El oficialismo vive una nueva situación de tensión en el Congreso, esta vez en lo que tiene que ver con la puesta en marcha de la boleta única de papel (BUP), para las próximas elecciones. Si bien hubo un preacuerdo sobre el tema en el Senado, el gobierno cambió aspectos en la propuesta que ponen en riesgo su aprobación.

Cabe señalar que si no se sanciona antes de finales de febrero próximo, el proyecto de la BUP perderá su estado parlamentario y tendrá que volver a analizarse desde cero.

El escenario se complicó días atrás con una serie de modificaciones del Ejecutivo que complican el preacuerdo existente. El dictamen de mayoría del Senado, que avala la versión de Diputados del año 2022, apunta a que, en caso de que la elección nacional y de una provincia sean concurrentes -mismo día, igual sistema-, estas se realicen con urnas y papeletas separadas.

La nueva versión de la Casa Rosada señala que un distrito pueda adherir sus cargos provinciales y municipales a los nacionales. Una misma BUP para todo y una sola urna. También cambió los plazos de campaña y la presentación de candidatos.

Si el gobierno y el oficialismo en la Cámara Alta convencen a los legisladores dialoguistas -y también a Diputados, ya que el proyecto volvería allí en segunda revisión-, La Libertad Avanza conseguirá un triunfo importante en el Congreso en materia de reforma electoral. 

Pero si vuelven los acostumbrados debates con los gobernadores y senadores "amigables" la sanción de una potencial ley que, por plazos legales, debería ocurrir antes de octubre, el mayor beneficiado será el peronismo, que no tiene ningún interés en defender la propuesta acordada, sino continuar con la boleta sábana.

Esta situación se enmarca en un Congreso que aparece complicado a la hora de establecer mayorías, al que se suman nuevos choques como el que el gobierno mantiene con Mauricio Macri y el PRO, así como con el sector opositor más negociador, que es el que maneja el diputado Miguel Ángel Pichetto y que en la última sesión fallida en Diputados mostró nuevos quiebres que parecen dificultar próximos acuerdos en las dos cámaras legislativas. Las negociaciones por la boleta única no parecen tener un camino fácil.