Un grupo de efectivos protagonizó en  Misiones un tenso intento de tomar la Jefatura de Policía de la provincia, durante la noche de este lunes, antes de ser disuadidos en el último momento.

La situación dramática se desarrolló cuando varios patrulleros, retenidos por agentes ante la protesta salarial, salieron del acampe en caravana, con sirenas y luces encendidas, dirigiéndose hacia el edificio de la Jefatura.

El vocero de los manifestantes, Ramón Amarilla, describió a los agentes involucrados como “eufóricos”. Según testigos y un video difundido por los propios manifestantes, los vehículos pasaron frente a la Casa de Gobierno de Misiones, a unos siete minutos del Comando Radioeléctrico, base de la protesta, y se escuchó una detonación. Mientras los manifestantes afirmaron que se trató de un cohete, fuentes gubernamentales sugirieron que fue un disparo con la intención de intimidar.

Amarilla intervino para convencer al grupo de no intentar un ingreso violento a la Jefatura. Ante la posibilidad de un copamiento, el Gobierno selló las puertas de la Jefatura y aumentó la seguridad, retirando al personal no esencial y reforzando la guardia con la plana mayor de la fuerza.

En declaraciones a La Voz de Misiones, Amarilla insistió: "Nosotros (tanto él como Germán Palavecino, el otro vocero) no avalamos la toma de la Jefatura. Nuestro reclamo es legítimo. Es por el salario". "Movilizarnos a otro lado no sirve", añadió.

"Hablamos con ellos y tratamos de que desistan. Somos todos grandes. Es el 13er día en la calle. No sé cómo el Gobierno no se despierta y trata de destrabar este conflicto", sostuvo, y agregó: "No está dividida la tropa. Solamente hay un grupo de gente que está muy eufórico".

Amarilla criticó la falta de acción del Gobierno para resolver el conflicto, afirmando: "Nos da bronca porque el Gobierno no resuelve esto. El 80% (del problema) está en sus manos. Nos siguen diciendo que no hay plata. Y es mentira. Nosotros bajamos nuestro reclamo. Estamos pidiendo un sueldo de miseria, de pobre".