Las pericias a los celulares de Brenda Uliarte (23), novia de Fernando Sabag Montiel (35), el hombre que gatilló al menos una vez al rostro de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y a Gabriel "Nicolás" Carrizo (27), denominado como "jefe de la banda de los copitos", fueron claves en la investigación por el intento de magnicidio.

Hasta el momento, la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo establecieron que la planificación del ataque comenzó en el último abril y que estaba previsto a llevarse a cabo al menos una semana después del 1° de septiembre, según se desprende del fallo firmado días atrás por la magistrada.

Así puede leerse en las conversaciones a través de WhatsApp que mantuvieron los tres detenidos, a quien se sumaba Agustina Díaz (21), una amiga de Uliarte, acusada de estar al tanto de todo el plan. 

Uliarte consiguió el arma en abril

En un intercambio de mensajes del 22 de abril, que surgió de su teléfono celular peritado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la novia de Sabag Montiel aseguró que "habría adquirido la pistola semiautomática, de acción simple, calibre 32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84, con la numeración 25037 en el lateral izquierdo del cañón, luego utilizada para cometer el hecho investigado", indica el texto del procesamiento a la joven.

Los investigadores aún no lograron precisar dónde consiguió esa arma: si fue robada de su dueño original - un vecino fallecido de Sabag Montiel- o comprada.

Según Uliarte, quien le contó de la pistola a un contacto identificado como "Serena", había "comprado un fierro" porque su "ex está jede" (sic). Así también le dijo a otra persona, uno agendado como "Fran":  Tranqui no va a pasar nada. No careteo nada. Es mio el fierro. Lo compré para asustar a un ex que bardio (sic). Se burló de mi hijo”. 

El arma que utilizó Sabag Montiel para gatillar a Cristina Kirchner, en un video en el que se grabó (Captura de pantalla).

Tres meses después aparece recién una referencia de querer asesinar a Fernández de Kirchner. Lo hizo a Díaz, a quien tenía agendada como "amor de mi vida". Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo. El tema es como (sic) porque la vieja tiene seguridad” (sic), escribió el último 4 de julio.

“Para esa época, Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vida, iniciando así el curso del plan al cual solo le bastaba definir las circunstancias de modo, tiempo y lugar de su ejecución, lo cual ocurrió posteriormente a partir de la inteligencia que tanto ella como Sabag Montiel realizaron en días previos al atentado”, estableció Capuchetti. 

El 23 de agosto, Sabag Montiel había mantenido una conversación con Uliarte sobre alquilar un departamento en Recoleta frente al de la Vicepresidenta; y cuatro días después, él le comentó que abortó el plan en medio de los disturbios entre la Policía de la Ciudad y militantes que concentraban en inmediaciones a Uruguay y Juncal. 

"No, ya se me metió adentro y el escenario y el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió a un Toyota Etios eh y se fue, un quilombo, y ella está ahí metida arriba, pero no creo que salga así que ya fue, deja, voy para allá, no traigas nada", le dijo el hombre a su novia. Y le insistió: "Al pedo q vengas (sic). No va a salir… Ya se metió adentro". 

En otro intercambio de mensajes, Sabag Montiel escribió: "Que gracia me dan todos esos putitos ahí sacándose fotos, cholulos, haciéndose los peronistas con la V. Vos llegas a tirar con el fierro ahí y llegas a arrancar a los tiros ¿Vos sabes cómo salen todos corriendo? Pánico, el caos que se genera. O sea, es muy difícil… O sea, si yo disparo, después de los tiros van a saber que yo tengo el fierro, voy a tener que sacar el cargador y me van a tener que sacar el fierro, pero no van a tener las balas, entonces eh me van a cagar a piñas, pero más de uno, a ver, me pueden agarrar entre varios, pero otros van a correr y va a ser muy difícil que se yo".

"¿Vos decís que no te van a agarrar? La onda es que metas el corchazo y te escapes", le respondió Uliarte.

El atentado a Cristina Kirchner estaba previsto para una semana después

"Estuvo muy cerca, falló el arma, no lo entiendo andaba bien", se lamentó Carrizo en un intercambio de mensaje que tuvo con una persona de su confianza identificada entre sus contactos telefónicos como "Andrea". El diálogo que llamó la atención de los investigadores y que ocurrió después del ataque fue el siguiente:

- Carrizo: Andrea, el arma es mía.

- Andrea: No está a tu nombre Gaby.

- Carrizo: No, pero aparecen mis huellas.

- Andrea: Gaby no quedan tus huellas. No te comas la cabeza. Tiene la huella del otro chabón.

- Carrizo: Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo.

- Carrizo: Estamos decididos a matarla a la puta esa.

- Andrea: Pensá en tu hermano Gaby.

- Carrizo: Cristina tiene miedo, salió mal pero tiene miedo.

- Andrea: Pensá en Facu.

- Carrizo: Mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional Andrea... Estuvo muy cercaaa. Fallo el arma. No lo entiendo, andaba bien.

- Carrizo: Mira no se si es una buena noticia pero el arma con la que intento ponerla no es la mía, yo le di un 22 corto... recién hable con la novia y la tiene ella así que mañana la vamos a ocultar.

Gabriel Nicolás Carrizo y Brenda Uliarte, un día después del atentado (Captura de video).

Durante su declaración indagatoria, intentó hacer pasar esos mensajes incriminatorios como una broma que le hizo a una persona de su familia. "Acá es donde le quiero explicar para sacar malos entendidos. Le estaba haciendo una joda a mi hermanastra, voy a parecer un gil, le estaba haciendo creer que era parte de esto, no fue real", afirmó ante una pregunta que le hizo la jueza Capuchetti.

"Se lo juro por dios, yo lo que quería hacerles creer a Andrea y a mi hermanastro era que esto era un plan, con fines de joder, hacer show, no era en serio, no existe esa arma no hay nada. Investiguen, fíjense, yo nunca estuve cerca ni de la casa de Cristina. Vine acá con los celulares, yo no tuve nada que ver", agregó.

Una hipótesis que manejan los investigadores es que el arma a la que se hace referencia en los intercambios de WhatsApp realmente existió y que Carrizo, junto con Uliarte, se encargaron de descartarla el día posterior al ataque cuando se encontraron.