Aníbal Fernández, ministro de Seguridad de la Nación, contó este lunes por la mañana que la semana pasada puso su renuncia a disposición del presidente Alberto Fernández, ofrecimiento que fue rechazado, tras el atentado que sufrió Cristina Kirchner

“Yo soy un caballero y cuando estas cosas sucedieron, lo primero que le dije al Presidente es que estaba dispuesto a correrme porque esas cosas se deben hacer así, aseguró el funcionario en declaraciones realizadas al llegar a su oficina.

“El Presidente sabe que voy a colaborar corriéndome cuando sea necesario”, completó quien luego del episodio ocurrido el jueves por la noche en Recoleta participó de la reunión de gabinete convocada de urgencia el viernes a la mañana y luego fue el encargado de contar en qué estado se encontraba la investigación.

Fernández además expresó que “le duelen en el alma” las críticas de Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo, quien pidió que renunciara. No sabe lo que pasó y opinó sin saber nada de lo que se ha hecho. Hablar es muy fácil, hay que estar mirando las cosas como son. Sentimos que hicimos mucho esfuerzo”, expresó.

Aníbal Fernández, sobre el rol de la Policía Federal

El ministro de Seguridad también se refirió al accionar de la Policía Federal durante el atentado contra Cristina Kirchner. “Hay una foto donde se ve claramente como si fuera el cinco del dado, la vicepresidenta en el medio y 4 hombres de la Policía Federal a su alrededor. Lo que pasó es muy difícil resolverlo en una situación abierta como es este caso”, consideró.

Luego, detalló: En el video se logra descifrar que hay un arma en el medio después de un rato largo, en el lugar pasó exactamente lo mismo, yo no estoy justificando ni mucho menos, lo que ha sucedido es un hecho horroroso que nosotros estamos tratando con mucho profesionalismo”.

Aníbal Fernández también le quitó responsabilidad a la Policía Federal en el reseteo que sufrió el celular de Fernando Sabag Montiel, el hombre detenido por gatillar un arma a centímetros de la cabeza de la ex presidenta.

Según consignó el funcionario, los agentes que incautaron el teléfono se limitaron a guardarlo en una bolsa especialmente preparada para crear un campo electromagnético para que no se pueda acceder remotamente y luego lo entregaron a la Justicia.

"Se envía ese teléfono en una bolsa de Faraday al juzgado, el juez nos da un recibo que dice que fue recibido con la cadena de custodia intacta. Hasta ahí llega nuestra tarea. Después no sé qué pasa. La jueza y el fiscal tienen atribuciones para tomar decisiones per se que no las conozco”, enumeró.