Por Santiago Tuñez.

En un contexto inflacionario donde los alimentos registraron un aumento del 41,2% en lo que va de este año y una variación del 115% en los últimos 12 meses según el Indec, hay productos que resisten y se mantienen en la dieta habitual de los argentinos. Ese es el caso de las carnes vacuna, aviar y porcina, cuyo consumo por habitante se recupera después de haber caído durante 2021 al nivel más bajo en 100 años y continuado en 2022 por debajo del promedio prepandemia.

Un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó que el consumo total de carnes podría ubicarse en en torno a los 115,2 kilos per cápita en 2023, lo que representaría un aumento del 4,2% en comparación con el año pasado. De esta manera, agregó el relevamiento publicado en las últimas horas, "se alcanzarían niveles de consumo cercanos a los de 2017".

La estimación de la BCR, que se realizó en base a datos proporcionados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, arrojó también que cada habitante consumiría en 2023 entre 3,4 y 4 kilos de carnes por encima de los promedios de los últimos cinco y diez años.

Carnes: cuáles son los hábitos alimenticios de los argentinos

En relación a este producto, la dieta del argentino promedio tiene un 46% de carne vacuna, 39% de carne aviar y 15% de carne porcina, de acuerdo con el informe. "La proporción de carne bovina habría aumentado 2,3 puntos porcentuales respecto a 2022, alcanzando niveles cercanos a los registrados en 2019”, detalló.

Un relevamiento de cronica.com.ar por carnicerías de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano aportó otros datos sobre los hábitos alimenticios de los argentinos en tiempos de inflación. "De lunes a viernes, la mayoría de los clientes piden los cortes más baratos, como roast beef, osobuco y espinazo. Buscan precios y, también, se inclinan por las ofertas. Y los fines de semana, cambia la tendencia: eligen comprar para hacer el asado, desde una falda hasta los cortes más caros", coincidieron en los comercios consultados.

¿Qué ocurre con la carne aviar y porcina? "Las compras de pollo y carne de cerdo vienen en un nivel parejo. Quizás la gente está prefiriendo un poco más el pollo, porque bajaron los precios y el kilo se consigue a 400 pesos, cuando hace pocas semanas estaba alrededor de $1.000. Y en cuanto al cerdo, buscan carré y pechito. La bondiola también está de moda", comentaron los encargados de las carnicerias consultados.

El análisis de la BCR tuvo en cuenta también la remuneración bruta promedio del sector asalariado, que durante este año alcanzaría para comprar 163,5 kg de asado. “Este dato indica una recuperación respecto del piso relativo alcanzado en 2021, cuando el poder de compra de los sueldos era de 134 kg, y puede ser uno de los factores explicativos del incremento en el consumo cárnico que se viene experimentando este año”, explicó la entidad en su informe.

Según comentaron carniceros a cronica.com.ar, los clientes eligen los cortes más baratos de carnes entre los lunes y los viernes (Crónica/Jonatan Moreno).

En diálogo con cronica.com.ar, el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, no se mostró sorprendido por el repunte en el consumo de este producto. "La carne no siguió el ritmo inflacionario que atraviesa el país. Al contrario, está muy por debajo de ese índice", consideró el dirigente empresarial.

"Esto ritmo de los precios alejados de la inflación es consecuencia de la sequía. Como el productor no puede aguantar la hacienda en el campo, la mete en un corral y la saca antes con peso más liviano. Por lo menos entre tres y cuatro meses antes. La faena aumentó más del 12% en lo que va de este año", agregó Schiaretti. Y cara al futuro, pronosticó: "Cuando lluevan entre 100 y 150 milímetros en un par de días, entonces dos meses después la carne va a empezar a aumentar. Tal cual viene el año, estimo que los aumentos llegarán a partir de octubre-noviembre y van a ser fuertes".