Por Florencia Guerrero 
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Hartos de que los roben, vecinos de Wilde salieron este viernes a protestar contra la inseguridad que los golpea hace tiempo. "Yo salgo con manoplas, una vecina va a hacer las compras con un cúter y otras, con tijeras y hasta sacacorchos; vivimos con miedo", dijo a Crónica Gladys, una de las denunciantes, que hace siete años sufrió el secuestro de su hijo menor.

Viven en un barrio que linda con las villas Azul, Itatí, Corina, Inflamable y Tranquila, y creen que es como habitar una trampa. "Salimos armados para tomar el colectivo", dice la vecina, que apunta al descontrol al que llegaron, con un panorama cotidiano en el que los ladrones suelen caminar por los techos y pasan de casa en casa para robarles.

"Cuando tengo que salir, aunque sea a hacer una mínima compra en la esquina, siempre salgo armada con dos cúters que compré especialmente, porque es la única manera que tengo de defenderme como mujer", explicó Silvana, otra de las damnificadas. "Yo no tengo horarios fijos para salir a trabajar, tampoco sé a qué hora vuelvo. Desde que empecé a usar la manopla, me defendí seis veces, es pegar o que te roben. Me armé para no tener que comprar más teléfonos, porque se los llevan como si sacaran flores de los jardines", confesó Gladys, que, lejos de tomarse el tema a chiste, teme por su vida, "¿Qué va a pasar el día en que me ataque uno armado?".

En su relato, Gladys también recuerda el secuestro de uno de sus hijos, al que dice que se llevaron por error, pero que legaron a gatillarle con un arma de fuego. "Sufrí dos secuestros, uno de uno de mis hijos, otro de un vecino; después de que te pasan estas cosas sentís que estás a la buena de Dios".

En uno de los últimos hechos delictivos vividos en la zona, los malhechores la sorprendieron en los quehaceres domésticos. Silvana cuenta que estaba colgando la ropa en el patio de su casa y vio a un hombre en el techo de su casa, "cuando llamé a la policía -de la Comisaría 5ª-, tardaron veinte minutos en llegar y finalmente no lo atraparon".

Esa misma semana le pusieron un cuchillo en la garganta y logró escapar porque un vecino le arrojó una maza al ladrón.