Durante la semana previa a las elecciones legislativas de ayer, el Gobierno nacional repartió su atención en los cierres de campaña y ciertas turbulencias generadas por sucesivos aumentos del dólar en su versión "blue", y en los mercados vnculados con los bonos (Contado con Liquidación y MEP), que se explican en las típicas presiones alcistas de sectores con poder económico.

También trascendió en distintos círculos y espacios periodísticos la idea de recurir a una Asamblea Legislativa, como aquella de 2001 tras la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, por si Alberto Fernández consideraba dejar el Gobierno nacional ante una eventual derrota electoral que fuese más amplia que la registrada en las PASO de septiembre.

En esa misma línea puede agregarse la frase del ex presidente Mauricio Macri, ayer por la mañana, después de votar, cuando dijo que Juntos por el Cambio (JxC) iba a "ayudar a que la transición sea lo más ordenada posible". Cabe preguntarle transición a qué, si ayer no se elegía nuevo presidente, aunque resulta obvio interpretarlo como otro intento de socavar la estabilidad de la gestión de Fernández.

Lo cierto es que, con los resultados ya puestos, el oficialismo pudo recortar diferencias especialmente en la provincia de Buenos Aires, y en otras como San Luis y La Pampa, donde se estuvo cerca de igualar a las listas que responden a JxC, y en casos como Chaco y Tierra del Fuego sí pudo revertirse el resultado. Además, en distritos en los que se había ganado en las PASO se consiguió ampliar la ventaja.

Si bien el Frente de Todos (FdT) se quedó sin el quórum propio en el Senado de la Nación -por cierto la pérdida más importante de esta cita con las urnas- el repunte electoral despejó cualquier posibilidad de que JxC plantee seriamente quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados, como había anticipado la ahora diputada electa María Eugenia Vidal, quien por cierto anoche ya no hizo referencia al tema.

De todos modos, tanto para el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, como para la vicepresidenta  de la Nación Cristina Fernández de Kirchner en su rol de titular del Senado, habrá una intensa tarea en búsqueda de generar los consensos suficientes como para que la tarea legislativa pueda ser llevada adelante.

Diversas reacciones ante los números

Las caras de alivio que se vieron en el búnker oficialista pese a la derrotas en provincia de Buenos Aires y CABA daban a entender que se había alcanzado el objetivo principal, que era un resultado que al menos frenara el ímpetu opositor.

Por el contrario, en los comandos de campaña de Juntos por el Cambio, la mesura en la celebración fue la confirmación de que el panorama tan positivo que  les presentaron las PASO habia menguado.

Por el lado de otras fuerzas, el Frente de Izquierda de los Trabajadores celebró haberse constituido en la tercera fuerza nacional por cantidad de votos, además de haber retenido las dos bancas bonaerense y sumado una en CABA y otra en Jujuy.

Tembién hubo mucho fervor en los bunkers de las fuerzas libertarias. Los tres diputados que ingresan por la lista de José Luis Espert y dos por la de Javier Milei son la expresión de una visión muy crítica de parte de la sociedad hacia el sistema político. Habrá que ver si en su incursión parlamentaria estos cinco legisladores funcionan como un interbloque totalmente independiente o si se convierte en un aliado frecuente las posiciones de JxC.

Los partidos provinciales Juntos por Río Negro y Movimiento Popular Neuquino, que gobiernan sus respectivos distritos, ratificaron con sendos triunfos anoche su hegemonía actual.

Lo que viene para el Gobierno nacional

Esta mañana, la diputada electa Victoria Tolosa Paz, dijo que "los dirigentes de la oposición esperaban tener un desempeño electoral arrasador, y no lo consiguieron; lo que sí va a ser arrasador es el empuje que ahora tendrá el Gobierno en su gestión de estos dos años por delante".

Más allá de la buena sensación tras los comicios, la situación del país es lo suficientemente complicada, en especial a nivel social, como para concentrarse de acá en adelante en consolidar la recuperación económica post pandemia, tratando de que esa mayor actividad se traduzca en cientos de miles de empleos formales y de calidad, y de que haya una redistribución de los ingresos que permita a millones de argentinos ir saliendo de la pobreza y de la indigencia.

La convocatoria a un diálogo con la oposición para un acuerdo por el pago diferido de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es gesto importante que busca despejar uno de los principales condicionantes no solo para la gestión del Gobierno sino tambiém para el desarrollo del país.

Asimismo, la salida de la pandemia de Covid-19 ofrece una oportunidad inmejorable para que los secores económicos que ya están en los niveles de actividad de 2019 -o incluso de antes- consoliden ese rumbo, y que los que vienen rezagados, en especial el turismo con la hotelería y la gastronomía, puedan repuntar definitivamente con una temporada de verano que promete ser espectacular.

Seguramente habrá polémicas con diversos sectores de la sociedad y limitaciones derivadas de las relaciones politicas y económicas con los países más desarrollados, pero de eso se trata gobernar, al fin de cuentas.