Si bien la diabetes es una enfermedad que suele traer mayores complicaciones si no se la atiende como se debe, en estos últimos tiempos han aparecido tratamientos para sobrellevarla de la mejor manera y mantener una calidad de vida normal, aunque para esto es importante saber de qué se trata.

La definición de diabetes indica que es una "enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia".

Ahora bien, la insulina es una hormona producida por el páncreas y su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.

¿Cuáles son sus causas?

Lo cierto, es que poco se conoce sobre las causas de la diabetes, aunque sí es sabido que tiene diversos tipos: 1) Diabetes tipo I: Se genera cuando el organismo deja de producir la insulina que necesita y suele aparecer en niños o jóvenes adultos. Las personas con esta forma de diabetes necesitan inyecciones de insulina a diario para controlar sus niveles de glucosa en sangre. 2) Diabetes tipo II: Se da cuando el organismo puede producir insulina pero, o bien no es suficiente, o el cuerpo no responde a sus efectos, provocando una acumulación de glucosa en la sangre; es el tipo más común de diabetes y suele aparecer en adultos. 3) Diabetes gestacional: Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele desaparecer tras el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo de su vida.

Es muy importante tener en cuenta los posibles síntomas que puede presentar la diabetes para acudir a un profesional de la salud; por ejemplo, la elevación de glucosa puede producir una fuerte sensación de hambre, mucha sed, la necesidad de orinar continuamente, incluso de noche, fatiga o cansancio, pérdida de peso a pesar de que tal vez se coma bien, mala visión, entumecimiento de manos y pies o infecciones fúngicas en la piel.

Diagnóstico y recomendaciones

Cabe destacar que la detección de esta patología se puede hacer a través de distintos exámenes de sangre como glucemia en ayunas, hemoglobina (A1C), prueba de tolerancia a la glucosa oral, así como estudios de orina, los cuales permitirán al profesional de la salud dar el respectivo diagnóstico.

Finalmente, para controlar la diabetes, mantener niveles de glucemia, presión arterial y colesterol cercanos a lo normal puede ayudar a prevenir diversas complicaciones diabéticas. Lo cierto es que los diabéticos necesitan hacerse revisiones con regularidad para detectar posibles problemáticas asociadas y el ejercicio, mantener un peso equilibrado y respetar el plan de comidas puede ayudar a controlar esta enfermedad.

¿Cómo se trata?

Según el tipo de diabetes, existe una serie de tratamientos para llevar adelante, luego de que el médico realice el diagnóstico respectivo para el paciente.

En el caso de la diabetes tipo 1, la insulina es el único tratamiento y en la actualidad solo puede administrarse inyectada, ya sea con las denominadas plumas de insulina o con los sistemas de infusión continua.

En tanto, para la diabetes del tipo 2 existe un espectro más grande de posibilidades, ya que a
diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, no siempre va a ser precisa la administración
insulina. Adoptando un estilo de vida saludable y perdiendo peso, los niveles de glucosa pueden normalizarse.