El paso de los años no sólo va mostrando la aparición de dolencias sino también de algunas enfermedades que traen dificultades; una de ellas es la osteoporosis, que afecta a los huesos y puede derivar en la fractura de estos si no son cuidados como se debe.

La osteoporosis es una afección generalizada y silenciosa que hace que los huesos se debiliten y vuelvan más frágiles, y lo más difícil es que, como no tiene síntomas obvios, muchas personas no saben que la tienen hasta que sufren una fractura.

Datos sanitarios mundiales estiman que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres podrían sufrir una fractura osteoporósica después de los 50 años. Cabe destacar, que la mayoría de las fracturas ocurren en la cadera, la columna y la muñeca, y en nuestro país se cree que de 4 mujeres postmenopáusicas, 1 presenta osteoporosis y 2, osteopenia.

La doctora Adriana Díaz (endocrinóloga del Hospital de Clínicas) relató que “la fractura se produce debido a que la resistencia del hueso se ve sobrepasada por la fuerza aplicada sobre él durante un traumatismo mínimo, como ser la caída desde su propia altura, y esto depende de varios factores: el contenido mineral del hueso (que se evalúa mediante la densitometría), la geometría del hueso, la microarquitectura (disposición tridimensional de la trama ósea) y la calidad de los componentes de hueso, así como el mecanismo e intensidad del impacto”.

Osteoporosis: ¿Cuáles son las causas?

A la hora de saber cuáles son sus causas, hay que decir que hay varios puntos a tener en cuenta: 1) envejecimiento: la edad avanzada produce una disminución en la cantidad del hueso, por lo que cualquier persona puede padecerla, 2) dieta pobre en calcio: el calcio es fundamental en la formación del hueso y se encuentra sobre todo en la leche, derivados lácteos, pescado azul y frutos secos, 3) inmovilización prolongada: ya sea por enfermedad o por sedentarismo, 4) algunos medicamentos: por ejemplo, el uso prolongado de esteroides, antiepilépticos o fármacos para la tiroides y 5) exceso de tabaco, café o alcohol.

Hay cuatro hábitos que ayudan a cuidar la salud de nuestro huesos: 1) nutrición adecuada: ingerir alimentos con calcio, como la leche y derivados lácteos, y evitar el consumo excesivo de alcohol o tabaco, 2) ejercicio físico: mantener una vida activa y hacer alguna actividad deportiva razonable, adaptada a la edad y características de la persona, 3) densitometría: las normas internacionales indican realizar una densitometría a partir de los 64 años, salvo en pacientes con alto riesgo y 4) tomar sol en horas en que no haya riesgo de exposición a rayos ultravioletas, ayuda también a mejorar los niveles de vitamina D.

En tanto, los especialistas recomiendan un diagnóstico temprano y el tratamiento, de ser necesario, es importante para prevenir fracturas y problemas. Ante toda fractura que se produce en una persona mayor de 50 años de edad lo recomendable es consultar al médico, quien en función del análisis de la historia clínica y la realización de simples estudios (radiografía, densitometría ósea y estudios de laboratorio) pueden arribar al diagnóstico.

Finalmente, la Fundación Internacional de la Osteoporosis (IOF, por sus siglas en inglés) sostuvo que entre 1990 y 2050 las fracturas de cadera se habrán incrementado un 240 por ciento entre las mujeres y un 310 por ciento en los hombres, y agregó que “el 80 por ciento de los adultos que se fracturan un hueso no se someten a pruebas ni reciben tratamiento para esta enfermedad”.

Osteoporosis: números escasos

Los datos de prevalencia para osteopenia y osteoporosis en América Latina son escasos en la actualidad, ya que sólo México y la Argentina tienen estudios poblacionales. De hecho, un estudio realizado en nuestro país reveló que una de cada cuatro mujeres mayores de 50 años tiene una densidad mineral ósea normal, dos padecen osteopenia y una padece osteoporosis.

En tanto, en México se tienen algunas cifras de estudios de prevalencia poblacionales tanto en hombres como en mujeres. Lo cierto es que organismos sanitarios indicaron que entre 1990 y 2050 las fracturas de cadera se habrán incrementado 240% entre las mujeres y 310% en los hombres.