Hay tanto ruido entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri como entre el albertismo y kirchnerismo en el Frente de Todos. Con mayor reparo y lejos de la arena pública, el PRO mide por estos días cuáles son las chances reales de los dirigentes con intenciones presidenciales. Al jefe de gobierno porteño se le suman a la carrera la presidenta del partido, Patricia Bullrich, y la ex gobernadora y diputada, María Eugenia Vidal. Todos chocan con el mismo obstáculo de hormigón: el fundador de la bandera amarilla y ex presidente de la Nación ya aclaró que quiere "un segundo tiempo" en 2023.

De ahí que en la antesala de la antesala a la campaña electoral del año próximo, los ciudadanos antenderán a varios ensayos de la oposición que luego serán medidos en costosas encuestas. Por estos días, toca el acercamiento de una relación que parecía, al menos a la vista de todos, distanciada. Rodríguez Larreta y Macri encaran una agenda conjunta que arrancó la semana pasada y que hoy los encontró en una reunión de gabinete del gobierno porteño para sorpresa de varios funcionarios. 

Ocurre que tras la derrota del 2019 que frustró la reelección de Macri, la coalición Cambiemos supo ordenarse rápidamente. Se convirtió en Juntos por el Cambio (integrada por los mismos partidos: PRO, UCR, Coalición Cívica) y la dirigencia de peso, que varias veces amagó con romper con el máximo líder por su alta imagen negativa, terminó encolumnada detrás de la consigna de "unidad" como única opción para darle pelea el peronismo unido.

En el medio, como supo decir Macri, "pasaron cosas". Cada dirigente sabe porqué tomó la decisión de quedarse en Juntos por el Cambio y no romper, aunque los rumores de cierto temor a duras represalias políticas por parte del ex presidente no cesan. Se impone, además, la idea de que sólo podrán hacerle frente al peronismo si se mantienen juntos. La mayor rebeldía ante Macri viene de los que piden una PASO en Juntos por el Cambio.

Con esta consigna se sumaron a la carrera varios referentes del radicalismo como el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Apuntado (en este caso sí publicamente) por los "halcones" de Macri por haber aceptado la responsabilidad de Cambiemos en el endeudamiento en dólares con el FMI por 45 mil millones y, también y principalmente, porque el jujeño no oculta su intención de competir en esas primarias. 

Mientras tanto Rodríguez Larreta, jefe de gabinete de Macri cuando era jefe de gobierno porteño y atravesando su segundo mandato tras ser reelecto en 2019 en la ciudad, avanza a paso lento pero firme para llegar a un acuerdo que, idealmente, permita su candidatura por el PRO con apoyo del ex presidente. Es decir, evitar que Macri vaya por su "segundo tiempo".

Todas las señales del fundador del PRO indican lo contrario y en ese marco parece haber una convocatoria al acercamiento que no importa de quien venga sino que se sostenga. La decisión alivia las señales de una interna feroz entre ambos y, a su vez, lleva calma a las tropas propias.

La semana pasada se mostraron juntos en una escuela de Nueva Pompeya y hoy en una reunión del gabinete porteño en la sede de gobierno. Hacía mucho que Macri no iba por ahí y, según trascendió, concurrió por invitación del jefe de Gobierno. Se agrega que entre esta noche y mañana temprano viajarán juntos a Bariloche para participar del Foro Llao Llao que convoca a los empresarios más importantes del país, los conocidos como "el círculo rojo".

La presencia de ambos en Bariloche no será menor. Allí podrán escuchar el análisis y las preferencias de los empresarios de cara al futuro. Falta mucho pero no tanto para la largada oficial de la campaña electoral y el que no corre, vuela.

Por F.G.