El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, vaticinó "la derrota de la inflación" en el 2024 si asume la Presidencia tras el balotaje del domingo próximo.

Como parte de las diez definiciones sobre su eventual llegada a la Presidencia, el ministro - candidato estimó que el levantamiento de la restricción para comprar el dólar oficial “va a llevar 12 meses de trabajo”.

“La derrota de la inflación será en el 2024 a partir de recuperar exportaciones, que este año fueron dramáticas por la sequía, que dejó a la Argentina sin moneda. La mejora la vamos a tener el año que viene porque vamos a derrumbar a la inflación a la mitad”, indicó Massa en la noche de este miércoles en una entrevista concedida al canal Todo Noticias (TN).

En ese sentido, anticipó que mantendrá conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para plantear al organismo que se "rediscuta el programa sobre la base del resultado de exportaciones", al tiempo que consideró que "se va a cambiar” con el fin de “salir de este mecanismo inflacionario".

En una segunda definición, al referirse a la restricción para comprar el dólar oficial –popularmente conocida como cepo-, estimó que su levantamiento “va a llevar 12 meses de trabajo”.

Dolarización y eliminación del Banco Central

El jefe del Palacio de Hacienda, luego, cuestionó la propuesta de dolarización y eliminación del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de su rival de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, al sostener que “no tiene nada que ver con la realidad” del país.

“¿Díganme tres países con dolarización? Ecuador, El Salvador y Zimbabwe que, a pesar de eso, tienen el Banco Central. Sólo tres países no tienen Banco Central. El más conocido es Micronesia pero, ¿son todos tontos? Es una guarida fiscal, donde llevan la plata del narcotráfico. Un país sin moneda, para un empresario, es un país sin crédito porque la tasa de interés la definen en otros país”, expresó.

En cuarto lugar, se refirió al perfil de su posible ministro de Economía y dijo cuándo revelaría su identidad.

“La política económica la va a dirigir alguien a quien no voy a exponer hasta después de la elección. Será el lunes o martes. Será alguien que no está en mi fuerza política, con enorme capacidad de gestión y será una de las primeras muestras de que tengo intención de unidad”, expresó.

El candidato oficialista aseguró que un eventual Gobierno suyo representaría el final de la “grieta” política.

“La Argentina del amigo-enemigo se muere el 10 de diciembre (próximo), porque se muere la grieta", vaticinó Massa y argumentó que su "vocación es convocar a todos".

“Yo no tengo enemigos, yo tengo adversarios en política. Mi enemigo es Margaret Thatcher y lo que representa para Argentina. Milei es un adversario electoral", manifestó y se diferenció del postulante de LLA, quien dijo que la fallecida primera ministra británica está entre los "grandes líderes" de la historia.

Con su sexta definición, dijo que su "vida no empieza ni termina en la cuestión política" y adujo que, con su "convocatoria al Gobierno de unidad nacional", plantea "construir alternancia y bipartidismo".

"Por eso estoy planteando que la Oficina de Anticorrupción la maneje la oposición", ejemplificó.

Massa, por otro lado, manifestó que uno de sus principales objetivos en su eventual Presidencia sería “la mejora de ingresos”. Y, en ese sentido, agregó: “Vamos a seguir con la eliminación del Impuesto a las Ganancias, mejorando jubilaciones, van a seguir los bonos y medicamentos gratuitos para jubilados”.

Al consultarle sobre que Milei dijo que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tendría influencia en un posible Gobierno de Massa, dijo: “No me maneja nadie. Creo que no es tiempo de chicanas, nadie piensa que a mí me puede manejar alguien en Argentina”.

“Ni Cristina ni nadie me va a manejar. El contrato que firme será con los ciudadanos y la idea es poner lo mejor de mí, mi vocación de trabajar 18 horas por día. El que va a gobernar el 10 de diciembre soy yo”, enfatizó.

Además, cuestionó la propuesta de LLA de privatizar los medios públicos, al señalar que "garantizan federalismo en la comunicación". Argumentó, por ejemplo, que "lo importante de la TV Pública es que la gente del interior de Argentina se informa accediendo a esos contenidos".