La Cámara de Diputados buscará este martes convertir en ley, en una sesión especial, el proyecto de etiquetado frontal de alimentos que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los alimentos, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.

El debate del proyecto que fija pautas para una alimentación saludable es el principal tema de la sesión especial convocada para el mediodía y fue consensuada entre todos los bloques, luego de haber fracasado el pasado 5 de octubre la reunión plenaria del cuerpo debido a que Juntos por el Cambio decidió no dar quórum.

El tratamiento del proyecto se concretará en la primera sesión presencial plena del cuerpo que se realiza desde que, en marzo del 2020, se dictó la emergencia sanitaria a raíz de la pandemia del coronavirus y se establecieron restricciones que obligaron a sesionar a través de un sistema mixto, con la mayoría de los legisladores conectada en forma virtual.

Si bien habrá presencialidad plena, se establecieron medidas sanitarias estrictas, como hisopados y la limitación en la cantidad de asesores de los legisladores presentes en el recinto.

De hecho, esas disposiciones obligaron a las autoridades de la Cámara baja a formalizar la convocatoria a la sesión con algo más de una semana de anticipación para cumplir con el protocolo establecido para evitar eventuales contagios.

El proyecto de etiquetado frontal apunta a advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares y, de esa forma, ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.

El dictamen de mayoría prevé la incorporación en el frente de los envases de los productos ultraprocesados una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños. Por otra parte, el proyecto establece la prohibición de emitir publicidad comercial -dirigida a niños, niñas y adolescentes- de mercaderías con sellos de advertencia.

Además, establece que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.

Por otra parte, la iniciativa determina que, ante iguales condiciones, el Estado deberá priorizar la compra de alimentos sin estos sellos de advertencia.  El proyecto es rechazado por algunas empresas de la alimentación y genera resistencias entre legisladores de las provincias del norte, que sostienen que el etiquetado frontal perjudicará a la producción azucarera.

En cambio, la iniciativa es respaldada por organizaciones de la sociedad civil que vienen reclamando la sanción de una ley que promueva una alimentación saludable.

El proyecto prevé la incorporación en el frente de los envases de los productos ultraprocesados una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas.