Javier Milei estrenó aliados con fisuras y veto contra los jubilados: se aferra al superávit fiscal y a su "triángulo de hierro"
El Presidente experimentó por primera vez qué pasaría en el Congreso si sus principales socios le juegan en contra. La presión de Mauricio Macri se sumó a una oposición que se movió en tándem y lo dejó expuesto a plantarse contra una suba para los haberes que todavía puede dañar su autoridad. Ante el desafío, bancó a su “entorno”.
El cambio inmediato que generaría la aplicación de la ley que sancionó el Senado para el haber jubilatorio no supera los $20 mil. La cifra roza la burla a los bolsillos en pleno ajuste y recesión pero aprieta políticamente al presidente, Javier Milei, que esta semana vio moverse en tándem –con matices- al peronismo kirchnerista, al no kirchnerista, al radicalismo, a los “lilitos”, entre otros, para defenderla en el Congreso y, peor aún, estrenó aliados con fisuras a partir de la presión de Mauricio Macri ( PRO). No se achicó y salió al cruce de “la casta” pero no logró evitar el costo político del veto para defender “el superávit fiscal”.
Las derrotas parlamentarias para La Libertad Avanza que acompañaron a la de la reforma de fórmula jubilatoria pusieron en evidencia que las elecciones legislativas del 2025 quedan a años luz si, por lo menos, el PRO no actúa como “aliado sin fisuras” –tal cual ocurrió con la Ley Bases y el paquete fiscal- y habilita debates que el gobierno no quiere dar y vota en su contra.
Mientras las digiere, Milei redobló la apuesta contra los “degenerados fiscales” y anunció que vetará por completo la iniciativa que mejora las posibilidades de los jubilados. Y si el Congreso insiste con dos tercios en cada Cámara y “veta” el veto y obliga a promulgarla desafiando su autoridad, “no importa, será peor para ellos”, advirtieron fuentes de Casa Rosada en diálogo con Crónica.
Allí aseguran que hay planes para combatir el escenario que habilitó el fundador y presidente del PRO, a pesar de la cita con Milei del miércoles en la Quinta de Olivos. Macri no sólo volvió a cuestionar en esa oportunidad la silla que ocupa el asesor, Santiago Caputo, en la mesa chica del libertario sino que dio muestras de su poder de daño, pero la respuesta no tardó en llegar.
“Junto a mi hermana Karina Milei –secretaria general de la Presidencia-, Santiago es el triángulo de hierro. Son máquinas de trabajar y mientras que ellos sigan mostrando un desempeño extraordinario, no hay chances de que se los cuestione”, aclaró dos días después Milei en Radio Rivadavia.
Además de ratificar su rol, aprovechó para elogiarlo y criticar duramente a quienes pretenden que se desprenda de su brazo ejecutor en múltiples asuntos de la gestión (esta semana estuvo de viaje): “Les molesta que (Santiago) Caputo tiene un coeficiente intelectual varias veces por encima de la media. Él juega la mancha con los aviones respecto a los precámbricos que andan dando vuelta por la política”.
Así, tras ocho meses de gobierno y con un complejo contexto económico, el líder de La Libertad Avanza que venía de unos días de bajo perfil a raíz de la acusación de violencia de género y los escándalos que rodean al expresidente peronista, Alberto Fernández, parece haber vuelto al punto de partida que lo llevó a la Casa Rosada al anunciar el veto y cruzar, tanto él como su primer anillo de funcionarios y asesores, fuertemente a “la casta” sin distinción partidaria.
Revuelo y fragmentación
La fragmentación que generó la figura de Milei en una oposición que se concentró en los últimos años en dos polos mayoritarios (Unión por la Patria ex Frente de Todos y Juntos por el Cambio ex Cambiemos), volvió a manifestarse con claridad esta semana en el revuelo entre partidos e intrapartidos que rodeó al debate por las jubilaciones. Sin embargo, alcanzó para la aprobación de la reforma de la fórmula jubilatoria.
Entre el presupuesto universitario, la actualización de las jubilaciones, los fondos reservados de la SIDE y otros debates parlamentarios, Macri jugó a fondo para lastimar a Milei, a punto tal que sacrificó exponerse a que los libertarios lo acusen en redes sociales de “votar con el kirchnerismo” para llamar la atención del Presidente.
