Casi en paralelo con el llamado del presidente Javier Milei al Pacto del 25 de Mayo en Córdoba, en todo el país se concretó la suba de naftas. La coincidencia es reflejo del marco en el que el gobierno buscará 10 puntos de consenso con toda la oposición mientras se ajustan los bolsillos. Lo sabe y apuesta a que antes de la fecha fijada, los gobernadores apoyarán la Ley Bases y un nuevo orden fiscal. La propuesta no varía mucho de la original pero suma la “sorpresa” sobre las formas: Cristina Kirchner ya había hablado de “acuerdos básicos con cualquiera” por encima de la “grieta” para salir de la encrucijada de deuda e inflación.

Milei tiene 83 días por delante para lograr el pacto del 25 de Mayo al que “toda la política está convocada. No nos importa quienes sean, de donde vengan, ni qué ideas hayan defendido”, afirmó. Una alta fuente de la Casa Rosada puntualizó ante Grupo Cronica que este llamado a “ordenar las cuentas, incluye al peronismo kirchnerista”.

Fue la “sorpresa” del final del discurso de Apertura de Sesiones Ordinarias que habían adelantado desde el mismo lugar a este medio a lo largo de la semana, aunque el contenido permaneció bajo tres llaves que sólo tienen el Presidente y los dos integrantes de su mesa chica: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo.

Los armadores de la propuesta de “firmar de un nuevo pacto fundacional” tienen claro que coincidirá con los meses “más duros” de la recesión y la consecuente caída del poder adquisitivo para los que el Presidente pidió este viernes “paciencia y confianza”. 

En la oposición no hay problemas con la idea de un pacto con la excepción de la izquierda. Consultada la excandidata presidencial de ese espacio, Myriam Bregman, sobre esta opción, aseguró: “piden paciencia para seguir ajustando a la gente”

El PRO aplaudió la iniciativa, el dialoguismo (peronismo no kirchnerista, radicalismo, la Coalición Cívica y algunos del socialismo) la celebró con reparos y el peronismo - kirchnerismo no enfocó sus críticas en el contenido pues tenía el antecedente de un pedido similar de Cristina que el candidato presidencial, Sergio Massa, derrotado por Milei repitió ante sus más cercanos durante la campaña. 

El problema no es la idea de un acuerdo nacional sino qué se acuerda. Por eso ya lo rechazan o dudan pero, principalmente, según resaltaron desde todas las terminales -con excepción del PRO- ante este medio durante la cobertura de la noche del viernes en el Congreso se detienen en una cuestión insoslayable: el impacto de lo peor del ajuste se sentirá mientras avanzan las negociaciones para las que ahora, tras la caída de la Ley Bases u Ómnibus en Diputados y con el DNU 70/2023 a punto de ser embestido en el Senado, Milei está dispuesto a habilitar un nuevo round.

La primera cita para la contienda es de por sí ambiciosa. El presidente quiere que todos los gobernadores vuelvan a la Casa Rosada la semana próxima. A los aliados, a los “traidores” y a los que están en la vereda de enfrente desde el comienzo de su gobierno les formuló el último viernes su idea de “firmar un preacuerdo y sancionar tanto la Ley Bases como un paquete de alivio fiscal para las provincias”.

Primero, “buena voluntad”

“Como muestra de buena voluntad”, antes del 25 de mayo los jefes provincias y el del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires deberán entonces promover entre sus terminales en el Congreso la aprobación de la Ley Ómnibus, aceptar un paquete fiscal a medida de la “motosierra” de Nación y, desde ya, frenar los intentos de voltear el DNU.

En el entorno de Milei creen que puede lograrse porque “se están dando cuenta de que están fundidos”. Es que la revisión de la estrategia del Poder Ejecutivo ocurre luego de haber retirado la megaley de la votación en la Cámara de Diputados en febrero por no contar con los votos del sector “dialoguista” que responde a los gobernadores cuya premisa era tener garantías sobre los recursos fiscales para, luego, dar luz verde. 

Eso no ocurrió y Milei, a través de su ministro de Economía, Luis Caputo, actuó sobre el recorte de fondos discrecionales y de la coparticipación en la arena de los considerados “traidores”. Tras la resistencia que comenzó por los gobernadores patagónicos, hubo señales desde la Rosada de no intentar escalar el conflicto. Más allá de lo dicho públicamente por voces del gobierno, el problema se atenuó cuando Nación envió los fondos reclamados judicialmente por Chubut.


