A pocas semanas de la llegada del verano y las altas temperaturas, comienzan a aparecer una serie de enfermedades que pueden causar graves problemas en el organismo, e incluso terminar con la muerte de un individuo.

Se trata del dengue, el que, a pesar de haber una vacuna eficaz que está en prueba actualmente, no tiene cura y la única manera de evitar esta enfermedad es a través de la prevención y un rápido accionar para acudir a un profesional de la salud.

El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se caracteriza por presentar franjas negras y blancas en sus patas y el abdomen. Lo cierto es que para reproducirse elige como criadero cualquier recipiente u objeto con agua quieta para dejar sus huevos (bebederos de mascotas, portamacetas, floreros, botellas, juguetes y todo aquello que pueda acumular agua), y es por este motivo que es clave eliminar todos los recipientes en desuso que puedan juntar fluidos.

Cabe destacar que todas las etapas del ciclo de vida del insecto transcurren en el entorno domiciliario, ya que allí consiguen el alimento, el refugio y los criaderos necesarios para su supervivencia y su reproducción. Contagio Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada de dengue y, al cabo de unos días, pica a otras, entonces les transmite el virus.

El contagio de dengue sólo se produce por la picadura de mosquitos infectados, nunca de una persona a otra ni a través de objetos o de la leche materna, aunque hay escasos casos en que una mujer embarazada pueda contagiar a su bebé durante el embarazo.

El dengue suele afectar con mayor intensidad a poblaciones más vulnerables, especialmente en zonas despobladas donde el insecto se propaga con mayor facilidad y afecta mayormente a niños, adolescentes y adultos mayores.

Además, se cree que otros factores para que se desarrolle esta enfermedad son el cambio climático, la rápida urbanización no planificada, el aumento de movimiento humano y los cambios en el uso de la tierra.

Señales de alarma

En el caso de nuestro país, el mosquito Aedes aegypti está presente en más del 60 por ciento del territorio nacional, debido a que la Argentina reúne los factores necesarios para la presencia y la propagación de la enfermedad, que adquiere relevancia estacional todos los años.

De hecho, pasó de ser un país joven en dengue, hace unos diez años, a ser uno de circulación viral endémica. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el dengue tiene predominancia en Catamarca, Jujuy, la Rioja, Santiago del Estero, Salta, Tucumán, Chaco, Corrientes, Misiones, Formosa, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza, San Luis y San Juan, y hay escasa circulación en la Patagonia.

Dengue: ¿Cuáles son sus síntomas?

En cuanto a los síntomas que presenta el dengue, estos son fiebre, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, dolores musculares diversos, dolor detrás de los ojos, erupciones en la piel, cansancio intenso o picazón y/o sangrado de nariz y encías.

En relación con los síntomas, varios son similares a los que tienen los pacientes con coronavirus, por lo que es importante que la persona no se automedique y concurra de forma inmediata a la consulta médica.

Recomendaciones

Ahora bien, si bien el dengue existe y es un potencial peligro, los especialistas dejaron una serie de recomendaciones para prevenir esta situación: eliminar o dar vuelta objetos y recipientes que puedan acumular agua, cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, mantener los patios limpios y ordenados y los jardines desmalezados, limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos, usar repelente y utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales, colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones, proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras, utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.

Otro punto del que se habla es el de la fumigación, el cual no es suficiente para eliminar al mosquito, ya que los insecticidas eliminan a los mosquitos adultos, pero no a los huevos y larvas, por lo que su implementación debe ser evaluada por autoridades sanitarias y sólo se recomienda en momentos de emergencia, y siempre debe ser acompañada de las anteriores medidas citadas anteriormente.

Estadísticas internacionales

Según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 500 millones de personas están potencialmente en riesgo de contraer dengue, y a nivel mundial, se cree que la mitad de la población global está expuesta a esta enfermedad, con un registro anual del orden de los 390 millones de contagios, 500.000 hospitalizaciones y alrededor de 20.000 muertes.

Además, es una de las diez principales amenazas a la salud pública mundial y es endémica en más de 100 países, y su incidencia aumentó 30 veces en el último medio siglo, con más naciones que identificaron por primera vez varios brotes de dengue.

Por otra parte, si se sospecha de un presunto caso de dengue hay que concurrir a un centro de salud, evitar viajar a zonas donde puede haber proliferación de dengue, evitar el contacto suyo y de su grupo familiar con los mosquitos mientras está con fiebre o hasta que se descarte el diagnóstico para evitar la propagación de la enfermedad, en caso de ser picado por un mosquito vector que pueda seguir transmitiendo el virus, no automedicarse ni utilizar aspirina, porque su efecto puede provocar hemorragias, y no utilizar antibióticos, ya que el dengue es producido por un virus y los antibióticos sólo atacan a las bacterias.

La clave de la infección

Finalmente, el proceso del insecto para transformarse en una amenaza es el siguiente: la hembra del mosquito, que es la que transmite estas enfermedades, pone sus huevos en las paredes de los recipientes o de cualquier objeto que pueda acumular agua.

Al cabo de unos días, ese huevo se convierte en larva, luego en pupa y, finalmente nace el mosquito adulto, que vuela, pica y puede transmitir dengue, zika y chikungunya, por lo que para evitar el dengue no hay nada mejor que prevenir, por lo menos hasta que la vacuna que está en estudio sea la salvación para erradicar esta enfermedad que suele “hacerse fuerte” en zonas donde hay altas temperaturas.

Zika y Chikingunya

Al igual que el dengue, hay otras dos enfermedades que tienen similitudes con éste: son el zika y el chikungunya. El primero es una enfermedad causada por el virus zika, que se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos del género Aedes. No hay vacuna ni tratamiento específico para la infección y, por esa razón, el tratamiento para todas las personas se dirige al alivio de los síntomas, incluidas las embarazadas, que deben seguir las recomendaciones de su médico.

La segunda es una enfermedad infecciosa causada por el virus Chikungunya, transmitido al igual que el dengue y zika por el mosquito Aedes Aegypti. Al igual que las otras dos, no tiene tratamiento específico y se tratan los síntomas utilizando analgésicos e hidratación. Los síntomas aparecen de 3 a 7 días desde la picadura del mosquito.

Una vacuna podría ser la solución

En la lucha contra al dengue, se conoció la aparición de una vacuna que demostró en un estudio clínico de fase III, luego de 36 meses de seguimiento, una eficacia del 62% en la prevención del dengue sintomático causado por cualquiera de los cuatro serotipos, en análisis conjunto en los participantes de la investigación con o sin exposición previa a este virus, reduce el nivel de internaciones en 83,6% y disminuye 65,4% el desarrollo de la forma hemorrágica.

La vacuna tetravalente contra el dengue TAK-003 (producida por Takeda) se basa en un virus vivo atenuado del serotipo 2 del dengue, que proporciona la “columna vertebral” genética para generar inmunidad contra los cuatro serotipos contemplados en la vacuna.

El ensayo clínico fase III TIDES constituye una investigación a doble ciego, aleatorizada y controlada contra placebo, para evaluar la seguridad y eficacia de dos dosis de TAK003 en la prevención del dengue sintomático confirmado por laboratorio de cualquier gravedad y a cualquiera de los serotipos del virus.

POR G.A.