La grave situación económica es palpable con sólo caminar un poco la calle. El dinero no alcanza. No sólo ocurre en los sectores vulnerables. Los precios no paran de subir y las dificultades económicas perturban a casi a todos: los de menos recursos, preocupados por llevar el alimento a la mesa; y los de mayores ingresos, que no saben bien cómo preservar sus ahorros.

La inflación fue de 12,7% en septiembre, según informó la semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Fue el registro mensual más alto desde febrero de 1991. La medición interanual fue de 138,3%.

Y se da una relación directa entre la escalada de precios y la caída de ventas de productos de consumo masivo. Así lo demostró un relevamiento de la consultora Focus Market al que accedió crónica.com.ar.

Las compras retrocedieron en septiembre pasado 14,9%, variación que se profundizó hasta una caída de 23,2% en lo que va de octubre; siempre en comparación con el mismo período del 2022. El acumulado del 2023, en tanto, arrojó una contracción del 7,3%, con similar tendencia tanto en el interior del país como en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los datos surgieron tras procesar 3,5 millones de tickets al mes.

La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), por su parte, advirtió que la actividad de su sector se encuentra “virtualmente paralizada”.

La entidad lo atribuyó a “la corrida cambiaria de la última semana" y el "consecuente impacto en precios", además de la "imprevisibilidad de las reacciones de los mercados el lunes próximo”, en alusión al día posterior a las elecciones presidenciales del domingo. "Sumieron a la actividad pyme en un paréntesis en la mayoría de los rubros", completó.

No hay precios de referencia, no hay valores de reposición de mercadería y no hay acceso a insumos importados, lo que obliga a reducir las ventas a su mínima expresión”, enfatizó en un comunicado el presidente de FECOBA, Fabián Castillo.

En eso coincidió el secretario de la Asociación Centro Comercial de Once (ACCO) y de la Cámara de Comerciantes Mayoristas e Industriales (CADMIRA), Eduardo Sirotsky. "La situación es de incertidumbre. Por un lado, los fabricantes e importadores están abiertos sólo para pasar listas con aumentos, ya que tienen las ventas literalmente vedadas; ya ni de contado venden. Y, por otro, los minoristas intentan surtirse de mercadería con los locales que les permiten comprar para sacarse los pesos de encima", aseguró a este medio.

En ese sentido, agregó: "El mayorista, en tanto, queda atrapado entre esas dos realidades, no queriendo fallarle a su cliente minorista y preocupado por no descapitalizarse ya que, lo que venda hoy, probablemente la semana que viene tenga que reponerlo perdiendo plata".

Gonzalo Micha, por su parte, está al frente de un comercio de la avenida Avellaneda, en el barrio porteño de Flores. "Cayó la venta, más o menos, un 10% en lo que va de octubre. No más que eso, acá, porque la gente viene especialmente a comprar a esta zona", explicó a este medio al referirse a los buenos precios de los productos en ese lugar.

No obstante, dijo que "hay muchos colegas que no están vendiendo, debido a que no se sabe qué va a pasar la semana próxima", para argumentar luego que "hay mucho temor a un aumento fuerte del precio del dólar oficial después de las elecciones (de este domingo)".

Comercios de la avenida Avellaneda, en el barrio porteño de Flores (Google Street View).

El fenómeno del stockeo y la advertencia sobre faltantes de mercadería

Mientras la mayoría casi no puede comprar debido a las dificultades económicas, otros lo hacen más de lo que necesitan, lo que da lugar a un fenómeno de stockeo de alimentos no perecederos y productos de limpieza, entre otros artículos.

"Parte de la gente se está abasteciendo; o sea, está llenando la alacena. Nos llama la atención que, a esta altura del mes, haya una venta importante", manifestó a crónica.com.ar el presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore.

Además, el máximo responsable de la FABA advirtió sobre irregularidades en el suministro de productos. "Nosotros tenemos un problema cuando vamos a los mayoristas, donde nos proveemos del 80% de la mercadería: es muy importante la cantidad de faltantes", alertó.

Savore especificó: "Arroz, prácticamente, no hay nada. Galletitas hay muy pocas. Los fideos subieron más de un 50% en el precio. Es un momento incierto para nosotros, porque vender sin poder reponer mercadería es como no tener norte de precios".

Por J.B.D.