Con esa actitud, quien supo liderar la coalición de gobierno entre 2015 y 2019, fue cruzado por la ministra de Seguridad de la Nación y excandidata presidencial –a quien apoyó en la carrera 2023-, Patricia Bullrich. Lo acusó abiertamente de “usar a los senadores como carne de cañón” y de “atentar contra el plan económico”.
Mientras entre Macri y Bullrich definen qué es “el cambio” o quién lo representa, en las legislativas del año próximo se revelará si las filas amarillas juegan dentro de un mismo frente con La Libertad Avanza –como pretende Bullrich- o si lo hacen por afuera pero amigablemente –como sugiere Macri al tiempo que timonea y cierra la semana respaldando el veto de Milei-.
Falta mucho para eso. Sin su principal aliado parlamentario, Milei asistió también al nuevo rol distante del dialoguismo que salió a marcarle la cancha en el Congreso y votó igual o parecido que el peronismo sin atender a la “grieta”.
Por Hacemos Coalición Federal, el jefe de bloque, Miguel Ángel Picheto, abrió desde el centro y contestó a la militancia de Milei que trajo a colación el veto de la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en 2010: “El 82% móvil destruía un sistema de jubilaciones que venía en ascenso. No era racional. Los jubilados han perdido fuertemente con Alberto Fernández y con el ajuste que lleva adelante este gobierno. Si vetan, más temprano que tarde la realidad los encuentra. Deberán atender el reclamo”.
Sobre ese “ascenso” que marcó el peronista excandidato a vicepresidente en la fórmula con Macri en 2019, la senadora de Unión por la Patria, Juliana di Tullio, aportó por su parte: “En el gobierno de Cristina el haber jubilatorio era de 470 dólares, hoy son 270 dólares, 200 dólares menos con bono incluido”.
En paralelo, la exdiputada y líder de la Coalición Cívica (integrante de Juntos por el Cambio) apuntó tanto a Macri como a Milei: “Adivina adivinador quién es más cruel con los viejos y los niños, Javier o Mauricio. No sé pero del cielo esto no viene”.
Por el radicalismo, el presidente del partido a nivel nacional, el senador Martín Lousteau –quedó esta semana, previo acuerdo parlamentario con el peronismo, como presidente de la Bicameral de Inteligencia y a cargo del control de los fondos de la SIDE-, apuntó a lo dicho por Milei sobre el ajuste impartido: “El Presidente dijo que se le fue la mano con el ajuste, pero cuándo se le va la mano hay gente que no puede vivir, hay millones de personas que la están pasando peor de lo que lo deberían pasar, entonces lo que estamos haciendo acá es un acto de justicia mínima”.
Desde el peronismo kircherista, el gobernador Axel Kicillof, hizo foco también en el ajuste al cuestionar el veto de Milei. Con ese fin citó en sus redes sociales un artículo de Bae Negocios que lleva la firma de Luis Autalán titulado “A partir de octubre, el gobierno pondrá un techo del 2% a las paritarias”.
Kicillof escribió: “Liberan el precio de los alimentos, de los remedios, del combustible, aplican tarifazo y boletazo… pero los liberales libertarios controlan, regulan y reprimen los aumentos salariales y quieren vetar el aumento a jubilados. Enriquecen a los acreedores, funden a las provincias. Cien millones de dólares para espionaje, cero para vacunas de dengue. Hablemos con propiedad: no es teoría económica, es la defensa de los intereses concentrados y los poderosos. No es ajuste, es transferencia de los sectores medios, trabajadores y vulnerables a unos pocos bolsillos de millonarios y corporaciones”.
Otro economista del peronismo también exministro del área durante los tres primeros años de gobierno de Alberto Fernández, Martín Guzmán, marcó: “Durante el gobierno de Milei, el gasto en jubilaciones y pensiones cayó 30,84% en términos reales. Los jubilados pagaron el 29% del ajuste del gasto primario”.
Guzmán subrayó, igualmente, una cuestión con la que lidió en su paso por la gestión: “No podemos tener una economía estable si desde el Congreso se le pueden imponer obligaciones fiscales al Ejecutivo sin tomar responsabilidad por su financiamiento”.
Es una conclusión que fuentes que caminan actualmente la Casa Rosada coincidieron en resaltar varias veces en diálogo con este medio al ser consultadas por la iniciativa que mejora las jubilaciones. “No puede ser que el Congreso pueda votar esto sin decir de dónde sale la plata”, se quejaron.