Los movimientos sociales referenciados en el espacio Unidad Piquetera marchan este jueves hacia la Plaza de Mayo en reclamo de una ampliación de la cantidad de beneficiarios y de los montos pagados a través del programa Potenciar Trabajo. Actualmente hay alrededor de 1,3 millones de personas que cobran una asignación equivalente a la mitad del salario mínimo, vital y móvil ($ 22.770 a valores de julio) y ambas cantidades son insuficientes, según los impulsores de la protesta. Además pedirán a la ministra de Economía, Silvina Batakis, que los atienda para dar respuesta el petitorio que entregaron hace unos días.

Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, se convirtió en uno de los referentes más visibles de ese espacio. “Hay que universalizar el Potenciar y defender la organización popular en los barrios”, dijo este dirigente social, que se autodenomina “ferroviario de corazón” y que también pasó por empresas del rubro metalúrgico y plástico. De todas, dice, fue despedido por defender a sus compañeros y ahora asegura que hace changas como electricista.

 

En los últimos meses, Unidad Piquetera (en el que conviven el Polo Obrero, el Movimiento Teresa Rodríguez, el MST y el Movimiento Territorial Rebelde, entre otras agrupaciones) radicalizó su posición y tomó un camino diferente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que lidera Juan Grabois y que reúne a integrantes de cooperativas, unidades productivas y otros emprendimientos de la llamada economía popular. Estos últimos se encolumnaron detrás de otro reclamo: el salario básico universal para todos los trabajadores informales (se estima que son 7,5 millones de personas), equivalente a una canasta básica alimentaria, valuada hoy por el Indec en $ 14.401.

Las similitudes y diferencias quedaron en evidencia en la asamblea realizada este miércoles en el hall de la estación Constitución, en la que la corriente de Grabois, junto con las dos CTA, plantearon una jornada de movilización y cortes de calles para el miércoles 20. Belliboni asistió en lo que podría calificarse como una visita de cortesía, aunque no se sumó a la propuesta. “Tengo grandes diferencias con Juan (Grabois). Pero hay que unir a los trabajadores para luchar contra el ajuste. Acordamos en la necesidad de luchar por el salario y contra el hambre. No coincidimos en el salario básico universal”, dijo el dirigente del Polo Obrero.

Potenciar Trabajo: qué piensa hacer el Gobierno

Detrás de esas disidencias hay también un cálculo de cercanías y lejanías en la relación con el Gobierno nacional, decidido a limitar el Potenciar y a buscar maneras de que sus beneficiarios cumplan con la “contraprestación con su participación en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad educativa” que exige el programa.

Eduardo Belliboni, uno de los referentes del reclamo piquetero.

Ese contralor hasta ahora estaba en manos de los propios movimientos sociales. Sin embargo, este miércoles el Ministerio de Desarrollo Social resolvió crear unidades de evaluación para "verificar actividades y el cumplimiento de las corresponsabilidades" establecidas, con lo que recuperó esa competencia y dejó el mensaje de que muchos de los planes hoy vigentes pueden ser dados de baja.

El cambio de orientación quedó reflejado en las últimas apariciones públicas de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Así como en su discurso por el Día de la Bandera, en Avellaneda, había pedido “terminar con la tercerización de planes sociales”, días después se manifestó en favor de discutir un salario básico universal. Esto deja más cerca del calor oficial a Grabois, aunque sin garantizar que se acceda a su pedido (básicamente por su costo fiscal) y aleja las chances de que los reclamos de Unidad Piquetera sean satisfechos.