Violento escruche a plena luz del día: "Quiero que el ladrón esté preso"
Ocurrió en Wilde. Un ladrón que simulaba vender fundas de celulares ingresó a una casa y se llevó dinero y notebooks. Quedó "escrachado" en las cámaras de vigilancia, pero aún no fue detenido. ¡Mirá las imágenes!
Eran pasadas las 17.30 de la calurosa tarde del miércoles cuando un delincuente, que simulaba ser vendedor callejero de fundas de celulares, ingresó a una vivienda del Barrio de la Carne, en Wilde, tras comprobar en reiteradas oportunidades que no estaba la familia. Dejó escapar el perro, destrozó la puerta de la casa con una barreta y robó dinero y dos notebooks.
Si bien escapó y aún no fue detenido, su imagen, con el barbijo por la barbilla, quedó capturada por las cámaras de seguridad. "Es una sensación horrible, mi hija no duerme hace dos días. Quiero que este tipo esté preso y saber quién es", aseguró Gerardo L., de 56 años, víctima del escruche, en diálogo con cronica.com.ar.
El dueño de la vivienda, ubicada en Rondeau y Venezuela, en la mencionada localidad del partido bonaerense de Avellaneda, fue alertado por un llamado telefónico de otro vecino cerca de las 19.51 de ese miércoles. El barrio está organizado: tienen un grupo de WhatsApp entre vecinos para advertirse sobre un nuevo episodio de inseguridad.
Gerardo llegó, vio la reja de la entrada abierta, la perra no estaba y la principal, de "madera pesada" fue barreteada, describió a a este medio. Le robaron "el ahorro de varios años" y dos notebooks de su propiedad. Encontró a la perra de la familia más tarde, cerca de las 21, rondando por la zona.
Todo el robo quedó filmado en las cámaras de vigilancia: puede verse como un sujeto golpeó la puerta y al darse cuenta que nadie salía, ingresó al patio delantero de la casa. Para no levantar sospechas, intentó que la perra no saliera a la calle pero finalmente se le escapó.
Al comprobar que la casa estaba vacía, el delincuente giró la cámara de seguridad y se dispuso a barretear la puerta para robar. De todos modos, quedó "escrachado", su cara con el barbijo bajo se viralizó en redes sociales para advertir a otros vecinos de su accionar.
"Fue muy rápido, a plena luz del día. El delicuente es una persona grande, entre 40 y 50 años. Se oficializaba de vendedor como fundas de celular, pero a otro vecino se le presentó como vendedor de medias y a otro, como afilador de cuchillos. A éste quiso estafarlo con el precio, ya que le dijo uno para tomar el trabajo y quiso cobrarle otro después", detalló.
Por las repecusiones de las imágenes en redes sociales, una chica se comunicó con la hija de Gerardo y le pasó datos del delincuente y su familia. En ese sentido, advirtió: "Son de Wilde. Le pasé esa información al subcomisario pero estamos en 'veremos' porque la Policía no hizo nada. Es una persona que anda por la zona, utiliza ese artilugio de vendedor para ver qué casa está vacía e ingresar".
Los robos son una constante que se replica todas las semanas y tal es así que los vecinos se organizaron en grupos de WhatsApp, tuvieron reuniones con funcionarios del Municipio de Avellaneda e incluso algunas vecinas salen "armadas" por la inseguridad.
Así lo reflejó Crónica, en mayo del año pasado, cuando residentes protestaron y le contaron en exclusiva que las mujeres salen a "hacer las compras con un cúter y otras, con tijeras y hasta sacacorchos".
"Es un desastre hace años, la Policía pasa, pero si no hay prevención esto va a seguir sucediendo. Estamos muy al límite entre Lanús y Quilmes, es un punto complicado y con el nivel de delincuencia, no alcanza lo que hacen, no sé si los efectivos no cuentan con los medios o qué pasa. No veo intención política que esto se solucione", lamentó Gerardo.
Y concluyó: "Es una sensación horrible, mi hija no duerme hace dos días. Le mandé datos e información al subcomisario, pero no me dicen nada desde la fiscalía ni la Policía. Quiero que ese tipo esté preso y quiero saber quién es".
A las 15 de este viernes, los vecinos concentrarán en la casa de Gerardo, donde registraron el último robo hasta el momento, para denunciar la inseguridad diaria.