandes y a partir de los 35 y 40 años, después de estar instalados en el trabajo o distintas situaciones, y por otro lado, se extendió la calidad de vida de los adultos mayores, por lo tanto, viven más tiempo y con buena calidad de vida, pero llega un momento donde se genera el dilema entre esta situación de estar con niños que recién nacen o son chiquitos y al mismo tiempo, con padres que empiezan a requerir cuidados especiales por parte de los hijos”.

El profesional agregó con suma contundencia que “existió siempre la situación de tener que cuidar, lo que pasa es que la gente adulta mayor al no haber tantos recursos tecnológicos, medicina y vacunas, no tenía tanta extensión de vida, a los 60 o 70 años como mucho, la gente fallecía, y al mismo tiempo, las personas que son adultos, a los 20 o 25 años eran padres, y esta situación se agravó y se presentó con mucha más fuerza hoy en día, y sobre todo, además en la situación actual que vivimos con el coronavirus, donde también existe esta situación de decir me voy a cuidar a mis padres que me necesitan, me quedo con mi familia que me necesita, o sea como contener ambas partes, con la necesidad emocional que implica el contacto”.

¿Qué pasó con la llegada del Coronavirus?

Justamente, al ser consultado por cómo se vivió esto con la llegada del Covid, Strugo sostuvo que “se potenció porque cuando era la cuarentena más estricta, nuestros padres estaban solos en muchos casos sin haber aprendido a utilizar la tecnología para comunicarse virtualmente, entonces hemos tenido que ir a visitarlos, acompañarlos a médicos, en una situación epidemiológica grande con todo el riesgo que eso significa, y sabiendo que en nuestra casa también nos necesitaban para seguir ocupándose para que los chicos hagan el Zoom, hagamos el almuerzo, mientras nuestra pareja estaba limpiando la casa o trabajando”.

Con relación a qué efectos causa este fenómeno, el licenciado (@ mauriciostrugo) relató que “en principio al estar como en el medio es un efecto negativo, porque genera que la persona que está implicada en este lugar se sienta presionada por esta doble lealtad que tiene que tener, a aquellos padres que le dieron la vida y por otro lado, a la familia que él decidió armar. Es inevitable que la persona que está ahí, se encuentra angustiada por momentos y pueda llegar a estar con alguna crisis de nervios, que por momentos esté con ataques de pánico, distintas situaciones que pueden ocurrir por esta situaciones de tensión. El tema es cómo administrarse y cómo manejarse para que eso no suceda, o sea, cómo cuidarse de toda esta situación”.

Recomendaciones a tener en cuenta

En tanto, el especialista dejó un consejo para aquellas personas que se encuentran esta situación, y que por momento se ven superados por la misma: “Lo que tienen que tratar de hacer es trabajar la culpa, porque es importante que todas las personas lo hagamos, lo hagamos desde el amor, lo hagamos porque queremos hacerlo y no desde al obligación. Esto por supuesto nos va a dar culpa porque vamos a sentir que se espera algo de nosotros y no lo estamos haciendo, pero es preferible hacer algo desde la elección, que estar resentido cuando hacemos algo, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es darle calidad de tiempo a las personas que nos necesitan, es decir, si estamos con nuestros niños, en ese momento dejemos de lado nuestros teléfonos, nuestras obligaciones y estemos un rato ahí, jugando con ellos verdaderamente, y si estamos con nuestros adultos mayores, que hay situaciones que no la vamos a poder elegir y vamos a tener que acompañarlos de urgencia, pero en otros casos, no ir solamente porque estamos obligados, sino realmente pensar que es mejor elegir cuando vayamos para estar disponibles para poder compartir con la persona que nos recibe, la mejor calidad de vida con nuestra presencia para se ponga contenta, porque a la primera que no nos guste, lo vamos a maltratar y vamos a generar muchos más problemas de los que esa persona ya tiene”.

El profesional de la salud agregó al respecto, con suma contundencia que “al mismo tiempo, es importante que así como nos brindemos a cada una de las partes, también nos ocupemos de nosotros, porque para cuidar a otros también nos tenemos que cuidar a nosotros mismos. Cuidarse a uno mismo significa también tener tiempos personales, en este desafío de estar para un lado o para el otro, por momentos hacer pausas y descansar, poder hacer algún deporte, poder relajarse, poder hacer algo que nos gusta para que nos afilemos como instrumento, porque si nosotros no estamos bien, es muy probable que no tengamos paciencia, que maltratamos, que las cosas que hagamos a desgano, no tengan un buen efecto”.

El desgaste que lleva la sociedad por la permanencia del Covid desde hace algo más de un año, complicó aún más las relaciones humanas entre familiares, amigos y compañeros de estudio y trabajo en diversos sentidos, por lo que será muy importante poder tener la paciencia y comprensión para “no quedar en el medio” de dos generaciones: la de nuestros padres y abuelos, y la de los hijos, porque ambos son importantes en la vida de una persona y habrá que saber equilibrar la balanza afectiva.

Generación sándwich: comprensión ante todo

Un punto clave para los que componen este grupo es la comprensión de ambas partes, a lo que Strugo dijo que “sería ideal pero en algún punto no es posible, porque los chicos son chicos y demandan como chicos, hay algo sobre todo cuando son chiquitos, que les cuesta entender que los padres trabajamos y ellos quieren tiempo, y por más que entiendan que trabajamos para percibir dinero, la verdad, lo que les pasa es que ellos quieren que estés con ellos. Entonces no entienden más allá de lo que le contemos, y es necesario que lo hagamos, que vamos a lo de la abuela porque no se siente bien y estamos cuidándola”.

El especialista agregó que “de la misma manera que nuestros padres, si están conscientes, también puede hacer esto, hay casos con personas con demencia, Alzheimer, o una situación que requiere un acompañamiento que es difícil, y en que en esos casos hay que pensar en tener cuidadoras, en que algunos casos existen geriátricos, aunque parece que una persona que envía a un geriátrico a otra es un mal hijo o persona, pero hay situaciones complicadas, que por el afecto nos cuesta poner límites”.