El mal hábito alimentario afecta el bienestar saludable de una persona. ¿De qué manera perjudica al organismo? En los excesos de consumo de alimentos o falta de los mismos, como ejemplos más resonantes. A su vez, estos trastornos pueden involucrarse con situaciones de la vida cotidiana: ya sea por llevar una rutina acelerada y con miles de tareas en la espalda; o todo lo contrario, afrontando una supervivencia totalmente sedentaria a base de comida chatarra. 

¿Se puede revertir esta situación? Si, hay una salida. Pero un cambio de estilo de vida implica una fuerza de voluntad que va más allá de una simple decisión: comprende modificar la relación con la comida y el entorno que rodea a la persona. Ahora bien, ¿Por qué es difícil llevarlo a cabo ese cambio? ¿Qué se necesita para concretar con éxito una modificación del hábito alimentario y no fracasar en el intento?

Para tratar de resolver esta inquietud, cronica.com.ar dialogó con la licenciada Marisa Montegna (MN 2394 MP 1553), experta en Coaching Nutricional, el espacio que brinda herramientas útiles como guía en el proceso de transformación y aprendizaje para un nuevo hábito alimentario de una persona. Este último punto es el propósito a resaltar a lo largo de la nota e indagar qué se necesita para llevar adelante un cambio y gozar de una vida mucho más saludable.

La licenciada Marisa Montegna mano a mano con Cronica.com.ar (Instagram: @licmarisamontegna)

La tarea de un coach consiste en acompañar a las personas con el fin de concretar los cambios que les importa hacer, sortear los obstáculos que impiden lograr una transformación, como así derribar mitos y creencias que llevan a conductas no saludables. Dentro de estos puntos pueden tratarse varias intenciones: el deseo de bajar de peso, limitar la ansiedad con las comidas, evitar recurrir a comer para controlar el estrés, entre otras cosas. 

"Un coaching no prescribe, ni aconseja, ni obliga. Un coach acompaña", fundamentó su labor Montegna. La nutricionista contó que la base del tratamiento se da a partir de "conversaciones con el paciente" con el propósito de encontrar el sentido al cambio que la persona quiere alcanzar.

Abierto el panorama de lo que refiere el concepto del Coaching Nutricional, la especialista nos acercó su punto de vista de los distintos problemas que pueden surgir en la vida cotidiana de una persona y cómo afrontar las cuestiones, ofreciendo un abanico de posibilidades dependiendo el interés de lo que la persona quiera cambiar.

¿Qué barreras u obstáculos crees que, desde un principio, debe vencer la persona para hacer un cambio en su vida y plantear mejorar su rutina alimenticia?

"Las barreras para hacer cambios en los hábitos alimentarios están relacionadas con el entorno, con la biología y la disposición emocional que la persona tiene para hacer los cambios. Esta disposición va a depender del momento en el que se encuentre, de su historia, su motivación, sus valores y del proyecto que tenga. En todo esto es en lo que trabajamos en las conversaciones de coaching nutricional"

¿Cómo ayudás a que la persona logre controlar sus emociones y mantener una regularidad a largo plazo para cambiar el hábito alimentario y que no se frustre en el proceso? 

"La acompaño para que reconozca y acepte sus emociones. El autocontrol dura poco, como las dietas. Esto es porque somos seres emocionales y desear controlarlas es como querer controlar un estornudo. La idea es saber qué mensaje nos trae cada emoción y prestarle atención: Si es miedo, ansiedad, o es enojo… algo nos quieren decir, y en general esas emociones nos están cuidando. Empezar a distinguir qué necesitamos en lugar de recurrir a la comida es el primer paso para sostener el cambio a largo plazo"

Se da con frecuencia que una persona ansiosa, o que maneja cierto estrés, se descargue ingiriendo comida, ¿Qué recomendación le das a esa persona que intenta paliar ese momento comiendo y que tal acción no se torne un problema? 

"Afrontar las emociones con comida, con alcohol o cigarrillo, por ejemplo, es algo que cada vez se da con más frecuencia. Esto aumentó post pandemia. En esta ocasión se activa el circuito de recompensas en el cerebro y sentimos placer intenso e instantáneo. Con el coaching trabajamos en esto que se llama "comer emocional", haciendo registros de emociones y pensamientos; poniendo en práctica habilidades de gestión emocional"

¿El prohibir o controlarse en las comidas afecta al dominio de las emociones?

"Definitivamente. Si yo te digo 'no pienses en un mono con tutú rosa', seguramente ya lo estás pensando. Lo mismo pasa con la comida. Lo prohibido se instala en tu cabeza".

El querer cumplir una dieta saludable y que resulte una "obligación" para la persona, ¿Puede resultar una contra para el proceso?

"En el proceso de coaching exploramos con el paciente qué sentido tiene para él/ella hacer lo que dice que quiere hacer. En ese marco, consultamos qué valores le resulta importante a la persona, la importancia del sentido que puede tener su esfuerzo, para que no resulte una obligación, sino un proyecto valioso"

En base a tu trayectoria y el contacto con los pacientes, ¿Crees que ellos buscan soluciones para recurrir a una forma de comer saludable o encontrar un recurso para gestionar la ansiedad de comer?. Y en ese caso ¿Cuál sería la mejor opción para recomendar?

"Es muy común la búsqueda de soluciones mágicas. Y en el mercado hay mucha desinformación. Las personas que quieren cambiar su forma de comer son un público vulnerable. Recomendaría que siempre recurran a la búsqueda de profesionales especializados y no en aquellos que les ofrezcan magia. Por el momento, la ciencia dice que cambiar lleva tiempo. Es un proceso y necesita de nuestro involucramiento. Cualquier tratamiento distinto a esto será una frustración más"

Comer con control y comer con conciencia, ¿Es lo mismo?

"Estamos en modo control cuando nos restringimos. Cuando nos decimos internamente 'no debo, no puedo, no me lo permito o me lo aguanto'. Y ese es un error, porque todo lo prohibido es lo más deseado. Por ende, lo que parece estar controlado termina en el descontrol. Entonces, el elegir comer con conciencia es poner límites desde la búsqueda de las propias señales de hambre y saciedad; o por elección de la comida por placer. No es lo mismo restringirse (controlarse) que ponerse límites conscientes (autocuidarse)"

Aquellas personas que utilizan el término "trabajo todo el día y no puedo cambiar" como excusa al cambio, o sienten que llevan una rutina diaria a mil por horas, ¿Qué consejos das para encontrar una solución a ese desorden? 

"Más que un consejo, los invito a trabajar juntos las prioridades; los valores y el sentido que tiene para esa persona hacer algunos cambios en sus rutinas que impacten en su salud. Cada persona decidirá si vale la pena, o mejor dicho, si vale el esfuerzo"