Cada 25 de mayo es el Día Mundial de la Tiroides, una fecha designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reflexionar sobre la importancia de atender cualquier síntoma del hipotiroidismo, una patología que afecta a millones de personas, de las cuales muchas no saben que lo padecen.

Este día del calendario sanitario sirve para destacar la importancia del funcionamiento óptimo de la tiroides a lo largo de la vida. "Esta glándula forma parte del sistema endocrino y se encuentra ubicada en la parte anterior del cuello. Ella es encargada de secretar dos hormonas, T3 y T4, ambas fundamentales en nuestro metabolismo basal y en el funcionamiento de todos nuestros tejidos", advierte la doctora Virginia Busnelli, (M.N. 1103.51), médica especialista en nutrición.

En Argentina existen más de dos millones de personas que sufren alguno de los trastornos más habituales de esta glándula y se estima que la mitad de ellos lo desconoce. Es por eso que los expertos hacen hincapié en los síntomas para educar a la población sobre la necesidad de consultar al médico ante la aparición de alguno de ellos.

Las hormonas T3 y T4 controlan la velocidad con que las células queman el combustible que precede de los alimentos para generar energía. "Cuantas más hormonas tiroideas haya en el torrente sanguíneo, más deprisa ocurrirán las reacciones químicas en el cuerpo. Sin embargo cuando hay déficit de ellas se enlentecerán la mayoría de las funciones metabólicas del cuerpo", explica Busnelli.

Estas hormonas aumentan la termogénesis y el consumo de oxígeno y son necesarias para la síntesis de muchas proteínas. También influyen sobre el metabolismo de los hidratos de carbono y de los lípidos.

"Cada una de nuestras células dependen de estas hormonas para su crecimiento normal y desarrollo, y para regular funciones que variarán notablemente si éstas hormonas aumentan o disminuyen patológicamente", afirma Busnelli.

El tratamiento de esta patología se realiza con levotiroxina.

El diagnóstico de hipotiroidismo es muy sencillo y se realiza mediante la evaluación del perfil hormonal por análisis de sangre y el examen físico del médico que es fundamental para determinar la necesidad o no de una ecografía tiroidea.

El tratamiento de esta patología se realiza con sustitución de hormona tiroidea (levotiroxina) que se adecuará según los síntomas y las características de cada paciente.

 

Al inicio del tratamiento se realizará el primer control en 6 a 8 semanas; ante un cambio de dosificación, se repetirá en 6 a 8 semanas. Si no es necesario modificar la medicación, el control se realiza en 6 meses.

 

"Con un buen diagnóstico y tratamiento adecuado los pacientes logran la regresión de todos los síntomas y recuperan su vida normal", finalizó la especialista.