Festejos y reparos

Las primeras reacciones en la oposición indican alguna chance de que, a diferencia de lo que le ocurrió a Cristina Kirchner pocos años atrás, estarían dispuestos a atender al llamado a un “acuerdo fundacional”. A Milei podría pasarle, igualmente, algo similar que a la expresidenta: no hay quorum para fijar premisas que contenten a todos tanto como no lo hay para construir capital político por encima de ideas antagónicas expresadas en las elecciones desde el 2001 en adelante.

La bancada de la Libertad Avanza celebró el mensaje presidencial, el PRO lo respaldó pero las voces se diversifican entre el resto al repasar los 10 puntos.

Hay ejemplos como el punto 1 sobre la inviolabilidad de la propiedad privada que ya figuran en la Constitución Nacional. Los otros nueve de Milei: equilibrio fiscal innegociable; reducción del gasto público a términos del 25% del PBI; una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva simplifique la vida y promueva el comercio; rediscutir la coparticipación federal de impuestos y terminar con el modelo extorsivo actual; un compromiso en las provincias de avanzar con la explotación de los recursos del país; reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema respete a quienes aportaron y permita el sistema privado de jubilación para quienes quieran; la apertura del comercio internacional para que argentina vuelva a ser un protagonista del mercado global; y una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear el interés de los representantes y los representados.

El último punto de reforma política no convenció nada a fuentes del radicalismo que revelaron sus primeras críticas el mismo viernes. Una fuente de primer nivel en la negociación del ala conversadora con el oficialismo agregó: “un pacto con condiciones no es un llamado al diálogo”.

Desde Unión por la Patria resumieron también ante este medio que así como está planteado se trata de “una extorsión”. Y subrayaron que “ninguno de los 10 puntos resuelve los problemas de endeudamiento y encima nos propone volver atrás con el sistema de jubilaciones privado". Deuda y economía bimonetaria son los principales problemas sobre los que Cristina planteaba un acuerdo.

Milei tiene su propio diagnóstico y se siente respaldado por la mayoría de la población. Por eso, en la Casa de Gobierno deslizan sin tapujos que en pocos meses se viene el levantamiento del cepo cambiario y que la acumulación de reservas en el Banco Central a costa de la reducción del gasto y de los recursos para las provincias tienen un solo fin: “la convergencia de monedas” -habilitar transacciones en dólares y mantener al peso como monedas corriente-.

Llamativamente y antes del discurso de Milei en el Congreso, los dólares financieros se movieron dejando atrás la calma de las últimas semanas. Por rumores entre operadores de financieras y bancos o por algún dato concreto, el dólar futuro (Rofex) creció hasta 6% para los contratos a corto plazo en marzo. El dólar ilegal o blue aumentó 2% y cortó la racha de caída. El contado con liquidación aumentó casi 4% y el MEP un 2%.

"Cuando se mueve así fuerte es porque hubo distintos rumores que van desde liberar el cepo hasta una dolarización, o sea, sobre anuncios que pudiera Milei", explicó a este medio el analista financiero, Christian Buteler.

Y agregó que la crecida del dólar futuro "genera ansiedad porque con un crowding peg -microdevaluación controlada por el Banco Central. no tendría que tener una fuerte volatilidad. Tendría que tener un movimiento normal, teniendo en cuenta que el crowding peg es del 2%".

Resta esperar al próximo lunes para ver cómo continúan los movimientos cambiarios. Marzo y abril son dos meses claves por la liquidación de la cosecha. Al mismo tiempo, en los hogares se sentirán los tarifazos sobre los servicios energéticos y del transporte junto a todo el resto de los aumentos que se sostienen sobre el consumo básico. 

El Presidente, en tanto, está conforme con cómo viene desacelerando la inflación respecto al último mes de diciembre, post devaluaciòn de 118%. Habrá que ver si en ese marco será posible un pacto o si aquellos que representan ideas antagónicas sorprenden al Presidente con su propio acuerdo. La sociedad, por su parte, tiene sus propios tiempos y su propio pacto para vivir.

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