Por Juan Bernardo Domínguez
@juanbjd

La recesión y el ajuste aplicado por el Gobierno nacional impactaron en el mercado laboral, lo que quedó reflejado en datos oficiales. La desocupación creció hasta 7,7% en el primer trimestre del año y así el indicador social desmejoró desde el 5,7% con el que había cerrado el 2023.

Los porcentajes fueron difundidos este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC).

Según los datos oficiales, hay 1.740.000 personas desocupadas, lo que implica que 460.000 quedaron desempleadas sólo en el primer trimestre de este año.

Se trata del nivel de desocupación más alto desde el segundo trimestre de 2021, cuando la economía aún salía de los efectos de la cuarentena estricta y las restricciones a la actividad por la pandemia de Covid-19.

En el 1° trimestre de 2024, las tasas de actividad y empleo en 31 aglomerados urbanos se ubicaron en 48% y 44,3%, respectivamente. Y la tasa de desocupación, que se calcula sobre la población económicamente activa, fue del 7,7%”, puntualizó el INDEC.

El organismo, además, informó que el segmento más afectado por el desempleo fue el de las mujeres de entre 14 y 29 años, con un 17,3%, un incremento de casi cuatro puntos porcentuales respecto al cierre de 2023.

Con respecto a los varones, el INDEC precisó que, para el mismo rango etario, la desocupación fue en el primer trimestre del 2024 de 14,1%, lo que representó 3,6 puntos porcentuales de empeoramiento en tres meses.

Una ingeniera agrónoma que quedó en la calle por el ajuste del Gobierno: "Trabajé 15 años y no me mandaron ni un mail"

Eliana Negrete tiene 48 años y es ingeniera agrónoma. Trabajaba en el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI). Su labor estaba enfocada en el cinturón hortícola de La Plata, que provee verduras a diferentes provincias.

Trabajé 15 años y no me mandaron ni un mail de aviso de que me echaban", dijo Negrete este martes en diálogo con crónica.com.ar. La profesional recordó que, a principios de este año, el Gobierno nacional disolvió el INAFCI y lo redujo a una Dirección dependiente de la Secretaría de Bioeconomía y, en última instancia, del Ministerio de Economía.

Nos echaron a 900 trabajadores de distintos puntos del país. Algunos con 30 años de antigüedad laboral. Quedaron sólo 100. Se escudan diciendo que nos desvincularon, que no nos renovaron los contratos, pero en los hechos teníamos una relación de dependencia”, dijo la ingeniera agrónoma.

La profesional protestó al sostener que, desde el Gobierno nacional, los llaman despectivamente “ñoquis, como popularmente se denomina a quienes cobran sin cumplir una tarea.

Trabajábamos en el campo con los productores. Hay compañeros que, incluso, se quedaban a dormir en las comunidades”, replicó.

La mujer contó que, ahora, está con una tarea como docente, pero lamenta la pérdida de su empleo porque ejercía un rol relacionado con sus estudios universitarios. “Lo hago con gusto, pero no es lo mismo. Es injusto lo que pasó con nosotros”, finalizó.

Un oficial operador despedido de una central eléctrica: “Tengo una total incertidumbre por la situación que atraviesa el país”

Industrias Juan F. Secco SA, más conocida como Secco, es una empresa privada dedicada a la generación de energía con presión de gases y al movimiento de todo tipo de materiales con grúas. Opera en distintos puntos del país y en naciones limítrofes.

En CEAMSE, en el partido bonaerense de Ensenada, paralizó su actividad a principios de mayo último y despidió a siete operarios.

En ese punto, generaba energía y el combustible que utilizaba con ese fin era el biogás de relleno sanitario.

Gustavo Quiñones, de 34 años, trabajaba en ese lugar como oficial operador. “Desde el 3 de mayo, estamos despedidos. Nos mandaron el telegrama de despido sin previo aviso. Al compañero que estaba en el turno, lo sacó el supervisor general junto al personal de seguridad privada”, contó Quiñones, quien es técnico electromecánico.

En diálogo con crónica.com.ar, agregó: “Yo hacía el control y la gestión de las instalaciones eléctricas y de los motogeneradores. Trabajé diez años en la empresa y ahora tengo una total incertidumbre por la situación que atraviesa el país. El despido fue un duro golpe”.

Estamos reclamando que se nos reincorpore a la empresa, porque tiene centrales eléctricas en otros lugares. La compañía argumenta que la central de Ensenada no estaba dentro de sus ganancias”, detalló.

Por último, insistió con que, con el acompañamiento de Martín Rodríguez, secretario Gremial de ATEM-FETERA, los trabajadores despedidos están “luchando por la reincorporación”.