La vicepresidenta Cristina Kirchner fue admitida como querellante en la causa que busca investigar quién fue el responsable de la pegatina de carteles que la acusó de ser responsable de 35.000 muertes durante la pandemia de coronavirus. Así lo decidió la Justicia en una resolución conocida este miércoles.

“Corresponde admitir el ingreso al proceso en calidad de parte querellante de Cristina Fernández de Kirchner con el patrocinio letrado del Doctor Gregorio Jorge Dalbón y por constituido el domicilio legal invocado, haciéndole saber que queda sujeta a la jurisdicción del tribunal y a las resultas del proceso”, dice una breve resolución agregada al expediente a cargo del juez Manuel De Campos.

Los afiches en cuestión aparecieron en las calles de la Ciudad de Buenos Aires en marzo de este año. Vinculaban a Cristina con la decisión del gobierno nacional de encargar vacunas contra el coronavirus al Instituto Gamaleya de Moscú, que producía las Sputnik V.

Esa compra fue criticada duramente por sectores opositores y por los dirigentes de Juntos por el Cambio, que hasta organizaron manifestaciones (violando el aislamiento dispuesto por razones sanitarias) para exigir que se autorizara la vacuna producida por el laboratorio estadounidense Pfizer. Las razones médicas que podían hacer conveniente esa compra jamás fueron explicitadas.

Aun así, los afiches culpaban a Cristina Kirchner (no al presidente Alberto Fernández ni a otras autoridades del área de Salud) de ser "asesina" y "culpable de 35.000 muertes". En el entorno de la ex jefa de Estado sospechan que detrás de esos carteles estuvo la oposición.

Causa de los afiches: Cristina, querellante

Hasta ahora, Cristina Kirchner había sido aceptada como particular damnificada, figura legal que le permitía examinar la causa y ser informada del estado del proceso. Ahora, al ser querellante, podrá tener un rol más activo, apelar las resoluciones y ofrecer pruebas.

Las sospechas sobre la autoría de los afiches recaen sobre una mujer que vive en Recoleta y que fue acusada de haberlos encargado. Su correo electrónico fue aportado por uno de los encargados del local gráfico que recibió el encargo para imprimir los carteles.

Si bien los investigadores no tenían pruebas para vincularla, ahora habrían podido identificar una línea telefónica desde la cual se hicieron los llamados a la imprenta: corresponde a un domicilio de la avenida Alvear al 1600, muy cerca de donde vive la vicepresidenta.