Se cumple un mes del crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años que fue asesinado de un balazo por efectivos de una brigada de la Policía de la Ciudad en el barrio porteño de Barracas,  y la familia aseguró que "no quiere venganza ni tiene rencor" y solo "desea a los culpables un juicio justo", según dijo su abogado Gregorio Dalbón.



"La familia no quiere venganza ni tiene rencor. Desea a los culpables un juicio justo, precisamente el que no tuvo Lucas. Quiere a los que pusieron el arma y cambiaron la escena que cumplan la pena que estime el tribunal que los juzgue. Y por sobre todas las cosas no quiere ni un minuto a un inocente preso porque jamás olvidarán el dolor de esos chicos y de esos papás", dijo en diálogo con la agencia Télam el letrado.

Dalbón sostuvo que ya pasó "un mes del asesinato a sangre fría de Lucas Gonzales y parece mentira que ya no pueda soñar, estudiar y meter goles para Barracas" porque "un trío de asesinos de profesión policías que ahora esperan la perpetua le pegaron dos tiros en la cabeza".

"Mientras corría uno para salvarse a los otros amigos los esposaron boca abajo horas. 'Negro de mierda, Villero te tenemos que pegar un tiro en la cabeza' les decían aplicando tortura psicológica de otros tiempos. Quisieron cambiar el hecho, obstruir a la investigación y lo lograron 24 horas", expresó el representante de la familia del adolescente.

Dalbón recordó que "así fue que los chicos fueron a un Instituto de Menores y los asesinos a sus casas", por lo que criticó al juez Alejandro Rodolfo Cilleruelo.
Familiares y amigos salieron a la calle a pedir "justicia". 


"El Juez de Menores está a la espera de un juicio político que duermen sus pares en el Consejo de la Magistratura. Me pregunto ¿podrá dormir él? Dejó presos a los menores y libres a los criminales", afirmó. El abogado destacó el logro de "dar vuelta la versión de delincuentes a víctimas y los policías a la cárcel".

"Logramos observar en la reconstrucción como armaron la escena con un arma de cotillón, hay detenidos por el encubrimiento. Más no se le puede pedir a la justicia. Creo que el caso de Lucas al tener un control civil claro y concreto desde el Ministerio de Seguridad de CABA está esclarecido", resaltó.

Por último, Dalbón dijo que "ojalá pronto se eleve a juicio oral y las familias descansen". "Fue un mes muy duro. Trabajamos noche y día para esclarecer el hecho. Ahora deberá el juez (Martín) Del Viso decidir quién y qué responsabilidad le cupo a cada involucrado", concluyó.

El magistrado aún debe expedirse sobre el pedido de detención para otros ocho policías investigados por encubrimiento que fue efectuado hace una semana por el fiscal Leonel Gómez Barbella.

En tanto, el pasado martes Del Viso procesó con prisión preventiva a los comisarios Juan Romero y Fabián Du Santos, al subcomisario Roberto Inca, al inspector Héctor Cuevas y a las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, todos integrantes de la Comisaría Vecinal 4D.

A todos ellos los considera coautores de los delitos de "falsedad ideológica, falso testimonio y encubrimiento agravado en concurso ideal", a su vez en concurso real con "privación ilegal de la libertad agravada y porque en desempeño de un acto de servicio cometieron vejaciones contra las personas que se detuvieron"

Además, a Miño, Fariña, Cuevas e Inca los procesó por falso testimonio ya que declararon como testigos en el sumario que inició la Policía Federal Argentina (PFA) una vez que se apartó a los de la Ciudad de la pesquisa.

La principal hipótesis

Para los investigadores, la principal es que la escena del crimen fue adulterada por los efectivos porteños con intenciones de hacer pasar el caso de "gatillo fácil" como un enfrentamiento.

Respecto del pedido de detención aun no resuelto para otros ochos policías, el mismo alcanza a un comisario inspector, un comisario, un subcomisario, dos principales, un oficial mayor, un oficial primero y un oficial.

Según las pruebas reunidas por Gómez Barbella, a estos efectivos se les atribuye "haber hecho insertar datos falsos en las actuaciones labradas" por la PFA, como así también las "privaciones ilegales de la libertad" a los tres sobrevivientes y la "alteración" de los rastros y pruebas".

A su vez, hay otros tres policías porteños, Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi, que también fueron procesados con prisión preventiva por el "homicidio calificado" de Lucas, luego de que el juez Del Viso, a pedido del fiscal Gómez Barbella, consideró que procedieron de forma "arbitraria, irracional e ilegal" y que luego "urdieron una trama para tergiversar los hechos".

El crimen sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando Lucas y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.

Tras ello fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.

De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.



Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impacto en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y m urió horas después en el hospital "El Cruce" de Florencio Varela. En la autopsia se determinó que el mismo joven presentaba una herida de surco de proyectil en un pómulo, también disparado por la policía.