El canciller Santiago Cafiero aseguró que la Argentina cerrará la reestructuración de su deuda con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) cuando el Gobierno tenga "un buen acuerdo".

"Cuando tengamos un buen acuerdo vamos a cerrar con el FMI", dijo Cafiero en rueda de prensa con los medios argentinos enviados a Roma.

En ese sentido, destacó que "la intención del discurso del Presidente fue contar las perspectivas de recuperación pospandemia", en donde la Argentina "transita una situación particular con la deuda".



El canciller consideró que "se pone en tela juicio la arquitectura financiera global como para ser parte de una agenda de recuperación, así como está", y refirió que "los desafíos son esos, como región".

Asimismo, expresó que Fernández " llegó ahí para alzar la voz, pero no como anticapitalismo sino como un capitalismo de producción y trabajo" y consideró que " el capitalismo esta hoy por la especulación financiera".



El canciller contó que el documento final del G20 que se dará a conocer mañana "está prácticamente cerrado", aunque aclaró que "la cumbre no ha cerrado y puede estar sujeto a cambios".

La reunión de Alberto Fernández con la titular del FMI, Kristalina Georgieva

Alberto Fernández y Kristalina Georgieva se reunieron durante más de una hora en la embajada argentina en Roma, en el marco de la realización de la cumbre del G-20. Por parte de nuestro país participaron también el ministro de Economía, Martín Guzmán; y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. En tanto, por el FMI lo hicieron también Julie Kozack, Geoffrey Okamoto y Dominique Desrruelle.

El objetivo del gobierno nacional es avanzar en la definición de un acuerdo que permita extender plazos para evitar pagar US$ 19.000 millones en 2022, y otros US$ 18.000 millones en 2023 y cerca de US$ 5.000 millones en 2024, según el programa del gobierno anterior.

Se trata del segundo encuentro en seis meses entre Fernández y Georgieva, y es de fundamental importancia para el objetivo de conseguir una reducción de la sobretasa que paga el país, por haber recibido un préstamo que superó el porcentaje de participación que tiene la Argentina en el Fondo Monetario, y que representa cerca de mil millones de dólares adicionales por año.